DOS DÍAS, UNA NOCHE (2014). El drama humano de los hermanos Dardenne.

dos días, una noche
En Seraing, una ciudad industrial de Liège en Bélgica, Sandra (Marion Cotillard), esposa y madre de dos hijos, trabaja en una pequeña fábrica de paneles solares. Su marido, (Fabrizio Rongione) es un hombre paciente, cariñoso y bueno que trabaja de cocinero en un restaurante, pese a lo cual, necesitan del salario Sandra para llegar a fin de mes y pagar su propia vivienda. Sin especificar los motivos, la protagonista se nos muestra como una mujer frágil, que ha requerido un largo tiempo de baja laboral por un episodio depresivo. Aunque ya está recuperada de su periodo crítico, requiere seguir tomando medicación y estar permanentemente bajo el cuidado y cobijo de su familia. El conflicto aparece cuando, al intentar incorporarse a su trabajo habitual, sus jefes plantean la posibilidad de prescindir de ella, argumentando que el trabajo que ella realiza puede ser ejecutado por los demás compañeros, capaces de cubrir sus horas de trabajo por turnos ligeramente más largos.  La gestión de la empresa propone un bono de €1.000 a todo el personal si están de acuerdo en remplazar a Sandra por las horas extra añadidas. Se realiza una votación, donde todos aceptan el intercambio. Uno de los aspectos interesantes que se analizan es que la decisión del grupo se ha tomado sin estar Sandra delante, sin que hayan podido ver su cara de desolación al perder un trabajo que necesita tanto para su recuperación personal y como para sustentar la economía familiar. Pese a la gran decepción sufrida y su delicado estado anímico, su marido y su única amiga del su trabajo, la alientan para intentar que la votación se repita. 

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Si consigue convencer a la mayoría del grupo de 16 trabajadores, durante las 48 horas del fin de semana, el lunes temprano podrá repetirse la votación y sus jefes se replantearán el asunto. Aunque Sandra inicialmente ha perdido toda esperanza de recuperar su trabajo y decide sumergirse aún más en su propia desgracia, su marido y su mejor amiga se convertirán en el apoyo fundamental para que ella se decida a emprender una cruzada que no tiene buenas perspectivas de éxito. Decidirá visitar a sus compañeros, uno a uno, entrevistarse con ellos cara a cara, para rogarles que abandonen la idea de cobrar un bono por trabajar más, para que ella pueda recuperar su puesto en la empresa. Durante cada visita, Sandra tendrá que lidiar con la vergüenza de rogar por su puesto de trabajo y con la desesperación de la negativa de cada trabajador. Los hermanos Dardenne nos vuelven a presentar un drama humano con una puesta en escena casi minimalista, con la naturalidad que los caracteriza y sin perder ni un ápice de intimismo. El abordaje del personaje es muy correcto, alcanzando capas cada vez más profundas bajo la apariencia de una mujer frágil. La situación de Sandra es lamentable, física y mentalmente, y como tal es mostrada. Una persona que debe recuperarse de una mala época afrontando otra que se avecina aún peor. Resulta difícil recuperar la autoestima si la sociedad te recuerda que eres completamente prescindible, si tus antiguos compañeros y amigos de trabajo prefieren cambiarte por mejorar un poco sus finanzas. Pero Sandra siempre mantendrá sus principios, su calidad humana, su delicadeza y su dignidad durante todo su recorrido. 

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Una excepcional Marion Cotillard que sabe darle a su personaje los matices que necesita y una actuación sobre la que se sustenta toda la trama argumental. Recorriendo carreteras en su propio coche, o incluso recurriendo al autobús, vivirá la tensión, la lucha contrarreloj de intentar no perder lo poco que le queda. Afrontará con dignidad las excusas egoístas, incluso mezquinas de algunos compañeros y vivirá con gran cariño y gratitud el cambio de opinión de otros, que la han conocido bien y saben de su buen hacer en la empresa. También asistiremos, mediante un dibujo social muy descriptivo  de las precarias condiciones laborales de cualquiera de ellos, aunque algunos, como los inmigrantes, vivan en condiciones casi inhumanas. Conforme avanza el metraje, la sólida actuación de nuestra protagonista y sus conversaciones con los diferentes personajes mantienen el ritmo narrativo sin perder la intensidad ni la calidad emocional en ningún momento. La genialidad del film reside en mostrar con sencillez un análisis complejo y profundo, donde el suspense y la reacción final de nuestra protagonista cerrarán un círculo perfecto. Los Dardenne, se plantean este film con la gran valentía argumental que les caracteriza, repitiendo tanto en la estética visual como en la complejidad de plantear conflictos, contradicciones y reflexiones sobre la condición humana en la sociedad actual. La luz natural de la excelente fotografía de Alain Marcoen, fotógrafo preferido en la mayoría de sus películas: "Rosetta (1999)", "El Niño (2005)", "El niño de la bicicleta (2011)" y " El Silencio de Lorna (2008)", nos ubica en atmósferas urbanas, reconocibles pero si identidad propia, que permiten al espectador conectar fácilmente con sus protagonistas. Una fotografía transparente, serena y sin estridencias. 

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Los cámara que sigue siempre a la protagonista, nos regalará largos planos secuencia que dotan de mayor credibilidad  y protagonismo a los personajes y sus conversaciones. Mediante esta fábula son capaces de introducirnos sin anestesias y sin edulcorantes en esta Europa del aquí y ahora. Un continente y una globalización social a la que hemos llegado empujados por los líderes de los grandes mercados económicos, donde no existe lugar para la individualidad ni para las circunstancias personales. La clase trabajadora, expuesta cada día a perder su medio de sustento, en medio de una gran asfixia económica, puede llegar a exponer sus más grandes mezquindades y miserias. Y en medio de tantas dificultades es donde un frágil personaje, apoyada por sus seres queridos, llega a convertirse en una auténtica heroína. Su heroicidad consiste simplemente en no abandonar, en seguir luchando, en mantener sus principios intactos siendo consecuente con ella misma y en hacer reflexionar a cada uno de sus compañeros de si las decisiones que están tomando son las más adecuadas, no sólo para ella, sino para cualquiera que pudiera encontrarse en la misma situación. Los hermanos Dardenne cuentan esta historia con su reconocible y austero estilo de realismo creíble, sin enfatizar diálogos ni situaciones, negándose a subrayar o a potenciar los sentimientos con la música. Huyen de soluciones fáciles y de descripciones maniqueas, sabiendo que todos poseen sus razones ante un dilema demasiado cruel que puede ocurrir en cualquier lugar y donde nadie es completamente bueno ni completamente malo.

dos días, una noche

Título original: Deux jours, une nuit .

Directores: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne.

Intérpretes: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Pili Groyne, Simon Caudry, Catherine Salée, Batiste Sornin.

Trailer:


Escena: 



Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard


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