El cineasta
Carl Theodor Dreyer será recordado, al igual que Ingmar Bergman ("
El séptimo sello (1956)"), como uno de los grandes realizadores escandinavos que nos ha dado la historia del séptimo arte. Desde sus inicios en el cine mudo con títulos como "
La viuda del párroco (1920)" y "
La pasión de Juana de Arco (1928)" hasta su último film "
Gertrud (1965)", años previos a su muerte, sus trabajos cinematográficas siempre estuvieron relacionados con
el mundo de la espiritualidad, la fe y los sentimientos humanos. En esta ocasión me centraré en la que fue su película más reconocida en el panorama internacional, "La palabra", un título inspirado en la obra teatral del dramaturgo y clérigo danés
Kaj Munk y que obtendría el Globo de Oro a la mejor película de habla extranjera en la gala celebrada aquel año. La historia, ambientada en un pueblo rural de los inicios del siglo XX, nos mostraría la relación que mantiene un devoto anciano (Morten Borgen) con sus tres hijos, Johannes, un estudiante de teología que se cree Jesucristo, Ander, un adolescente enamorado de la hija de una familia con quien su padre mantiene una dura rivalidad en cuanto creencias religiosas y Mikkel, el mayor de los hijos y el menos creyente de los tres hermanos que ve como su esposa (Inger) después de quedar embarazada de su tercer hijo se encuentra al borde de la vida y la muerte. La obra de Dreyer estaría caracterizada por el uso un ritmo narrativo pausado, por una presentación de escenas propias de una obra teatral y donde la luminosidad de sus imágenes (estupendo trabajo artístico del director de fotografía de Henning Bendstenn, el mismo que colaboró con Lars von Trier en la bélica "
Europa (1991)") y el uso de largos planos donde la cámara se mueve de un lado a otro en un mismo lugar prevalecerían en la gran mayoría de sus secuencias. Entre sus escenas hago mención la agitada discusión que mantiene Morten Borgen con el patriarca de la familia rival debatiendo cuál de los dos posee un mejor actitud cristiana o ese momento de cierto suspense donde Johannes a través de un acto divino solicita el resucitamiento de la mujer de su hermano Mikkel recientemente fallecida. Como curiosidad, la obra de Kaj Munk ya había sido anteriormente adaptada en el formato cinematográfico en el año 1943 a manos del sueco Gustaf Molander.
Frase para recordar: "Inger, te has de pudrir porque los tiempos son podridos".
Título original: Ordet.
Director: Carl Theodor Dreyer.
Intérpretes: Henrik Malberg, Emil Hass Christensen, Preben Lerdoff Rye, Cay Kristiansen.
Reseña escrita por Jesús Fariña
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2 opiniones :
Esta peli, que es cierto que tiene aspectos teatrales de una gran intensidad emocional, es impresionante; me deja sin palabras. Obra de arte absoluta, sobrecogedora. Así de sencilla, en el plano formal, es perfecta. Aquí importa el discurso, la fe y el amor. Una de mis pelis favoritas de todos los tiempos. Me gusta tanto que temo escribir sobre ella por si pudiera meter la pata. No quiero estropear tanta belleza.
Un saludo, Jesús, y perdona tanta cursilería junta. Es que esta peli me puede.
Para nada cursilería, buen análisis Javi, un saludo amigo!
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