-"Frank Bigelow: He venido a
denunciar un asesinato
- Teniente de policía: Siéntese. ¿Dónde se ha cometido?
- Frank Bigelow: En San Francisco, anoche.
-Teniente de policía: ¿A quién han asesinado?
- Frank Bigelow: A mí."
- Teniente de policía: Siéntese. ¿Dónde se ha cometido?
- Frank Bigelow: En San Francisco, anoche.
-Teniente de policía: ¿A quién han asesinado?
- Frank Bigelow: A mí."
De esta forma tan impactante como
original da comienzo un relato donde el protagonista, Frank Bigelow (Edmond
O'Brien) recorre la ciudad de noche para adentrarse a lo largo de
interminables, estrechos y desoladores pasillos de un gran edificio de Gobierno.
La cámara lo sigue en su largo camino hasta llegar a la jefatura de policía
donde se limita a denunciar su propio asesinato. Mediante un flash-back en
primera persona comienza a relatar los hechos. Frank nos narra su propia vida y experiencias en las horas previas. Es un
hombre corriente, que ejerce su profesión en una pequeña ciudad de California.
Se trata de una oficina, similar a una notaría, que dirige con su fiel y
enamorada secretaria, Paula (Pamela Britton). Decidido a pasar unos días libres
para divertirse, salir de noche y distanciarse de un posible compromiso
sentimental con su pareja, Paula, viaja a un gran Hotel de San Francisco. Una
vez allí, se verá envuelto por la vorágine de diversión de la gran ciudad. Pero
al despertar a la mañana siguiente, el malestar que podría corresponder a una
simple borrachera se convierte en una pesadilla. Aunque inicialmente se niegue
a aceptarlo, dos médicos diferentes le comunican que ha sido envenenado
deliberadamente con una toxina radioactiva para la que no existe cura y que su
muerte será inevitable dentro de pocas horas.
Basada en una cinta alemana
previa, escrita por Billy Wilder y dirigida por Robert Siodmak, en la que el
protagonista iba en busca de su propio asesino, "Con las horas contadas" goza
de la particularidad de situar al protagonista, un hombre corriente, en la
tesitura desesperada de investigar y conocer las razones que han motivado su
propio asesinato. El título original del filme, "Dead on arrival", traducido algo así como "ingresado cadáver" o "muerto al llegar" impresiona lo suficiente como para
atrapar al espectador desde el inicio. Se trata de una película que bien
podría compararse con un buen cocktel que se sirve frío como aperitivo.
Compuesto por todos los elementos formales del cine negro más clásico, se bebe
rápido, sin apenas darnos cuenta, se degusta en el paladar durante el breve
momento que dura la trama, pero una vez bebido, no tiene el suficiente cuerpo o
sustancia como para conseguir permanecer en nuestra boca y podemos pasar a consumir
algún verdadero plato fuerte. Esta película de Rudolph Maté,
brillante director de fotografía reconvertido en director de películas, nos
presenta una de las premisas indispensables del cine negro: el destino
amenazador que oprime a los protagonistas, la fatalidad ineludible que les
conduce a un desenlace trágico. Como corresponde a un director que considera la imagen elemento fundamental de
la trama, contó con la magistral dirección de fotografía de Ernest Laszlo, el
cual se encarga de mostrarnos bellísimas panorámicas de la ciudad de San
Francisco, tanto durante el día con sus cuestas y su famoso tranvía, como con
sus sombras amenazadoras durante la noche.
También es capaz de conducirnos por
los claro-oscuros de los interiores de clubs nocturnos, hoteles de lujo,
comisarías de policía o tiroteos donde descubrir la silueta del delincuente es
crucial para salvar la vida. El guión fue escrito por Russell
Rouse y Clarence Greene, los cuales, partiendo de una impactante incógnita
inicial elaboran una complicada trama donde predomina el ritmo frenético y
desesperado de un hombre que no acierta a saber por qué está predestinado a
morir. La búsqueda de su asesino se manifiesta una vez que se han descrito las
diversiones nocturnas de una ciudad que parece concebida para ello. La
secuencia en el Club de jazz nos deleita con una gran actuación musical, nos
sumerge en la nocturnidad, en el coqueteo con la lujuria. El ritmo narrativo es veloz desde el comienzo y no cesa en ningún momento, y
quizás, ese es el elemento principal que mantiene la solidez del film junto con
su gran fotografía en blanco y negro. El tratamiento visual de ese mundo
desenfadado se nos presenta como un gran desfile rápido de planos, música y
bullicio, para sumergirnos en una atmósfera neblinosa donde puede tejerse un
ambiente demencial. Maté traslada magníficamente a
imágenes el guion de Russell Rouse y Clarence Greene, y construye la película
sobre un gran flashback en el que Frank relata lo sucedido a la policía de San
Francisco. El interés del director, no obstante, no reside tanto en la
presentación de la intrincada y laboriosa investigación de Frank y en el uso
del suspense, sino en la evolución del personaje ante la angustiosa situación
de enfrentarse con la muerte y en las implicaciones que esto arrastra. En
particular, parece destacable, su arrepentimiento de no haber sabido valorar lo
suficiente la lealtad de la mujer que lo ama. Por eso, buena parte de las mejores secuencias del metraje se dedican a esta
cuestión.
Hay grandes diálogos finales entre ambos donde un desesperado Frank
reconoce no haber valorado lo que tenía hasta que debe enfrentarse al hecho de
perderlo. Otro dato interesante del film es
la sustancia tóxica presentada como veneno sin antídoto. Una sustancia
fluorescente. Destacable imagen cuando el doctor apaga la luz para mostrar al
todavía incrédulo Frank un tubo de ensayo con su sangre que brilla en la
oscuridad. Al final de la película, un párrafo se encarga de confirmarnos que
dicha toxina existe en la realidad. Es el Iridio, un metal radiactivo. Nadie
podría imaginar que décadas más tarde la realidad superara una vez más a la
ficción y un gran líder político fuera envenenado por sustancias radiactivas
frente al mundo sin que nadie pudiera hacer nada por evitar su lenta y penosa
muerte. Como ya he comentado, la película está circunscrita a los cánones del cine
negro, pero en mi opinión, aunque estética y formalmente sea impecable, falla
en uno de los grandes principios que motivó el inicio de esta corriente de
estilo cinematográfico. Falla en desmontar códigos moralizantes, ya que más
bien, su posible metamensaje para quien quiera verlo, parece estar dirigido a
poner de relieve el cuestionamiento de determinados aspectos sociales,
reflejados en el notable atrevimiento para la época de la relajación en las
costumbres de la América
urbana y el exceso de libertinaje. Tal vez debido al incumplimiento
del primer mandamiento de la vida en pareja en el Hollywood del Código Hays,
Bigelow se encuentra en San Francisco con lo que no buscaba, pero se merece
como castigo a su comportamiento: la muerte. Este film está considerado entre
los 50 mejores de la historia del cine negro y recibió el Premio National Film
Registry en el año 2004.
Título original: D.O.A.
Director: Rudolph
Maté.
Intérpretes: Edmond
O'Brien, Pamela
Britton, Luther
Adler, Beverly
Garland, Lynn
Baggett,William
Ching, Henry
Hart.
Trailer:
Escena:
Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard
2 opiniones :
Es magnìfico el comentario escrito por Bárbara Valera a quien quiero felicitar. Por mostrar.su saber cinéfilo y su opinión personal de este film maravilloso, yo diria de -" culto-" del cine negro y de suspense. Me han impresionado las interpretaciones de Pamela Britton y la de Edmond O'Brien, por su naturalidad y realismo -" máximo-" y la del psicópata, creo que es Willian Ching...que maravilla de actuación. Digna de merecer muchos premios. La dirección es sublime e impecable.. Y la fotrografìa, es tan creativa como emocionante en cada uno de sus encuadres, -" para ir narrando dentro de una ciudad cosmopolita como en sus 24 horas de vida y de bullicio, la lucha y la batalla por résolver el motivo que va a ocasionarle la muerte al protagonista dentro siempre por batirse entre pasillos, calles, carreteras, espacios sin fin con la necesidad humana de saber y resolver en la solitud de la ignorancia el fin de su destino. Yo creo que en el fondo es un film universal del.ser humano y su inconformismo humano que lleva al protagonista a su propio.-" avatar-".
Perdon, el nombre del actor que interpreta -" al psicópata-" del film -: Horas contadas-" se llama Neville Brand.
Gracias.
Maravilloso actor.
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