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los-jueves-milagro
Fuentecilla, un pueblo que vivió tiempos de esplendor coincidiendo con el auge de su balneario, sobrevive a duras penas gracias al campo y a un limitadísimo turismo que apenas deja beneficios. Su empobrecimiento es tal que ya ni el tren para en la estación. Don Ramón, el dueño del balneario, harto de su escasa y poco aristocrática clientela, en connivencia con el alcalde, el maestro, el barbero, el dueño del hotel y don José, un acaudalado propietario del lugar, urde un plan: organizar una "aparición mariana", como la de Lourdes, que atraiga al turismo y a los devotos. Tras mucho cavilar, se dan cuenta del extraordinario parecido que hay entre Don José y una vieja talla de San Dimas, el buen ladrón. Así es como la noche de cada jueves tiene lugar la aparición de San Dimás.

Desde ya, digo que esta película no esta a la altura de "El verdugo (1963)", "Bienvenido Mr. Marshall (1952)" o "Placido (1961)", o que se echa de menos la pluma de Rafael Azcona, pero Berlanga es mucho Berlanga y esta película como casi todos sus filmes es un divertimento de primer orden. Sobre todo el tramo inicial realizado con un montaje y una puesta en escena admirable donde deslumbran el gran Pepe Isbert en su performance de San Dimas y un Manuel Alexandre, ojiplático y absolutamente feliz como único espectador de esta. También destacaría el pequeño papel como sacerdote arisco de José Luis López Vázquez, precisamente el cura es el mas incrédulo. Pero a partir de que Isbert abandona el protagonismo, el guión se desliza hacia una muy previsible fábula moral.


los-jueves-milagro

Quinto largo de Berlanga cuya idea original surgió de unas supuestas apariciones de la Virgen en un pueblo de la provincia de Castellón llamado Cuevas de Vinromá que realiza una crítica social, crítica religiosa, humor negro, neorrealismo a la ibérica incluso, pero sobre todo, una auténtica burla hacia las fuerzas vivas que hacían funcionar el franquismo en las zonas rurales (el maestro, el alcalde, el boticario o el empresario, entre otros). Los poderosos haciendo beneficio propio de la ingenuidad de los débiles a costa de la fe.

No olvidemos que por retratar un tema considerablemente delicado por aquel entonces como es la fe, las supuestas apariciones de santos y el uso por puro interés monetario de la religión y las creencias de la gente de a pie, muchas fueron las intervenciones de manos ajenas en el desarrollo de la película, entre ellas:

- La fuerte participación en el guion del sacerdote y censor padre Garau, impuesto por los productores y a quien Berlanga pretendía situar en los créditos como verdadero responsable de la historia.

- Las numerosas mutilaciones exigidas por la Junta de Censura del remontaje que los productores hacen a su aire.

- Las secuencias adicionales que rueda Jorge Grau a instancias de los nuevos dueños de la empresa cuando el Opus Dei se hace cargo de ésta.


los-jueves-milagro

Tantas fueron estas intervenciones que hizo que tuviera un mensaje lo suficientemente ambiguo como para suscitar críticas entre los sectores más tradicionales y también los más izquierdistas de la sociedad.

Uno de los casos cinematográficos más claros de lo que pudo ser y no fue. Indudablemente y con esta temática Los Jueves, Milagro pudo haber sido la película más grande, crítica y lacerante de Luis García Berlanga… o que mejor que explicado por él mismo:
"Yo siempre decía que la primera mitad de "Los jueves, milagro" era mi mejor realización, donde había armonizado mejor el texto con la imagen y donde me había encontrado más cómodo rodando. Ahora, al volver a verla, he confirmado que es una de mis películas con mayor fluidez narrativa. Pero también estoy convencido de que las imposiciones de censura arruinaron el final de la película."

A pesar de que no tuvo mucho éxito entonces ni el suficiente reconocimiento después o de resultar menguada en su causticidad por la censura de la época en su último tramo, "Los jueves, milagro" es una obra cómica de calado social muy divertida. Poco después un genio de las letras llamado Rafael Azcona se cruzaría en su vida, ambos cambiarían para siempre el cine español.


los-jueves-milagro

Director: Luis García Berlanga.

Intérpretes: José Isbert, Richard Basehart, Paolo Stoppa, Alberto Romea, Juan Calvo, José Luis López Vázquez.


Escena:


Reseña escrita por Pepe Mata

LOS JUEVES, MILAGRO (1957). La fábula moral de Luis García Berlanga.

los-jueves-milagro
Fuentecilla, un pueblo que vivió tiempos de esplendor coincidiendo con el auge de su balneario, sobrevive a duras penas gracias al campo y a un limitadísimo turismo que apenas deja beneficios. Su empobrecimiento es tal que ya ni el tren para en la estación. Don Ramón, el dueño del balneario, harto de su escasa y poco aristocrática clientela, en connivencia con el alcalde, el maestro, el barbero, el dueño del hotel y don José, un acaudalado propietario del lugar, urde un plan: organizar una "aparición mariana", como la de Lourdes, que atraiga al turismo y a los devotos. Tras mucho cavilar, se dan cuenta del extraordinario parecido que hay entre Don José y una vieja talla de San Dimas, el buen ladrón. Así es como la noche de cada jueves tiene lugar la aparición de San Dimás.

Desde ya, digo que esta película no esta a la altura de "El verdugo (1963)", "Bienvenido Mr. Marshall (1952)" o "Placido (1961)", o que se echa de menos la pluma de Rafael Azcona, pero Berlanga es mucho Berlanga y esta película como casi todos sus filmes es un divertimento de primer orden. Sobre todo el tramo inicial realizado con un montaje y una puesta en escena admirable donde deslumbran el gran Pepe Isbert en su performance de San Dimas y un Manuel Alexandre, ojiplático y absolutamente feliz como único espectador de esta. También destacaría el pequeño papel como sacerdote arisco de José Luis López Vázquez, precisamente el cura es el mas incrédulo. Pero a partir de que Isbert abandona el protagonismo, el guión se desliza hacia una muy previsible fábula moral.


los-jueves-milagro

Quinto largo de Berlanga cuya idea original surgió de unas supuestas apariciones de la Virgen en un pueblo de la provincia de Castellón llamado Cuevas de Vinromá que realiza una crítica social, crítica religiosa, humor negro, neorrealismo a la ibérica incluso, pero sobre todo, una auténtica burla hacia las fuerzas vivas que hacían funcionar el franquismo en las zonas rurales (el maestro, el alcalde, el boticario o el empresario, entre otros). Los poderosos haciendo beneficio propio de la ingenuidad de los débiles a costa de la fe.

No olvidemos que por retratar un tema considerablemente delicado por aquel entonces como es la fe, las supuestas apariciones de santos y el uso por puro interés monetario de la religión y las creencias de la gente de a pie, muchas fueron las intervenciones de manos ajenas en el desarrollo de la película, entre ellas:

- La fuerte participación en el guion del sacerdote y censor padre Garau, impuesto por los productores y a quien Berlanga pretendía situar en los créditos como verdadero responsable de la historia.

- Las numerosas mutilaciones exigidas por la Junta de Censura del remontaje que los productores hacen a su aire.

- Las secuencias adicionales que rueda Jorge Grau a instancias de los nuevos dueños de la empresa cuando el Opus Dei se hace cargo de ésta.


los-jueves-milagro

Tantas fueron estas intervenciones que hizo que tuviera un mensaje lo suficientemente ambiguo como para suscitar críticas entre los sectores más tradicionales y también los más izquierdistas de la sociedad.

Uno de los casos cinematográficos más claros de lo que pudo ser y no fue. Indudablemente y con esta temática Los Jueves, Milagro pudo haber sido la película más grande, crítica y lacerante de Luis García Berlanga… o que mejor que explicado por él mismo:
"Yo siempre decía que la primera mitad de "Los jueves, milagro" era mi mejor realización, donde había armonizado mejor el texto con la imagen y donde me había encontrado más cómodo rodando. Ahora, al volver a verla, he confirmado que es una de mis películas con mayor fluidez narrativa. Pero también estoy convencido de que las imposiciones de censura arruinaron el final de la película."

A pesar de que no tuvo mucho éxito entonces ni el suficiente reconocimiento después o de resultar menguada en su causticidad por la censura de la época en su último tramo, "Los jueves, milagro" es una obra cómica de calado social muy divertida. Poco después un genio de las letras llamado Rafael Azcona se cruzaría en su vida, ambos cambiarían para siempre el cine español.


los-jueves-milagro

Director: Luis García Berlanga.

Intérpretes: José Isbert, Richard Basehart, Paolo Stoppa, Alberto Romea, Juan Calvo, José Luis López Vázquez.


Escena:


Reseña escrita por Pepe Mata

placido
El relato comienza describiendo la vida de una humilde familia, cuya madre trabaja en unos lavabos públicos mientras acuna a su bebé y su marido anda preocupado porque le cumple el plazo para pagar la primera letra de un motocarro que acaba de comprar como medio de ganarse la vida.

La familia de Plácido (Cassen) reunida en torno a un lavabo de mujeres se nos presenta en una situación desgarradora, casi de mendicidad, obligada a llegar hasta extremos humillantes. La genialidad de este relato consiste en mostrar un estilo incisivo y mordaz construyendo una comedia de una situación terriblemente trágica.

En una ciudad cualquiera de provincias, como claramente reza un cartel que precede al visionado del film, y que podría acontecer en cualquier lugar del mundo, una empresa de Ollas denominada Cocinex, patrocina "La campaña del pobre". La Comisión de Damas de la Caridad se ha encargado de organizarla. Se va a llevar a cabo una subasta, donde cada familia pujará para llevarse un artista del espectáculo a casa junto con un pobre, ambos compartirán con una "buena familia" la famosa cena de Nochebuena.

placido

Con el lema "La caridad no tiene fronteras", todas las familias de bien se presentan en la subasta donde ocurrirán toda una serie de percances encadenados y presentados por un excelente reparto de actores donde cada incidente, absolutamente escabroso y macabro es un vivo reflejo de la sociedad que representa, está dominado por el caos, la mala organización y los favoritismos entre familias conocidas. Es la España de la pillería, de la doble moral, de los engaños, donde la clase acomodada vive de sus falsas apariencias y contactos, donde no existe la solidaridad sino el sálvese quien y como pueda, manteniendo las apariencias ante las estrictas reglas de moral impuestas.

Paralelamente, Plácido se verá envuelto en todos estos sucesos y será el hilo conductor de la obra junto con el colosal Jose Luis López Vázquez (Don Gabino), encargado de satisfacer y organizar el evento social.

Plácido angustiado únicamente por conseguir el dinero que le permita pagar el plazo de su carromato a tiempo, antes de ser embargado o absorbido por una burocracia que cada vez le exige un impuesto nuevo, se verá obligado a realizar todas las tareas que le van pidiendo las grandes familias implicadas en el Gran acontecimiento. Observaremos así un barrido interesantísimo de todo el espectro social de la época de forma ácida y crítica, de una forma tan absurda y caótica que tiende a deslizarse hacia la comedia de humor negro. Luis García Berlanga y Rafael Azcona construyen una película coral en la que no queda títere con cabeza. Espejo deformante de un mundo rancio, mediocre y pretencioso.

placido

El rodaje se llevó a cabo en decorados de Manresa, aunque Berlanga buscaba poder hacerlo en interiores naturales, ningún rico se lo permitió, a excepción de un director catalán, amigo de Berlanga, que le dejó el comedor de su casa de Barcelona.


En 1961, Luis García Berlanga inicia su colaboración con Rafael Azcona como coguionista de sus filmes. Plácido es su primera película conjunta, y también la primera en la que el director utiliza de forma sistemática el plano-secuencia, una opción narrativa que le convertirá en uno de los grandes maestros del cine europeo.

El título del guión era, al principio, "Siente un pobre a su mesa", pero el realizador se vio obligado por problemas con los censores, a hacer un cambio de última hora, llamándola finalmente como el principal personaje masculino.

En una de aquellas vueltas al guión se incorporó Rafael Azcona, escritor que ya había trabajado con Marco Ferreri en "El pisito (1959)" y "El cochecito (1960)".

Berlanga cansado de la censura franquista y tras el escándalo de Viridiana, se decidió por plasmar y convertir la idea de "sentar un pobre en su mesa" en una película en la que desea mostrarnos la forma en la que la burguesía pretende limpiar su conciencia. Azcona reordenó la tormenta de ideas de Berlanga consiguió estructurar este complejo retrato coral en una buena historia. Se entendieron tan bien que han trabajado juntos durante muchos años.

placido

"Azcona es un hombre más moral, más deseoso de salvar a la humanidad que yo; con él hay más ternura", diría Berlanga.

Berlanga plasmó en Plácido cuanto había desarrollado en sus corrosivas películas anteriores: "Esa pareja feliz (1951)", "Bienvenido Mr. Marshall (1952)", "Novio a la vista (1954)" y "Calabuig (1956)". De modo que la carcajada sobre un país de cultura mediocre, lleno de prejuiciosos al mismo tiempo que pretencioso quedó definida como "humor negro".

Plácido fue recibida con sorpresa por el gran público y aplaudida con énfasis por la crítica. Nominada para el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1962, obtuvo dos premios del Sindicato del Espectáculo, uno de ellos al actor Manuel Aleixandre (el cuñado de Plácido) y dos del Círculo de Escritores Cinematográficos.

Sin embargo, a pesar de tanto éxito, Berlanga no la consideraba "más dramática que mis películas anteriores: en todas existe el mismo arco. Son dramáticas, agnósticas, escépticas, amargas si se quiere, son películas anarquistas".

placido

Sencillamente imposible resulta dejar de mencionar, y ensalzar claro, los inmortales y famosos planos prolongados berlanguianos, con los que enriquece la exquisita descripción fotográfica de la sociedad española de aquellos años. Construye sus míticos planos secuencia, en los que manifiesta su magistral e inigualable dominio en el trabajo de cámara, escenas que parecen no tener límites y que se extienden convirtiéndose en excelentes medios narrativos. Además, estos largos planos hacen más destacable el trabajo coral del elenco actoral y permiten entrelazar situaciones diversas y contrapuestas que se desarrollan a la vez, un estilo imposible de desarrollar sin la colaboración de grandes intérpretes. Cada uno de estos largos planos pone en escena a varios actores, cada uno representando diferentes diálogos y situaciones que convergen en el tempo y en el espacio con una coincidencia medida hasta el milímetro para que una grupo de personajes distintos no se conviertas en una algarabía sin sentido.

Un buen plano secuencia exige además de la habilidad técnica, estar representado por grandes actores, ya que es lo más parecido al teatro que se rueda en las películas. Al ser una única secuencia sin cortes el diálogo no es interrumpido y la interpretación actoral debe estar a la altura.

Berlanga demuestra una abrumadora movilidad de la cámara, su herramienta de trabajo, que se desliza, gira, nos introduce en lo que pasa con sus precisos acercamientos y alejamientos, seguimientos y rotaciones, es una lente que llega a todo. Con esa característica movilidad, la cámara se convierte en un personaje más, ágil, inteligente, y muy expresiva, es su sello inconfundible, esos planos secuencia, íntegros, y un invaluable elemento narrativo.

placido

Por tanto, Berlanga da prioridad a la interpretación de actores y elige un sólido elenco con excelentes secundarios. Contó con un plantel impecable en que cada cual hace un trabajo perfecto donde encontramos personajes magníficamente interpretados por: Elvira Quintillá, Amelia de la Torre, Julia Caba Alba, Amparo Soler Leal, Manuel Alexandre, Mari Carmen Yepes, Agustín González, Luis Ciges, Antonio Ferrandis y algunos más.

La cinta se va ennegreciendo conforme avanza el frenético ritmo del metraje: miseria, muerte, falsedad, egoísmo, austeridad, soledad y diferentes problemas imposibles de solucionar son retratados a la perfección y con grandísima ironía convirtiendo a este relato como una de las piezas, como un perfecto retrato de una época y un lugar que no nos quedan todavía nada ajenos en la memoria.

"Se trata del humor español, el de la picaresca española. Desde Quevedo a Buñuel, pasando por Goya y Solana, todo señor que haya intentado diseccionar a los españoles, es decir, diseccionarse a sí mismo, ha tenido que recurrir por fuerza a esto que llaman humor negro". Luis García Berlanga.

placido

Director: Luis García Berlanga.

Intérpretes: Cassen, José Luis López Vázquez, Elvira Quintillá, Amelia de la Torre, Julia Caba Alba, Amparo Soler Leal, Manuel Alexandre.

Trailer:


Títulos de crédito:


Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard

PLÁCIDO (1961). La caridad no tiene fronteras.

placido
El relato comienza describiendo la vida de una humilde familia, cuya madre trabaja en unos lavabos públicos mientras acuna a su bebé y su marido anda preocupado porque le cumple el plazo para pagar la primera letra de un motocarro que acaba de comprar como medio de ganarse la vida.

La familia de Plácido (Cassen) reunida en torno a un lavabo de mujeres se nos presenta en una situación desgarradora, casi de mendicidad, obligada a llegar hasta extremos humillantes. La genialidad de este relato consiste en mostrar un estilo incisivo y mordaz construyendo una comedia de una situación terriblemente trágica.

En una ciudad cualquiera de provincias, como claramente reza un cartel que precede al visionado del film, y que podría acontecer en cualquier lugar del mundo, una empresa de Ollas denominada Cocinex, patrocina "La campaña del pobre". La Comisión de Damas de la Caridad se ha encargado de organizarla. Se va a llevar a cabo una subasta, donde cada familia pujará para llevarse un artista del espectáculo a casa junto con un pobre, ambos compartirán con una "buena familia" la famosa cena de Nochebuena.

placido

Con el lema "La caridad no tiene fronteras", todas las familias de bien se presentan en la subasta donde ocurrirán toda una serie de percances encadenados y presentados por un excelente reparto de actores donde cada incidente, absolutamente escabroso y macabro es un vivo reflejo de la sociedad que representa, está dominado por el caos, la mala organización y los favoritismos entre familias conocidas. Es la España de la pillería, de la doble moral, de los engaños, donde la clase acomodada vive de sus falsas apariencias y contactos, donde no existe la solidaridad sino el sálvese quien y como pueda, manteniendo las apariencias ante las estrictas reglas de moral impuestas.

Paralelamente, Plácido se verá envuelto en todos estos sucesos y será el hilo conductor de la obra junto con el colosal Jose Luis López Vázquez (Don Gabino), encargado de satisfacer y organizar el evento social.

Plácido angustiado únicamente por conseguir el dinero que le permita pagar el plazo de su carromato a tiempo, antes de ser embargado o absorbido por una burocracia que cada vez le exige un impuesto nuevo, se verá obligado a realizar todas las tareas que le van pidiendo las grandes familias implicadas en el Gran acontecimiento. Observaremos así un barrido interesantísimo de todo el espectro social de la época de forma ácida y crítica, de una forma tan absurda y caótica que tiende a deslizarse hacia la comedia de humor negro. Luis García Berlanga y Rafael Azcona construyen una película coral en la que no queda títere con cabeza. Espejo deformante de un mundo rancio, mediocre y pretencioso.

placido

El rodaje se llevó a cabo en decorados de Manresa, aunque Berlanga buscaba poder hacerlo en interiores naturales, ningún rico se lo permitió, a excepción de un director catalán, amigo de Berlanga, que le dejó el comedor de su casa de Barcelona.


En 1961, Luis García Berlanga inicia su colaboración con Rafael Azcona como coguionista de sus filmes. Plácido es su primera película conjunta, y también la primera en la que el director utiliza de forma sistemática el plano-secuencia, una opción narrativa que le convertirá en uno de los grandes maestros del cine europeo.

El título del guión era, al principio, "Siente un pobre a su mesa", pero el realizador se vio obligado por problemas con los censores, a hacer un cambio de última hora, llamándola finalmente como el principal personaje masculino.

En una de aquellas vueltas al guión se incorporó Rafael Azcona, escritor que ya había trabajado con Marco Ferreri en "El pisito (1959)" y "El cochecito (1960)".

Berlanga cansado de la censura franquista y tras el escándalo de Viridiana, se decidió por plasmar y convertir la idea de "sentar un pobre en su mesa" en una película en la que desea mostrarnos la forma en la que la burguesía pretende limpiar su conciencia. Azcona reordenó la tormenta de ideas de Berlanga consiguió estructurar este complejo retrato coral en una buena historia. Se entendieron tan bien que han trabajado juntos durante muchos años.

placido

"Azcona es un hombre más moral, más deseoso de salvar a la humanidad que yo; con él hay más ternura", diría Berlanga.

Berlanga plasmó en Plácido cuanto había desarrollado en sus corrosivas películas anteriores: "Esa pareja feliz (1951)", "Bienvenido Mr. Marshall (1952)", "Novio a la vista (1954)" y "Calabuig (1956)". De modo que la carcajada sobre un país de cultura mediocre, lleno de prejuiciosos al mismo tiempo que pretencioso quedó definida como "humor negro".

Plácido fue recibida con sorpresa por el gran público y aplaudida con énfasis por la crítica. Nominada para el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1962, obtuvo dos premios del Sindicato del Espectáculo, uno de ellos al actor Manuel Aleixandre (el cuñado de Plácido) y dos del Círculo de Escritores Cinematográficos.

Sin embargo, a pesar de tanto éxito, Berlanga no la consideraba "más dramática que mis películas anteriores: en todas existe el mismo arco. Son dramáticas, agnósticas, escépticas, amargas si se quiere, son películas anarquistas".

placido

Sencillamente imposible resulta dejar de mencionar, y ensalzar claro, los inmortales y famosos planos prolongados berlanguianos, con los que enriquece la exquisita descripción fotográfica de la sociedad española de aquellos años. Construye sus míticos planos secuencia, en los que manifiesta su magistral e inigualable dominio en el trabajo de cámara, escenas que parecen no tener límites y que se extienden convirtiéndose en excelentes medios narrativos. Además, estos largos planos hacen más destacable el trabajo coral del elenco actoral y permiten entrelazar situaciones diversas y contrapuestas que se desarrollan a la vez, un estilo imposible de desarrollar sin la colaboración de grandes intérpretes. Cada uno de estos largos planos pone en escena a varios actores, cada uno representando diferentes diálogos y situaciones que convergen en el tempo y en el espacio con una coincidencia medida hasta el milímetro para que una grupo de personajes distintos no se conviertas en una algarabía sin sentido.

Un buen plano secuencia exige además de la habilidad técnica, estar representado por grandes actores, ya que es lo más parecido al teatro que se rueda en las películas. Al ser una única secuencia sin cortes el diálogo no es interrumpido y la interpretación actoral debe estar a la altura.

Berlanga demuestra una abrumadora movilidad de la cámara, su herramienta de trabajo, que se desliza, gira, nos introduce en lo que pasa con sus precisos acercamientos y alejamientos, seguimientos y rotaciones, es una lente que llega a todo. Con esa característica movilidad, la cámara se convierte en un personaje más, ágil, inteligente, y muy expresiva, es su sello inconfundible, esos planos secuencia, íntegros, y un invaluable elemento narrativo.

placido

Por tanto, Berlanga da prioridad a la interpretación de actores y elige un sólido elenco con excelentes secundarios. Contó con un plantel impecable en que cada cual hace un trabajo perfecto donde encontramos personajes magníficamente interpretados por: Elvira Quintillá, Amelia de la Torre, Julia Caba Alba, Amparo Soler Leal, Manuel Alexandre, Mari Carmen Yepes, Agustín González, Luis Ciges, Antonio Ferrandis y algunos más.

La cinta se va ennegreciendo conforme avanza el frenético ritmo del metraje: miseria, muerte, falsedad, egoísmo, austeridad, soledad y diferentes problemas imposibles de solucionar son retratados a la perfección y con grandísima ironía convirtiendo a este relato como una de las piezas, como un perfecto retrato de una época y un lugar que no nos quedan todavía nada ajenos en la memoria.

"Se trata del humor español, el de la picaresca española. Desde Quevedo a Buñuel, pasando por Goya y Solana, todo señor que haya intentado diseccionar a los españoles, es decir, diseccionarse a sí mismo, ha tenido que recurrir por fuerza a esto que llaman humor negro". Luis García Berlanga.

placido

Director: Luis García Berlanga.

Intérpretes: Cassen, José Luis López Vázquez, Elvira Quintillá, Amelia de la Torre, Julia Caba Alba, Amparo Soler Leal, Manuel Alexandre.

Trailer:


Títulos de crédito:


Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard

el-verdugo
En la prisión de Madrid y en pleno amanecer, José Luís (Nino Manfredi) y Álvarez, empleados de pompas fúnebres, cuando van a recoger el cadáver de un ajusticiado, conocen a Amadeo (José Isbert), un viejo verdugo que está a punto de jubilarse. Asimismo, José Luís conoce casualmente a su hija, Carmen, y se enamora de ella. Más tarde, Amadeo descubre la intimidad de a pareja, ya que Carmen ha quedado embarazada y prácticamente les obliga a casarse. Como las dificultades para encontrar piso son enormes, el padre consigue que su yerno acepte la plaza de verdugo que quedará libre con su próxima jubilación. Tras muchas vacilaciones y con la convicción de que no tendrá que ajusticiar a nadie, José Luís acepta. Pero tiempo después, cuando ya ha nacido el niño, es requerido para ejercer su oficio en Palma de Mallorca.

Con guión de Rafael Azcona, Ennio Flaiano y Luis G. Berlanga, El verdugo, coproducida con Italia, es probablemente la mejor obra del director valenciano y la más importante y significativa de la cinematografía española. La intervención decisiva de Azcona en el argumento consiguió un guión modélico no sólo en cuanto a la construcción, sino a su contenido, más trascendental que en otras ocasiones.

el-verdugo

Por otra parte, el estilo tremendista, el humor negro, fraguan el film, además de ser un potente alegato contra la pena de muerte; pero sobre todo y, especialmente, un certero testimonio de cómo el hombre contemporáneo acaba cediendo a los acontecimientos sociales en contra de su voluntad, cómo lo sería la oposición de la mayoría de la sociedad a la pena capital. Que en este caso llevan al protagonista a ejercer, sin contemplaciones, el asesinato legal, como funcionario público que es y, todo ello con unos magníficos y brillantes diálogos, que conforman uno de los éxitos de la cinta:

Amadeo: Me hacen reír los que dicen que el garrote es inhumano. Qué es mejor la guillotina? Usted cree que se puede enterrar a un hombre hecho pedazos?
Jose Luis: No, yo no entiendo de eso.
Amadeo: ...Y qué me dice de los americanos. La silla eléctrica son miles de voltios. Los deja negros, abrasados. A ver dónde está la humanidad de la silla!
Jose Luis: Yo creo que la gente debe morir en su cama. No?
Amadeo: Naturalmente, pero si existe la pena de muerte, alguien tiene que aplicarla.

el-verdugo

El Verdugo es un demoledor retrato del mundo madrileño, de la hipocresía social imperante y de ciertas mentalidades del país durante la segunda posguerra tratado con el sentido del humor característico de Berlanga, el cual imprimiendo acidez y humor le permiten alejarse un poco de la dramática aplicación de la pena capital, contando con un plantel actoral de lujo como Pepe Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, José Luís Lopez Vázquez, Ángel Álvarez, María Luisa Ponte, Maruja Isbert, Xan Das Bolas o José Sazatornil.

Dentro del contexto económico, la economía española había superado una serie de problemas estructurales que lastraban toda posibilidad de desarrollo, e iniciaba una etapa de crecimiento cuya planificación se hacía necesaria. Los nuevos aires liberalizadores pronto se dejarían notar: las editoriales comenzaron a publicar en castellano obras hasta entonces prohibidas; a finales de 1962 la prensa nacional informaba de huelgas y disturbios obreros ante el asombro de la opinión pública, y al año siguiente las autoridades de Información y Turismo permitían la aparición de "Cuadernos para el Diálogo".

el-verdugo

Por todo ello, los años sesenta han sido considerados genéricamente como la época áurea del Régimen franquista y, en efecto, resulta evidente que durante ese período de tiempo España conoció el más impresionante ritmo de desarrollo económico de su historia. La indudable modernización económica y social de la España de los 60 contrasta con la dura realidad de unas estructuras políticas dictatoriales incapaces de adaptarse el dinamismo de una sociedad en continua mutación.

Ciertas concesiones de "apertura" auspiciadas desde el Régimen lo único que hicieron fue ahondar aún más las contradicciones existentes entre la "España real" y la "España oficial". Así en 1963 se crea el TOP (Tribunal de Orden Público) cuya misión era reprimir las rebeliones y delitos políticos con la aplicación de cualquier medida disuasoria, entre las que se incluía la pena de muerte.

Cuando se presentó la cinta al Festival de Venecia de ese año, donde ganó el Premio de la Crítica Internacional, tuvo la coincidencia de exhibirse precisamente en los días que habían ajusticiado en España al militante comunista Julián Grimau, acusado de varios crímenes durante la guerra civil y, a dos ciudadanos más anarquistas, miembros de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias, lo cual desencadenó una insólita campaña en contra del hoy reconocido film de Berlanga, el sufrió multitud de cortes por parte de la censura.

el-verdugo

Frase para recordar:

-¡No lo haré más, entiende? no lo haré más!
- ¡Eso mismo dije yo la primera vez!

Director: Luis García Berlanga.

Intérpretes: José Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, José Luis López Vázquez, Ángel Álvarez, María Luisa Ponte, María Isbert.

Trailer:


Escena:


Reseña escrita por Marilyn Rodríguez

EL VERDUGO (1963). Alegato contra la pena de muerte.

el-verdugo
En la prisión de Madrid y en pleno amanecer, José Luís (Nino Manfredi) y Álvarez, empleados de pompas fúnebres, cuando van a recoger el cadáver de un ajusticiado, conocen a Amadeo (José Isbert), un viejo verdugo que está a punto de jubilarse. Asimismo, José Luís conoce casualmente a su hija, Carmen, y se enamora de ella. Más tarde, Amadeo descubre la intimidad de a pareja, ya que Carmen ha quedado embarazada y prácticamente les obliga a casarse. Como las dificultades para encontrar piso son enormes, el padre consigue que su yerno acepte la plaza de verdugo que quedará libre con su próxima jubilación. Tras muchas vacilaciones y con la convicción de que no tendrá que ajusticiar a nadie, José Luís acepta. Pero tiempo después, cuando ya ha nacido el niño, es requerido para ejercer su oficio en Palma de Mallorca.

Con guión de Rafael Azcona, Ennio Flaiano y Luis G. Berlanga, El verdugo, coproducida con Italia, es probablemente la mejor obra del director valenciano y la más importante y significativa de la cinematografía española. La intervención decisiva de Azcona en el argumento consiguió un guión modélico no sólo en cuanto a la construcción, sino a su contenido, más trascendental que en otras ocasiones.

el-verdugo

Por otra parte, el estilo tremendista, el humor negro, fraguan el film, además de ser un potente alegato contra la pena de muerte; pero sobre todo y, especialmente, un certero testimonio de cómo el hombre contemporáneo acaba cediendo a los acontecimientos sociales en contra de su voluntad, cómo lo sería la oposición de la mayoría de la sociedad a la pena capital. Que en este caso llevan al protagonista a ejercer, sin contemplaciones, el asesinato legal, como funcionario público que es y, todo ello con unos magníficos y brillantes diálogos, que conforman uno de los éxitos de la cinta:

Amadeo: Me hacen reír los que dicen que el garrote es inhumano. Qué es mejor la guillotina? Usted cree que se puede enterrar a un hombre hecho pedazos?
Jose Luis: No, yo no entiendo de eso.
Amadeo: ...Y qué me dice de los americanos. La silla eléctrica son miles de voltios. Los deja negros, abrasados. A ver dónde está la humanidad de la silla!
Jose Luis: Yo creo que la gente debe morir en su cama. No?
Amadeo: Naturalmente, pero si existe la pena de muerte, alguien tiene que aplicarla.

el-verdugo

El Verdugo es un demoledor retrato del mundo madrileño, de la hipocresía social imperante y de ciertas mentalidades del país durante la segunda posguerra tratado con el sentido del humor característico de Berlanga, el cual imprimiendo acidez y humor le permiten alejarse un poco de la dramática aplicación de la pena capital, contando con un plantel actoral de lujo como Pepe Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, José Luís Lopez Vázquez, Ángel Álvarez, María Luisa Ponte, Maruja Isbert, Xan Das Bolas o José Sazatornil.

Dentro del contexto económico, la economía española había superado una serie de problemas estructurales que lastraban toda posibilidad de desarrollo, e iniciaba una etapa de crecimiento cuya planificación se hacía necesaria. Los nuevos aires liberalizadores pronto se dejarían notar: las editoriales comenzaron a publicar en castellano obras hasta entonces prohibidas; a finales de 1962 la prensa nacional informaba de huelgas y disturbios obreros ante el asombro de la opinión pública, y al año siguiente las autoridades de Información y Turismo permitían la aparición de "Cuadernos para el Diálogo".

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Por todo ello, los años sesenta han sido considerados genéricamente como la época áurea del Régimen franquista y, en efecto, resulta evidente que durante ese período de tiempo España conoció el más impresionante ritmo de desarrollo económico de su historia. La indudable modernización económica y social de la España de los 60 contrasta con la dura realidad de unas estructuras políticas dictatoriales incapaces de adaptarse el dinamismo de una sociedad en continua mutación.

Ciertas concesiones de "apertura" auspiciadas desde el Régimen lo único que hicieron fue ahondar aún más las contradicciones existentes entre la "España real" y la "España oficial". Así en 1963 se crea el TOP (Tribunal de Orden Público) cuya misión era reprimir las rebeliones y delitos políticos con la aplicación de cualquier medida disuasoria, entre las que se incluía la pena de muerte.

Cuando se presentó la cinta al Festival de Venecia de ese año, donde ganó el Premio de la Crítica Internacional, tuvo la coincidencia de exhibirse precisamente en los días que habían ajusticiado en España al militante comunista Julián Grimau, acusado de varios crímenes durante la guerra civil y, a dos ciudadanos más anarquistas, miembros de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias, lo cual desencadenó una insólita campaña en contra del hoy reconocido film de Berlanga, el sufrió multitud de cortes por parte de la censura.

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Frase para recordar:

-¡No lo haré más, entiende? no lo haré más!
- ¡Eso mismo dije yo la primera vez!

Director: Luis García Berlanga.

Intérpretes: José Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, José Luis López Vázquez, Ángel Álvarez, María Luisa Ponte, María Isbert.

Trailer:


Escena:


Reseña escrita por Marilyn Rodríguez

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Esta colaboración entre Luis García Berlanga como director y Rafael Azcona como guionista ( creador del "El Pisito (1959)" y "El verdugo (1963)") dio lugar a un singular y curioso relato, absolutamente rompedor para la época histórica en la que se elabora, todavía bajo la dictadura de Franco.

Se trata de una de las obras de Berlanga menos conocida, quizás porque su fina crítica de la burguesía carece de ese humor ácido y caricaturesco tan característico de sus otros films. En esta película Berlanga nos sumerge en la vida de un individuo socialmente respetable, representativo y perteneciente a la clase social heredera de ese rancio patrimonio en decadencia que intenta mantener sus privilegios socio- económicos y que ha crecido con todo tipo de caprichos.

Muchos años antes de que Spike Jonze nos regalara preciosistas escenas de la soledad de un hombre hablando con un sistema operativo superinteligente, Berlanga ya fue capaz de alertar sobre la soledad emocional y el tortuoso laberinto de pasiones prohibidas de un hombre de mediana edad incapaz de mantener una relación afectiva real y que debe recurrir a una muñeca hinchable para satisfacer todos sus deseos e impulsos sexuales.

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El elemento transgresor de este film consiste en revelar, en poner al descubierto la inmadurez emocional de un burgués de mediana edad, el cual además de mantener una peculiar relación con su madre, se relaciona con un objeto, sobre el que deposita todo aquello que quiere realizar en el mundo imaginario y que le está vetado en el mundo real.

El protagonista en realidad, sigue siendo como un niño con sus juguetes. Se mantiene en su posición infantil denominada por el psicoanálisis como "perverso polimorfo", ya que la docilidad y sumisión de una muñeca de poliuretano le permiten hacer todo aquello que jamás sería aceptado por una mujer de carne y hueso. Además de las diferentes prácticas sexuales, juega a travestirse, habla por y con ella, llegando a extremos completamente alejados de la realidad que le conducen a abandonar su trabajo como dentista de gran reputación y a su propia esposa para casarse con su nuevo juguete.

La interpretación del actor francés Michel Piccoli resulta extraordinaria en esta historia co-escrita por Rafael Azcona y Berlanga que cuenta además con una agradecida música de Maurice Jarre.

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El relato está rodado con un ritmo pausado y las conversaciones que nuestro protagonista mantiene con su singular compañera no dejan de ser turbadoras, tanto como las escenas de sexo, perfectamente dibujado en sus intenciones más que en sus elementos.

Aunque aparentemente la relación fetichista del protagonista no deja de ser chocante y ocupar un lugar destacado dentro del film, subyace todo una elaborada crítica de la burguesía acostumbrada a la lujuria y a satisfacer sus caprichos. Una clase social que pretende mantener una excelente fachada asentada sobre una gran represión, la cual cuando es eliminada permite aflorar toda una serie de perversiones infantiles, unas carencias sociales que conducen al más absoluto aislamiento humano.

Las relaciones sociales son sustituidas por un juego morboso donde la línea entre fantasía y realidad se desdibujan hasta el extremo del final dramático. La película aunque rodada con gran elegancia muestra varias escenas de erotismo absolutamente transgresoras para el cine español de esa época. Subestimada por la mayoría, se trata de una estupenda película muy bien narrada, muy cercana a la corriente buñuelista dominante de la época, perfectamente interpretada, que va mucho más allá de su superficial concupiscencia.

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Título original: Grandeur nature.

Director: Luis García Berlanga.

Intérpretes: Michel Piccoli, Rada Rassimov, Amparo Soler Leal, Queta Claver, Manuel Alexandre, Julieta Serrano.

Escena:


Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard

TAMAÑO NATURAL (1973). La muñeca hinchable de Luis García Berlanga.

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Esta colaboración entre Luis García Berlanga como director y Rafael Azcona como guionista ( creador del "El Pisito (1959)" y "El verdugo (1963)") dio lugar a un singular y curioso relato, absolutamente rompedor para la época histórica en la que se elabora, todavía bajo la dictadura de Franco.

Se trata de una de las obras de Berlanga menos conocida, quizás porque su fina crítica de la burguesía carece de ese humor ácido y caricaturesco tan característico de sus otros films. En esta película Berlanga nos sumerge en la vida de un individuo socialmente respetable, representativo y perteneciente a la clase social heredera de ese rancio patrimonio en decadencia que intenta mantener sus privilegios socio- económicos y que ha crecido con todo tipo de caprichos.

Muchos años antes de que Spike Jonze nos regalara preciosistas escenas de la soledad de un hombre hablando con un sistema operativo superinteligente, Berlanga ya fue capaz de alertar sobre la soledad emocional y el tortuoso laberinto de pasiones prohibidas de un hombre de mediana edad incapaz de mantener una relación afectiva real y que debe recurrir a una muñeca hinchable para satisfacer todos sus deseos e impulsos sexuales.

tamaño-natural

El elemento transgresor de este film consiste en revelar, en poner al descubierto la inmadurez emocional de un burgués de mediana edad, el cual además de mantener una peculiar relación con su madre, se relaciona con un objeto, sobre el que deposita todo aquello que quiere realizar en el mundo imaginario y que le está vetado en el mundo real.

El protagonista en realidad, sigue siendo como un niño con sus juguetes. Se mantiene en su posición infantil denominada por el psicoanálisis como "perverso polimorfo", ya que la docilidad y sumisión de una muñeca de poliuretano le permiten hacer todo aquello que jamás sería aceptado por una mujer de carne y hueso. Además de las diferentes prácticas sexuales, juega a travestirse, habla por y con ella, llegando a extremos completamente alejados de la realidad que le conducen a abandonar su trabajo como dentista de gran reputación y a su propia esposa para casarse con su nuevo juguete.

La interpretación del actor francés Michel Piccoli resulta extraordinaria en esta historia co-escrita por Rafael Azcona y Berlanga que cuenta además con una agradecida música de Maurice Jarre.

tamaño-natural

El relato está rodado con un ritmo pausado y las conversaciones que nuestro protagonista mantiene con su singular compañera no dejan de ser turbadoras, tanto como las escenas de sexo, perfectamente dibujado en sus intenciones más que en sus elementos.

Aunque aparentemente la relación fetichista del protagonista no deja de ser chocante y ocupar un lugar destacado dentro del film, subyace todo una elaborada crítica de la burguesía acostumbrada a la lujuria y a satisfacer sus caprichos. Una clase social que pretende mantener una excelente fachada asentada sobre una gran represión, la cual cuando es eliminada permite aflorar toda una serie de perversiones infantiles, unas carencias sociales que conducen al más absoluto aislamiento humano.

Las relaciones sociales son sustituidas por un juego morboso donde la línea entre fantasía y realidad se desdibujan hasta el extremo del final dramático. La película aunque rodada con gran elegancia muestra varias escenas de erotismo absolutamente transgresoras para el cine español de esa época. Subestimada por la mayoría, se trata de una estupenda película muy bien narrada, muy cercana a la corriente buñuelista dominante de la época, perfectamente interpretada, que va mucho más allá de su superficial concupiscencia.

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Título original: Grandeur nature.

Director: Luis García Berlanga.

Intérpretes: Michel Piccoli, Rada Rassimov, Amparo Soler Leal, Queta Claver, Manuel Alexandre, Julieta Serrano.

Escena:


Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard


bienvenido mister marshall
Considerado un título clave en la historia del cine español, el director Luis García Berlanga (realizador de las también importantes "El verdugo (1963)" o "Plácido (1961)") junto al guión de Miguel Mihura y Juan Antonio Bardem (tío de Javier Bardem) nos contaría la historia de un humilde pueblo y el revuelo de sus habitantes cuando se enteran de la visita de los estadounidenses con motivo del Plan Marshall. Interesante comedia costumbrista y de fuerte crítica social que refleja a una España rural fracasada y empobrecida por el régimen franquista llena de una serie de expectativas e ilusiones con la inminente llegada de las autoridades americanas (simbolizados como si de los reyes magos se trataran) y su supuesta aportación económica. A pesar de tener un argumento que podría haber sido enfocado para hablarnos de las penurias y amarguras de sus habitantes, el director saca su lado más irónico y recrea un pueblo caricaturizado de personajes tan carismáticos como entrañables donde destacaría a José Isbert (padre de la también actriz María Isbert) con su papel del bonachón y sordo alcalde del pueblo y gran aficionado al cine del Oeste (genial la escena de su sueño la noche previa del gran día convertido en un sheriff de inglés bastante dudoso).

bienvenido mister marshall

Quedará en el recuerdo la canción (convertida en todo un icono de la música folclórica) "Americano" cantada por la andaluza Lolita Sevilla que debutaría en el cine gracias a esta obra. Destacar la participación de Fernando Rey como narrador de la historia, actor español de importante reconocimiento internacional, muy a pesar de Antonio Banderas que aún prosigue su lucha para tan preciado galardón con su larga lista de pésimas interpretaciones. Como curiosidad del film destaco el enfado del actor Edward G.Robinson (conocido por sus participaciones en películas míticas como "Cayo Largo (1948)" o "Los diez mandamientos (1956)", entre otras) durante la visión de esta obra (especialmente en la escena final donde se ve una bandera estadounidense hundiéndose bajo el agua) en el Festival de Cannes de aquel año donde la tachó de un "ataque a los Estados Unidos".

Frase para recordar: "Yo os aseguro que para pagar esto ni un céntimo ha salido de las arcas públicas, porque como todos sabéis en las arcas jamás ha habido un céntimo".

bienvenido mister marshallbienvenido mister marshall

Director: Luis García Berlanga

Intérpretes: José Isbert, Lolita Sevilla, Manolo Morán, Alberto Romea

Escena: 




Información complementaria:
 José Isbert

Reseña escrita por Jesús Fariña 

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BIENVENIDO MíSTER MARSHALL (1952). Un clásico del cine español


bienvenido mister marshall
Considerado un título clave en la historia del cine español, el director Luis García Berlanga (realizador de las también importantes "El verdugo (1963)" o "Plácido (1961)") junto al guión de Miguel Mihura y Juan Antonio Bardem (tío de Javier Bardem) nos contaría la historia de un humilde pueblo y el revuelo de sus habitantes cuando se enteran de la visita de los estadounidenses con motivo del Plan Marshall. Interesante comedia costumbrista y de fuerte crítica social que refleja a una España rural fracasada y empobrecida por el régimen franquista llena de una serie de expectativas e ilusiones con la inminente llegada de las autoridades americanas (simbolizados como si de los reyes magos se trataran) y su supuesta aportación económica. A pesar de tener un argumento que podría haber sido enfocado para hablarnos de las penurias y amarguras de sus habitantes, el director saca su lado más irónico y recrea un pueblo caricaturizado de personajes tan carismáticos como entrañables donde destacaría a José Isbert (padre de la también actriz María Isbert) con su papel del bonachón y sordo alcalde del pueblo y gran aficionado al cine del Oeste (genial la escena de su sueño la noche previa del gran día convertido en un sheriff de inglés bastante dudoso).

bienvenido mister marshall

Quedará en el recuerdo la canción (convertida en todo un icono de la música folclórica) "Americano" cantada por la andaluza Lolita Sevilla que debutaría en el cine gracias a esta obra. Destacar la participación de Fernando Rey como narrador de la historia, actor español de importante reconocimiento internacional, muy a pesar de Antonio Banderas que aún prosigue su lucha para tan preciado galardón con su larga lista de pésimas interpretaciones. Como curiosidad del film destaco el enfado del actor Edward G.Robinson (conocido por sus participaciones en películas míticas como "Cayo Largo (1948)" o "Los diez mandamientos (1956)", entre otras) durante la visión de esta obra (especialmente en la escena final donde se ve una bandera estadounidense hundiéndose bajo el agua) en el Festival de Cannes de aquel año donde la tachó de un "ataque a los Estados Unidos".

Frase para recordar: "Yo os aseguro que para pagar esto ni un céntimo ha salido de las arcas públicas, porque como todos sabéis en las arcas jamás ha habido un céntimo".

bienvenido mister marshallbienvenido mister marshall

Director: Luis García Berlanga

Intérpretes: José Isbert, Lolita Sevilla, Manolo Morán, Alberto Romea

Escena: 




Información complementaria:
 José Isbert

Reseña escrita por Jesús Fariña 

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