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que-el-cielo-la-juzgue
Un joven escritor, Richard Harland (Cornel Wilde) conoce a una atractiva mujer, Ellen Berent en un tren, dando comienzo a una relación que acaba en matrimonio. GeneTierney encarna a Ellen Berent, una joven que viaja con el fin de esparcir las cenizas de su padre, recientemente fallecido. De inmediato, es espectador se hace partícipe de la dependencia que tiene la joven respecto a su padre y del desequilibrio mental que padece la misma. Pero, después de la boda, él empieza a descubrir esos signos de la inestabilidad mental de su esposa, que además parece particularmente inclinada a elaborar maquiavélicos planes para conseguir sus objetivos, sin importarle el precio que tenga que pagar por ello.

Con guión de Jo Swerling y basado en una novela de Ben Ames Williams, esta película contiene una mezcla de intriga, de cine negro con mujer fatal protagonista, pero ambientada en un decorado de Technicolor, el cual sustituye a las luces y sombras, sobre todo, a las sombras del cine negro, por los colores de la película, además de elementos románticos. Stahl nos sumerge y muestra la finísima línea que separa el amor desesperado de la perturbadora locura, centrándose en la figura de Ellen, capaz de cometer cualquier atrocidad con tal de mantener a su hombre. Stahl utiliza el melodrama y el thriller psicológico, y lo integra, mediante paralelismos con la naturaleza para mostrar los estados de ánimo de los personajes y las fases por las que transcurre la trama. Dichos personajes muestran una ambigüedad más extensa, de lo que a priori, nos puede parecer.

que-el-cielo-la-juzgue

De hecho, una de las escenas principales de la película no transcurre en el entorno urbano, sino en una localización exterior, magníficamente fotografiado por Leon Shamroy, que vio recompensado su trabajo con un Óscar de la Academia; un lago donde se revela la verdadera naturaleza y de la amenaza que supone el personaje interpretado por la bellísima Gene Tierney, la cual, venía de interpretar a "Laura", de Otto Preminger, ofrece una actuación sublime, memorable y sugestiva, mediante la inexpresividad, como detentora de la maldad humana como consecuencia de los celos. Su patología podría tener su origen en una compleja relación paterno-filial, aunque en la cinta este hecho se deja entrever de una forma sibilina. Antes de Tierney, Rita Hayworth era la principal candidata para el rol de Ellen.

Que el cielo la juzgue es una película que atrapa desde el primer momento de su visionado, con una fuerza narrativa muy intensa y magistralmente realizada por Stahl, el cual utiliza el melodrama y lo integra, mediante paralelismos con la naturaleza para mostrar los estados de ánimo de los personajes y las fases por las que transcurre la trama. Dichos personajes muestran una ambigüedad más extensa, de lo que a priori, nos puede parecer.

Notable melodrama que cuenta con la música de Alfred Newman sonando de fondo, el cual capta a la perfección, con sus notas, la diferencia entre la realidad y la pesadilla que habita en la mente de Ellen. La cinta posee una enorme fuerza narrativa y magníficamente realizado por Stahl, director también de la primera versión de "Imitación a la vida". Los celos patológicos, llegan a alcanzar un nivel tal de obsesión, por parte de quien los padece, que pueden derivar en un comportamiento de trastorno de la personalidad.

que-el-cielo-la-juzgue

Frase para recordar: "Las personas que uno ama nunca mueren."

Título original: Leave Her to Heaven.

Director: John M. Stahl.

Intérpretes: 
Gene Tierney, Cornel Wilde, Jeanne Crain, Vincent Price, Mary Philips, Ray CollinsGene Lockhart, Reed Hadley, Darryl Hickman, Chill Wills.


 Trailer:


Reseña escrita por Marilyn Rodríguez

QUE EL CIELO LA JUZGUE (1945). Amores posesivos.

que-el-cielo-la-juzgue
Un joven escritor, Richard Harland (Cornel Wilde) conoce a una atractiva mujer, Ellen Berent en un tren, dando comienzo a una relación que acaba en matrimonio. GeneTierney encarna a Ellen Berent, una joven que viaja con el fin de esparcir las cenizas de su padre, recientemente fallecido. De inmediato, es espectador se hace partícipe de la dependencia que tiene la joven respecto a su padre y del desequilibrio mental que padece la misma. Pero, después de la boda, él empieza a descubrir esos signos de la inestabilidad mental de su esposa, que además parece particularmente inclinada a elaborar maquiavélicos planes para conseguir sus objetivos, sin importarle el precio que tenga que pagar por ello.

Con guión de Jo Swerling y basado en una novela de Ben Ames Williams, esta película contiene una mezcla de intriga, de cine negro con mujer fatal protagonista, pero ambientada en un decorado de Technicolor, el cual sustituye a las luces y sombras, sobre todo, a las sombras del cine negro, por los colores de la película, además de elementos románticos. Stahl nos sumerge y muestra la finísima línea que separa el amor desesperado de la perturbadora locura, centrándose en la figura de Ellen, capaz de cometer cualquier atrocidad con tal de mantener a su hombre. Stahl utiliza el melodrama y el thriller psicológico, y lo integra, mediante paralelismos con la naturaleza para mostrar los estados de ánimo de los personajes y las fases por las que transcurre la trama. Dichos personajes muestran una ambigüedad más extensa, de lo que a priori, nos puede parecer.

que-el-cielo-la-juzgue

De hecho, una de las escenas principales de la película no transcurre en el entorno urbano, sino en una localización exterior, magníficamente fotografiado por Leon Shamroy, que vio recompensado su trabajo con un Óscar de la Academia; un lago donde se revela la verdadera naturaleza y de la amenaza que supone el personaje interpretado por la bellísima Gene Tierney, la cual, venía de interpretar a "Laura", de Otto Preminger, ofrece una actuación sublime, memorable y sugestiva, mediante la inexpresividad, como detentora de la maldad humana como consecuencia de los celos. Su patología podría tener su origen en una compleja relación paterno-filial, aunque en la cinta este hecho se deja entrever de una forma sibilina. Antes de Tierney, Rita Hayworth era la principal candidata para el rol de Ellen.

Que el cielo la juzgue es una película que atrapa desde el primer momento de su visionado, con una fuerza narrativa muy intensa y magistralmente realizada por Stahl, el cual utiliza el melodrama y lo integra, mediante paralelismos con la naturaleza para mostrar los estados de ánimo de los personajes y las fases por las que transcurre la trama. Dichos personajes muestran una ambigüedad más extensa, de lo que a priori, nos puede parecer.

Notable melodrama que cuenta con la música de Alfred Newman sonando de fondo, el cual capta a la perfección, con sus notas, la diferencia entre la realidad y la pesadilla que habita en la mente de Ellen. La cinta posee una enorme fuerza narrativa y magníficamente realizado por Stahl, director también de la primera versión de "Imitación a la vida". Los celos patológicos, llegan a alcanzar un nivel tal de obsesión, por parte de quien los padece, que pueden derivar en un comportamiento de trastorno de la personalidad.

que-el-cielo-la-juzgue

Frase para recordar: "Las personas que uno ama nunca mueren."

Título original: Leave Her to Heaven.

Director: John M. Stahl.

Intérpretes: 
Gene Tierney, Cornel Wilde, Jeanne Crain, Vincent Price, Mary Philips, Ray CollinsGene Lockhart, Reed Hadley, Darryl Hickman, Chill Wills.


 Trailer:


Reseña escrita por Marilyn Rodríguez

el soborno
La corrupción se ha instalado en el país así como en todas las instituciones, incluso en la propia policía. El Sindicato del Crimen controla la ciudad. Nadie sabe quién es su jefe, nadie lo ha visto, pero todo el mundo le llama "El Anciano". El capitán Thomas McQuigg,(Robert Mitchum) un honrado agente de policía y, uno de los pocos en que la corrupción no ha hecho mella, ha sido trasladado por sus superiores a una comisaría de distrito para mantener el orden y limpiar la ciudad de asesinos y maleantes Pese a tan ardua empresa, él no se rinde , no poder confiar en nadie más que en sí mismo y con la ayuda de Bob Johnson, un policía tan íntegro y valiente como el propio capitán Mc Quigg, emprenden una implacable cruzada contra el gánster, Nick Scanlon, (Robert Ryan) quien controla todos los mecanismos de la Ciudad. El objetivo es arrestar a Scanlon y para darle caza, arrestan al hermano de éste y a su amante, Irene Hayes (Lizabeth Scott), una cantante de segunda fila. La mafia había conseguido la tolerancia y el trato de favor por parte de diversos estamentos gubernamentales, tales como funcionarios, políticos, jueces y policías corruptos. Aquel apoyo fue la causa para que se consolidara en el país, durante casi treinta años, los negocios tradicionales de la mafia, alcanzando, por ello, una auténtica época dorada. Pero toda esta situación de impunidad cambió cuando en 1950 se creó en los Estados Unidos la Comisión Kefauver, presidida por el senador Estes Kefauver, quien inició una cruzada contra el crimen organizado interestatal.

el soborno

Dicho comité se extendió por cada rincón de cada ciudad, citando a prestar declaración como testigos a los mafiosos de cada territorio, siendo televisadas dichas declaraciones y haciendo partícipes de las mismas al ciudadano norteamericano desde sus casas. Por encargo de Howard Hughes, con guión de William Haines, W.R. Burnett, después de que Hughes despidiera a Samuel Fuller por disgustarle todo lo que había escrito y, dirigida por John Cromwell, autor de obras como "Cautivo del deseo (1934)", "El prisionero de Zenda (1937)", y las magistrales "Desde que te fuiste (1944)", "Callejón sinsalida (1937)" o "Sin remisión (1950)", "El soborno" en la que también intervinieron como directores Mel Ferrer y Nicholas Ray, es un remake de la realizada en 1928 por Lewis Milestone. El soborno es una cinta creo que no lo suficientemente conocida, pero muy recomendable del género noir. Una lucha de David contra Goliat, perdida de antemano, con inferioridad de recursos, y en la que la corrupción gana por goleada a la escasa honradez, Un repaso a los métodos mafiosos imperantes y sus tejemanejes con jueces, fiscales, senadores o políticos.

el soborno

Rodada con abundantes planos cortos y fotografiada en blanco y negro por George E. Diskant con algunas sombras y con una potente música, ya desde los títulos iniciales, de Paul Sawtell, Robert Mitchum interpreta al capitán Thomas McQuigg, aunque su estelar aparición y presentación en la comisaría (una larga escena magníficamente rodada) se hará esperar hasta bien pasados los primeros veinte minutos de la cinta, como adalid en su carrera en solitario para combatir la corrupción imperante. El antagonista es Robert Ryan, actor sólido donde los haya, es el gángster Nick Scanlon, un personaje repleto de fuerza, vigor, maldad, violencia y carente de escrúpulos. Personaje que en manos de otro actor con menos pericia, hubiese resultado excesivo, pero Ryan está perfecto. Ambos despliegan su talento en sendas interpretaciones. "El soborno" es un buen producto del género, realizada con buen ritmo y con tan solo ochenta y ocho minutos de metraje, de los que resulta siempre agradable su revisión o, una muy buena recomendación para los que la descubran por primera vez. El argumento, no ha envejecido ni ha quedado obsoleto, es perfectamente aplicable a nuestra sociedad actual y a alguna que otra institución. Pero eso ya es otro tema.

el soborno

Frases para recordar:

-"Pretenden crear un enorme monopolio que controle todos los negocios ilegales; el juego, la corrupción, la droga…eso le daría mucho dinero; una gran parte de ese dinero se destinaría a sobornos. Ya tienen al ayudante del Fiscal en su nómina, Mortimer Wils, quieren que sea Juez y, una vez esté en el estrado…"
-"Lo que está usted diciendo es muy grave, tiene que demostrarlo."
-"Necesitamos pruebas, pero lo que realmente necesitamos es presentar esas pruebas justo antes de las elecciones."


Título original: The Racket.

Director: John Cromwell.

Intérpretes: Robert Mitchum, Lizabeth Scott, Robert Ryan, William Talman, Ray Collins, Joyce Mackenzie, Robert Hutton, Virginia Huston.

Escena:



Reseña escrita por Marilyn Rodríguez

EL SOBORNO (1951). El clásico policíaco de John Cromwell.

el soborno
La corrupción se ha instalado en el país así como en todas las instituciones, incluso en la propia policía. El Sindicato del Crimen controla la ciudad. Nadie sabe quién es su jefe, nadie lo ha visto, pero todo el mundo le llama "El Anciano". El capitán Thomas McQuigg,(Robert Mitchum) un honrado agente de policía y, uno de los pocos en que la corrupción no ha hecho mella, ha sido trasladado por sus superiores a una comisaría de distrito para mantener el orden y limpiar la ciudad de asesinos y maleantes Pese a tan ardua empresa, él no se rinde , no poder confiar en nadie más que en sí mismo y con la ayuda de Bob Johnson, un policía tan íntegro y valiente como el propio capitán Mc Quigg, emprenden una implacable cruzada contra el gánster, Nick Scanlon, (Robert Ryan) quien controla todos los mecanismos de la Ciudad. El objetivo es arrestar a Scanlon y para darle caza, arrestan al hermano de éste y a su amante, Irene Hayes (Lizabeth Scott), una cantante de segunda fila. La mafia había conseguido la tolerancia y el trato de favor por parte de diversos estamentos gubernamentales, tales como funcionarios, políticos, jueces y policías corruptos. Aquel apoyo fue la causa para que se consolidara en el país, durante casi treinta años, los negocios tradicionales de la mafia, alcanzando, por ello, una auténtica época dorada. Pero toda esta situación de impunidad cambió cuando en 1950 se creó en los Estados Unidos la Comisión Kefauver, presidida por el senador Estes Kefauver, quien inició una cruzada contra el crimen organizado interestatal.

el soborno

Dicho comité se extendió por cada rincón de cada ciudad, citando a prestar declaración como testigos a los mafiosos de cada territorio, siendo televisadas dichas declaraciones y haciendo partícipes de las mismas al ciudadano norteamericano desde sus casas. Por encargo de Howard Hughes, con guión de William Haines, W.R. Burnett, después de que Hughes despidiera a Samuel Fuller por disgustarle todo lo que había escrito y, dirigida por John Cromwell, autor de obras como "Cautivo del deseo (1934)", "El prisionero de Zenda (1937)", y las magistrales "Desde que te fuiste (1944)", "Callejón sinsalida (1937)" o "Sin remisión (1950)", "El soborno" en la que también intervinieron como directores Mel Ferrer y Nicholas Ray, es un remake de la realizada en 1928 por Lewis Milestone. El soborno es una cinta creo que no lo suficientemente conocida, pero muy recomendable del género noir. Una lucha de David contra Goliat, perdida de antemano, con inferioridad de recursos, y en la que la corrupción gana por goleada a la escasa honradez, Un repaso a los métodos mafiosos imperantes y sus tejemanejes con jueces, fiscales, senadores o políticos.

el soborno

Rodada con abundantes planos cortos y fotografiada en blanco y negro por George E. Diskant con algunas sombras y con una potente música, ya desde los títulos iniciales, de Paul Sawtell, Robert Mitchum interpreta al capitán Thomas McQuigg, aunque su estelar aparición y presentación en la comisaría (una larga escena magníficamente rodada) se hará esperar hasta bien pasados los primeros veinte minutos de la cinta, como adalid en su carrera en solitario para combatir la corrupción imperante. El antagonista es Robert Ryan, actor sólido donde los haya, es el gángster Nick Scanlon, un personaje repleto de fuerza, vigor, maldad, violencia y carente de escrúpulos. Personaje que en manos de otro actor con menos pericia, hubiese resultado excesivo, pero Ryan está perfecto. Ambos despliegan su talento en sendas interpretaciones. "El soborno" es un buen producto del género, realizada con buen ritmo y con tan solo ochenta y ocho minutos de metraje, de los que resulta siempre agradable su revisión o, una muy buena recomendación para los que la descubran por primera vez. El argumento, no ha envejecido ni ha quedado obsoleto, es perfectamente aplicable a nuestra sociedad actual y a alguna que otra institución. Pero eso ya es otro tema.

el soborno

Frases para recordar:

-"Pretenden crear un enorme monopolio que controle todos los negocios ilegales; el juego, la corrupción, la droga…eso le daría mucho dinero; una gran parte de ese dinero se destinaría a sobornos. Ya tienen al ayudante del Fiscal en su nómina, Mortimer Wils, quieren que sea Juez y, una vez esté en el estrado…"
-"Lo que está usted diciendo es muy grave, tiene que demostrarlo."
-"Necesitamos pruebas, pero lo que realmente necesitamos es presentar esas pruebas justo antes de las elecciones."


Título original: The Racket.

Director: John Cromwell.

Intérpretes: Robert Mitchum, Lizabeth Scott, Robert Ryan, William Talman, Ray Collins, Joyce Mackenzie, Robert Hutton, Virginia Huston.

Escena:



Reseña escrita por Marilyn Rodríguez

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