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los-santos-inocentes
Paco (Alfredo Landa) y Régula (Terele Pávez) forman, junto a sus tres hijos, una familia de campesinos a las órdenes de los señores del cortijo que aguantan toda clase de órdenes y humillaciones sin queja alguna. Un día se presenta Azarías (Paco Rabal), el hermano deficiente mental de Régula, pues ha sido despedido del cortijo en el que él trabajaba y decide unirse a la familia de su hermana para trabajar. Ahora, deberán hacer frente a todas las penurias típicas de la época juntos.

Estamos ante una España en vías de desarrollo, un país de contrastes, y el director, además de reflejar una dolorosa realidad, no muy lejana, nos muestra el abismo existente entre la sociedad de la época entre una paupérrima familia que vive en la miseria y otra burguesa y completamente deshumanizada.

A punto de alcanzar la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1984, sí fue reconocido por su interpretación, ganando el premio ex aequo los dos grandes protagonistas del film, Paco Rabal y Alfredo Landa. Se trata, por tanto, de una película impresionante que basándose en la obra homónima de Miguel Delibes publicada en 1981, evoca ciertas mentalidades de la España rural; concretamente la Extremadura de los años 60. Un caciquismo que representa el sistema feudal en forma de marcadas estructuras jerárquicas, donde la autoridad del poder era aplicada de forma incuestionable y resignada, visible en Régula: -"A mandar Don Pedro, para eso estamos" y, en las constantes humillaciones que padece Paco, el bajo. En el vértice de la jerarquía, el señorito, dueño y señor de los latifundios y de las personas a su servicio. Azarías es la pura inocencia y personaje central del relato. Su condición de deficiente intelectual le permite campar a su aire, mientras no moleste. Vuelca todo su amor y ternura en la niña chica y en la Milana que cuida y siente como alguien de su familia.

los-santos-inocentes

La magnitud de la obra del escritor castellano queda reflejada con creces, aunque el director, Mario Camus, no consigue liberarse del tono literario del texto original, pero sabe adaptarlo con brillantez, reescribiéndola con imágenes y conservando el espíritu de su autor, el cual aprobó la adaptación en su totalidad. Las magníficas interpretaciones del plantel actoral de la cinta, hacen el resto.

La película consigue emocionar al espectador, su interés va in crescendo, logrando que la historia llegue a golpear violentamente en la conciencia del este y hace que provoque una reflexión crítica sobre el duro drama que pertenece a la idiosincrasia española, donde desfilan la aristocracia y su caridad mal entendida (la marquesa dando limosna a los pobres en rigurosa fila de a uno), los caciques, el clero, a sus anchas y en el último escalafón, el campesinado, la servidumbre.

los-santos-inocentes

Las imágenes poseen una fuerza por sí mismas, sin ningún tipo de concesión, en ocasiones, hasta crueles, imprimiendo al relato una sobriedad casi dolorosa y muy en concordancia con la novela. Así, la narración se apoya en escenas rodadas en espacios naturales de gran belleza y unas interpretaciones al máximo nivel.

En los 107 minutos que dura la película, contemplamos el resquebrajamiento absoluto de una familia por culpa de unos ricos y crueles amos, unos amos que no los consideran seres humanos, sino que ojos de estos, tienen la condición de animales. Considerados por éstos como de su propiedad, al igual que las hectáreas de tierra que poseen en una relación de opresores y oprimidos. Ayudados por la incultura y el analfabetismo, la clase privilegiada se aprovechaba de este hecho para mantener su estrato social, riqueza y poder, como así manifiesta el señorito Iván:- "Hay que aceptar una jerarquía, unos abajo y otros arriba, es ley de vida". Así se muestra en la relación entre Iván y Paco el bajo, el cual lo tutea de pequeño hasta que aquel empieza a tomar conciencia de clase y le exige el trato de dirigirse a él como señorito Iván.

los-santos-inocentes

Los santos inocentes es una de las películas más importantes y demoledoras de la cinematografía española y una de las adaptaciones de Delibes que poseen mejor calidad, puesto que no solo es un brutal retrato del mundo rural de la época, sino que posee un gran valor histórico, sociológico y didáctico, como fiel y desgraciado reflejo de la Historia Contemporánea de España. Una España que en la década de los sesenta vivió una transformación absoluta e importante, plagada de desequilibrios económicos y sociales; el dominio de los terratenientes en la España rural, mientras algunas ciudades experimentaban un desarrollo a consecuencia de la producción industrial, tales como Barcelona, Bilbao o Madrid, teniendo como consecuencia la diáspora masiva de emigrantes, tanto a esas ciudades industriales, como a países europeos (Alemania, Suiza, etc.), así como una fuerte incremento de la natalidad, fenómeno conocido como el baby boom.

Un nuevo futuro y una vía de escape para las nuevas generaciones de inocentes que protagonizaran el cambio social basado hasta ahora en la tradición a perpetuidad, representado y deseado por los hijos de Paco y Régula.

los-santos-inocentes

Frase para recordar: -"Se obstinan en que se les trate como a personas y eso no puede ser, la culpa la tiene ese dichoso Concilio (Vaticano II), que les malmete".

Director: Mario Camus.

Intérpretes: Alfredo Landa, Francisco Rabal, Juan Diego, Terele Pávez, Belén Ballesteros, Juan Sanchez, Ágata Lys, Agustín González.

Trailer:


Escena:


Reseña escrita por Marilyn Rodríguez

LOS SANTOS INOCENTES (1984). El drama rural de Mario Camus.

los-santos-inocentes
Paco (Alfredo Landa) y Régula (Terele Pávez) forman, junto a sus tres hijos, una familia de campesinos a las órdenes de los señores del cortijo que aguantan toda clase de órdenes y humillaciones sin queja alguna. Un día se presenta Azarías (Paco Rabal), el hermano deficiente mental de Régula, pues ha sido despedido del cortijo en el que él trabajaba y decide unirse a la familia de su hermana para trabajar. Ahora, deberán hacer frente a todas las penurias típicas de la época juntos.

Estamos ante una España en vías de desarrollo, un país de contrastes, y el director, además de reflejar una dolorosa realidad, no muy lejana, nos muestra el abismo existente entre la sociedad de la época entre una paupérrima familia que vive en la miseria y otra burguesa y completamente deshumanizada.

A punto de alcanzar la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1984, sí fue reconocido por su interpretación, ganando el premio ex aequo los dos grandes protagonistas del film, Paco Rabal y Alfredo Landa. Se trata, por tanto, de una película impresionante que basándose en la obra homónima de Miguel Delibes publicada en 1981, evoca ciertas mentalidades de la España rural; concretamente la Extremadura de los años 60. Un caciquismo que representa el sistema feudal en forma de marcadas estructuras jerárquicas, donde la autoridad del poder era aplicada de forma incuestionable y resignada, visible en Régula: -"A mandar Don Pedro, para eso estamos" y, en las constantes humillaciones que padece Paco, el bajo. En el vértice de la jerarquía, el señorito, dueño y señor de los latifundios y de las personas a su servicio. Azarías es la pura inocencia y personaje central del relato. Su condición de deficiente intelectual le permite campar a su aire, mientras no moleste. Vuelca todo su amor y ternura en la niña chica y en la Milana que cuida y siente como alguien de su familia.

los-santos-inocentes

La magnitud de la obra del escritor castellano queda reflejada con creces, aunque el director, Mario Camus, no consigue liberarse del tono literario del texto original, pero sabe adaptarlo con brillantez, reescribiéndola con imágenes y conservando el espíritu de su autor, el cual aprobó la adaptación en su totalidad. Las magníficas interpretaciones del plantel actoral de la cinta, hacen el resto.

La película consigue emocionar al espectador, su interés va in crescendo, logrando que la historia llegue a golpear violentamente en la conciencia del este y hace que provoque una reflexión crítica sobre el duro drama que pertenece a la idiosincrasia española, donde desfilan la aristocracia y su caridad mal entendida (la marquesa dando limosna a los pobres en rigurosa fila de a uno), los caciques, el clero, a sus anchas y en el último escalafón, el campesinado, la servidumbre.

los-santos-inocentes

Las imágenes poseen una fuerza por sí mismas, sin ningún tipo de concesión, en ocasiones, hasta crueles, imprimiendo al relato una sobriedad casi dolorosa y muy en concordancia con la novela. Así, la narración se apoya en escenas rodadas en espacios naturales de gran belleza y unas interpretaciones al máximo nivel.

En los 107 minutos que dura la película, contemplamos el resquebrajamiento absoluto de una familia por culpa de unos ricos y crueles amos, unos amos que no los consideran seres humanos, sino que ojos de estos, tienen la condición de animales. Considerados por éstos como de su propiedad, al igual que las hectáreas de tierra que poseen en una relación de opresores y oprimidos. Ayudados por la incultura y el analfabetismo, la clase privilegiada se aprovechaba de este hecho para mantener su estrato social, riqueza y poder, como así manifiesta el señorito Iván:- "Hay que aceptar una jerarquía, unos abajo y otros arriba, es ley de vida". Así se muestra en la relación entre Iván y Paco el bajo, el cual lo tutea de pequeño hasta que aquel empieza a tomar conciencia de clase y le exige el trato de dirigirse a él como señorito Iván.

los-santos-inocentes

Los santos inocentes es una de las películas más importantes y demoledoras de la cinematografía española y una de las adaptaciones de Delibes que poseen mejor calidad, puesto que no solo es un brutal retrato del mundo rural de la época, sino que posee un gran valor histórico, sociológico y didáctico, como fiel y desgraciado reflejo de la Historia Contemporánea de España. Una España que en la década de los sesenta vivió una transformación absoluta e importante, plagada de desequilibrios económicos y sociales; el dominio de los terratenientes en la España rural, mientras algunas ciudades experimentaban un desarrollo a consecuencia de la producción industrial, tales como Barcelona, Bilbao o Madrid, teniendo como consecuencia la diáspora masiva de emigrantes, tanto a esas ciudades industriales, como a países europeos (Alemania, Suiza, etc.), así como una fuerte incremento de la natalidad, fenómeno conocido como el baby boom.

Un nuevo futuro y una vía de escape para las nuevas generaciones de inocentes que protagonizaran el cambio social basado hasta ahora en la tradición a perpetuidad, representado y deseado por los hijos de Paco y Régula.

los-santos-inocentes

Frase para recordar: -"Se obstinan en que se les trate como a personas y eso no puede ser, la culpa la tiene ese dichoso Concilio (Vaticano II), que les malmete".

Director: Mario Camus.

Intérpretes: Alfredo Landa, Francisco Rabal, Juan Diego, Terele Pávez, Belén Ballesteros, Juan Sanchez, Ágata Lys, Agustín González.

Trailer:


Escena:


Reseña escrita por Marilyn Rodríguez

la vaquilla
Hay que tener cautela y respeto cuando se habla de la guerra civil española, teniendo en cuenta todo tipo de sensibilidades e ideales. Tema que muchos tomarán como demasiado recurrente y trillado en nuestro cine. Pero el caso es que ya sea en cine o en cualquier otro ámbito que haga referencia a nuestra historia, siempre es instructivo a la par que herramienta memorística un séptimo arte para que los recuerdos no se pierdan, aunque algunos se empeñen en acusar de que con ésto se abren heridas pasadas. La lucha del bando republicano (con mayor número de defunciones) contra el bando nacional (con su golpe de estado contra la condición política de la época) provocan todavía hoy en día controversia y odios que curiosamente fueron tomados en la mitad de los años 80 por el guionista Rafael Azcona ("El verdugo (1963)", "Ay Carmela! (1990)") y el director Luis García Berlanga ("Todos a la cárcel (1993)", "Plácido (1961)") con ironía e inteligente desparpajo para narrar los hechos de la película ubicada en plena guerra civil. En un pueblo tomado por los nacionales y separado por trincheras del grupo guerrillero republicano, se escucha el anuncio en una tregua para intercambiar víveres y otros elementos que una corrida de toros va a celebrarse con posterior baile. Lo que hace que dada la hambruna y la falta de medios de la parte republicana se decida en forma de misión agrupar a un comando integrado ahí es nada por: Alfredo Landa, Santiago Ramos, Guillermo Montesinos y José Sacristán entre otros, para robar la vaquila aguando las fiestas a los nacionales en conmemoración de la Virgen de Agosto. 

la vaquilla

Nuestros zafios y brutos héroes se adentran pues a hurtadillas en el pueblo para conseguir sus objetivos de dejar sin res a sus contrarios que no destacan tampoco por su astucia para interceptar la cómica misión. El film "La vaquilla" es capaz de hacer reír viendo a todos los enemigos en el conflicto sufrido del año 36 al 39 juntos bañándose desnudos en el río entre otras secuencias graciosas como la del oficial republicano (José Sacristán) afeitando a uno nacional (Agustín González) o cómo son reclutados todos los infiltrados saliendo de un prostíbulo para participar en una procesión. Me encantan Alfredo Landa con su reconocidísima capacidad actoral para fingir ese mal carácter que tanto me gusta verle con un personaje centrado en mantener la disciplina militar (se sea de un bando o de otro), un Santiago Ramos con su chulesca personalidad de torero que luego resulta ser un cobardica que se caga en los pantalones (literalmente), un Pepe Sacristán que como oficial y peluquero amenaza a todos sus subordinados con cortarles el pelo y un Guillermo Montesinos obsesionado por ver a su novia, que le está siendo infiel con un oficial fascista (Juanjo Puigcorbé). 

la vaquilla

Luis García Berlanga crea una simpática película con un tema muy serio y peliagudo que discurre cual carrera de encierro sanferminero con unos personajes que reflejan sus roles de lo que fue un desgraciado acontecimiento para aquellos que lo vivieron y para sus descendientes. Así pues aparecen como caricatura los estirados y ultracatólicos soldados de derechas acompañando a toda la estirpe ecleseástica por un lado, unidos a señoritos y terratenientes con siervos que omiten sus ideales para conservar su inferior status y su vida. Y por otro el hambriento ejército republicano con sus toscas maneras de actuar sin prácticamente medios y con el único objetivo de estropear los festejos para saciar el apetito que les acucia. La película "La Vaquilla" apuntilla los tópicos que se tiene de los dos bandos españoles enfrentados, no sólo para hacer reír al espectador (dado su resaltado sentido cómico) sino también para hacer reflexionar lo que fue la guerra civil española....La secuencia final de la vaquilla (principal elemento que desata la trama) pudriéndose mientras los buitres la devoran me hace pensar que a veces los humanos dejamos las principales razones por las que lucharon nuestros antepasados (tanto de un bando como de otro) olvidadas y abandonadas. Los desastres de la historia deben recordarse para que no vuelvan a ocurrir, aprendiendo de nuestros errores para que no vuelvan a repetirse en el futuro, la memoria y el respeto deben primar ante todo y películas como "La Vaquilla" aún con humor, reflejan una época que no debemos dejar en el olvido.

la vaquilla
Director: Luis García Berlanga.

Intérpretes: Alfredo Landa, Guillermo Montesinos, Santiago Ramos, José Sacristán, Carles Velat, Eduardo Calvo, Violeta Cela, Agustín González.

Escena:


Reseña escrita por Cristóbal Jiménez

Información complementaria:

LA VAQUILLA (1985). La irónica visión de la guerra civil española por Luis G. Berlanga.

la vaquilla
Hay que tener cautela y respeto cuando se habla de la guerra civil española, teniendo en cuenta todo tipo de sensibilidades e ideales. Tema que muchos tomarán como demasiado recurrente y trillado en nuestro cine. Pero el caso es que ya sea en cine o en cualquier otro ámbito que haga referencia a nuestra historia, siempre es instructivo a la par que herramienta memorística un séptimo arte para que los recuerdos no se pierdan, aunque algunos se empeñen en acusar de que con ésto se abren heridas pasadas. La lucha del bando republicano (con mayor número de defunciones) contra el bando nacional (con su golpe de estado contra la condición política de la época) provocan todavía hoy en día controversia y odios que curiosamente fueron tomados en la mitad de los años 80 por el guionista Rafael Azcona ("El verdugo (1963)", "Ay Carmela! (1990)") y el director Luis García Berlanga ("Todos a la cárcel (1993)", "Plácido (1961)") con ironía e inteligente desparpajo para narrar los hechos de la película ubicada en plena guerra civil. En un pueblo tomado por los nacionales y separado por trincheras del grupo guerrillero republicano, se escucha el anuncio en una tregua para intercambiar víveres y otros elementos que una corrida de toros va a celebrarse con posterior baile. Lo que hace que dada la hambruna y la falta de medios de la parte republicana se decida en forma de misión agrupar a un comando integrado ahí es nada por: Alfredo Landa, Santiago Ramos, Guillermo Montesinos y José Sacristán entre otros, para robar la vaquila aguando las fiestas a los nacionales en conmemoración de la Virgen de Agosto. 

la vaquilla

Nuestros zafios y brutos héroes se adentran pues a hurtadillas en el pueblo para conseguir sus objetivos de dejar sin res a sus contrarios que no destacan tampoco por su astucia para interceptar la cómica misión. El film "La vaquilla" es capaz de hacer reír viendo a todos los enemigos en el conflicto sufrido del año 36 al 39 juntos bañándose desnudos en el río entre otras secuencias graciosas como la del oficial republicano (José Sacristán) afeitando a uno nacional (Agustín González) o cómo son reclutados todos los infiltrados saliendo de un prostíbulo para participar en una procesión. Me encantan Alfredo Landa con su reconocidísima capacidad actoral para fingir ese mal carácter que tanto me gusta verle con un personaje centrado en mantener la disciplina militar (se sea de un bando o de otro), un Santiago Ramos con su chulesca personalidad de torero que luego resulta ser un cobardica que se caga en los pantalones (literalmente), un Pepe Sacristán que como oficial y peluquero amenaza a todos sus subordinados con cortarles el pelo y un Guillermo Montesinos obsesionado por ver a su novia, que le está siendo infiel con un oficial fascista (Juanjo Puigcorbé). 

la vaquilla

Luis García Berlanga crea una simpática película con un tema muy serio y peliagudo que discurre cual carrera de encierro sanferminero con unos personajes que reflejan sus roles de lo que fue un desgraciado acontecimiento para aquellos que lo vivieron y para sus descendientes. Así pues aparecen como caricatura los estirados y ultracatólicos soldados de derechas acompañando a toda la estirpe ecleseástica por un lado, unidos a señoritos y terratenientes con siervos que omiten sus ideales para conservar su inferior status y su vida. Y por otro el hambriento ejército republicano con sus toscas maneras de actuar sin prácticamente medios y con el único objetivo de estropear los festejos para saciar el apetito que les acucia. La película "La Vaquilla" apuntilla los tópicos que se tiene de los dos bandos españoles enfrentados, no sólo para hacer reír al espectador (dado su resaltado sentido cómico) sino también para hacer reflexionar lo que fue la guerra civil española....La secuencia final de la vaquilla (principal elemento que desata la trama) pudriéndose mientras los buitres la devoran me hace pensar que a veces los humanos dejamos las principales razones por las que lucharon nuestros antepasados (tanto de un bando como de otro) olvidadas y abandonadas. Los desastres de la historia deben recordarse para que no vuelvan a ocurrir, aprendiendo de nuestros errores para que no vuelvan a repetirse en el futuro, la memoria y el respeto deben primar ante todo y películas como "La Vaquilla" aún con humor, reflejan una época que no debemos dejar en el olvido.

la vaquilla
Director: Luis García Berlanga.

Intérpretes: Alfredo Landa, Guillermo Montesinos, Santiago Ramos, José Sacristán, Carles Velat, Eduardo Calvo, Violeta Cela, Agustín González.

Escena:


Reseña escrita por Cristóbal Jiménez

Información complementaria:

la cabina
Hoy en día nos queda lejos, pero antes de los móviles, las tablets y el wasap la mayor parte de los humanos utilizábamos las cabinas telefónicas para poder comunicarnos con los demás. Una pequeña estructura metálica y de cristal que nos protegía de la lluvia o el viento mientras hablamos por teléfono y que más de una vez acabábamos desquiciados ante la espera de que ésta quedara libre. Recuerdos nostálgicos aparte, la cabina telefónica fue el medio de comunicación elegido por Antonio Mercero para sorprendernos en el año 1.972 con "La cabina", un corto que dirigió y co-escribió con José Luis Garcí ("El crack  (1981)") y que se ha convertido con el paso de los años en un título de culto dentro del panorama nacional. "La cabina" nos mostraba la angustiosa experiencia de un hombre (José Luis López Vazquez) que tras intentar realizar una llamada en una cabina, quedaría atrapado dentro de ella, con la posterior frustración de no poder salir a pesar de los intentos (inútiles) de ayuda que recibe desde el exterior. Antonio Mercero para quienes no lo conozcan fue un director de cine español, autor de títulos como "La guerra de papá (1977)" o "Esperame en el cielo (1988)" y creador de las famosas series televisivas "made in Spain" "Verano azul" o "Farmacia de guardia", de las cuáles le hicieron ganarse cierta popularidad en el mundo de la pequeña pantalla. Tiene también, a parte de la mencionada "La cabina", un corto que merece ser recordado y que se titula "Los pajaritos (1974)", un interesante título donde el realizador criticaba con cierto tono de humor la contaminación de las grandes ciudades.

la cabina

"La cabina" causaría cierto revuelo entre los espectadores de la época, y es que si el "Tiburón (1975)" de Spielberg consiguió que temiéramos bañarnos en la playa ante el resquemor de que nos apareciera un tiburón que nos hincara el diente y si Hitchcock consiguió que con su "Psicosis (1960)" nos inquietara visitar un motel en plena noche ante el peligro de que un psicópata con traumas infantiles visitará nuestra habitación para clavarnos un cuchillo, Antonio Mercero conseguiría que una inofensiva cabina se convirtiera en una autentica pesadilla para los que la usábamos, y es que después de ver su corto pocos se atrevían a cerrar completamente la puerta de una cabina una vez dentro de ella. "La cabina" de Antonio Mercero fue tildada en la fecha de su estreno como una punzante crítica sobre la dictadura franquista y la sociedad que había por aquel entonces en aquella época, a pesar de que en entrevistas realizadas al cineasta siempre desmintió de que ese fuera su propósito con el corto. En ella se refleja las miserias de una sociedad inmune a las desgracias del prójimo y donde el infortunio ajeno es utilizado como un medio de espectáculo y a la vez un bálsamo para sobrellevar mejor los problemas.

la cabina

En "La cabina" Mercero trata a los habitantes del pueblo como observadores morbosos que se regocijan del sufrimiento de un pobre hombre atrapado en una cabina, en ella son frecuentes las escenas surrealistas y con cierto tono ridículo (ver como ponen un sofá en plena calle para ver más cómodamente el "espectáculo") e incluso cruel, unos traviesos niños mofándose tras el cristal de la angustia que vive el protagonista. Antonio Mercero también se ríe de la autoridad, reflejándo a los policías como patéticos e ineptos a la hora de tratar de salvar al pobre José Luis López Vazquez (quizás para visualizar de manera metafórica la ineficacia de la autoridad en los años del poder franquista). Como papel protagonista tendríamos a José Luis López Vázquez, alejado de su rol más cómico para mostrarnos a un personaje cargado de dramatismo, el actor sabe captar el grado de angustia que sufre su personaje prácticamente con el manejo de la expresión gestual y sin pronunciar apenas palabra, nos hace participe de su agonía y nos hace sentir en nuestra piel su grado de desesperación que vive atrapado entre las cuatro paredes de la cabina. Cuatro paredes que le separarían de la libertad.

la cabina

Son terribles sus momentos de recuerdo viendo una y otra vez como se cierra la puerta de la cabina al igual que los momentos previos de su pesadilla (como pasea con su hijo) conciente de que una mala jugada del destino acabará con su vida. Los movimientos de cámara (combinación de planos picados y contrapicados  de la cabina junto a otros primeros planos mostrando las expresiones faciales del actor) son fundamentales para plasmar el claustrofóbico espacio que se encuentra encerrado José Luis López Vázquez. Entre sus escenas hay que destacar el encuentro fortuito de Jose Luis López Vazquez con otro "desgraciado" (rol encarnado por Agustín Gonzalez) que permanece encerrado en otra cabina mientras son desplazados a un lugar que desconocen. Una angustiosa escena que muestra a dos personas indefensas ante el terrible destino que les espera. Sin olvidarme de la secuencia inicial sin música montando la cabina (como si de un monstruo se tratase) o ese instante del lugar donde es llevado, una especie de fábrica convertida en cementerio para vivos. A finales de año 1.998, Retevisión contrataría a Jose Luis López Vázquez, para que volviese a meterse dentro de una cabina, en esta ocasión para un anuncio que pregonaba la libertad de mercado de la telefonía, monopolizada por aquel entonces por la todopoderosa Telefónica. Un anuncio donde veríamos al bueno de José Luis López Vazquez como salía de la cabina tras muchos años estando dentro.

Frase para recordar: "¿Qué le pasa? Que no puede salir, no se preocupe".

la cabina


Director: Antonio Mercero.

Intérpretes: José Luis López Vázquez, Agustín González, Goyo Lebrero, Tito García, Carmen Martínez Sierra, Carmen Luján, María Vico.

Corto:



Información complementaria:
José Luis López Vázquez 

Reseña escrita por Jesús Fariña

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LA CABINA (1972). La angustia de José Luis López Vázquez.

la cabina
Hoy en día nos queda lejos, pero antes de los móviles, las tablets y el wasap la mayor parte de los humanos utilizábamos las cabinas telefónicas para poder comunicarnos con los demás. Una pequeña estructura metálica y de cristal que nos protegía de la lluvia o el viento mientras hablamos por teléfono y que más de una vez acabábamos desquiciados ante la espera de que ésta quedara libre. Recuerdos nostálgicos aparte, la cabina telefónica fue el medio de comunicación elegido por Antonio Mercero para sorprendernos en el año 1.972 con "La cabina", un corto que dirigió y co-escribió con José Luis Garcí ("El crack  (1981)") y que se ha convertido con el paso de los años en un título de culto dentro del panorama nacional. "La cabina" nos mostraba la angustiosa experiencia de un hombre (José Luis López Vazquez) que tras intentar realizar una llamada en una cabina, quedaría atrapado dentro de ella, con la posterior frustración de no poder salir a pesar de los intentos (inútiles) de ayuda que recibe desde el exterior. Antonio Mercero para quienes no lo conozcan fue un director de cine español, autor de títulos como "La guerra de papá (1977)" o "Esperame en el cielo (1988)" y creador de las famosas series televisivas "made in Spain" "Verano azul" o "Farmacia de guardia", de las cuáles le hicieron ganarse cierta popularidad en el mundo de la pequeña pantalla. Tiene también, a parte de la mencionada "La cabina", un corto que merece ser recordado y que se titula "Los pajaritos (1974)", un interesante título donde el realizador criticaba con cierto tono de humor la contaminación de las grandes ciudades.

la cabina

"La cabina" causaría cierto revuelo entre los espectadores de la época, y es que si el "Tiburón (1975)" de Spielberg consiguió que temiéramos bañarnos en la playa ante el resquemor de que nos apareciera un tiburón que nos hincara el diente y si Hitchcock consiguió que con su "Psicosis (1960)" nos inquietara visitar un motel en plena noche ante el peligro de que un psicópata con traumas infantiles visitará nuestra habitación para clavarnos un cuchillo, Antonio Mercero conseguiría que una inofensiva cabina se convirtiera en una autentica pesadilla para los que la usábamos, y es que después de ver su corto pocos se atrevían a cerrar completamente la puerta de una cabina una vez dentro de ella. "La cabina" de Antonio Mercero fue tildada en la fecha de su estreno como una punzante crítica sobre la dictadura franquista y la sociedad que había por aquel entonces en aquella época, a pesar de que en entrevistas realizadas al cineasta siempre desmintió de que ese fuera su propósito con el corto. En ella se refleja las miserias de una sociedad inmune a las desgracias del prójimo y donde el infortunio ajeno es utilizado como un medio de espectáculo y a la vez un bálsamo para sobrellevar mejor los problemas.

la cabina

En "La cabina" Mercero trata a los habitantes del pueblo como observadores morbosos que se regocijan del sufrimiento de un pobre hombre atrapado en una cabina, en ella son frecuentes las escenas surrealistas y con cierto tono ridículo (ver como ponen un sofá en plena calle para ver más cómodamente el "espectáculo") e incluso cruel, unos traviesos niños mofándose tras el cristal de la angustia que vive el protagonista. Antonio Mercero también se ríe de la autoridad, reflejándo a los policías como patéticos e ineptos a la hora de tratar de salvar al pobre José Luis López Vazquez (quizás para visualizar de manera metafórica la ineficacia de la autoridad en los años del poder franquista). Como papel protagonista tendríamos a José Luis López Vázquez, alejado de su rol más cómico para mostrarnos a un personaje cargado de dramatismo, el actor sabe captar el grado de angustia que sufre su personaje prácticamente con el manejo de la expresión gestual y sin pronunciar apenas palabra, nos hace participe de su agonía y nos hace sentir en nuestra piel su grado de desesperación que vive atrapado entre las cuatro paredes de la cabina. Cuatro paredes que le separarían de la libertad.

la cabina

Son terribles sus momentos de recuerdo viendo una y otra vez como se cierra la puerta de la cabina al igual que los momentos previos de su pesadilla (como pasea con su hijo) conciente de que una mala jugada del destino acabará con su vida. Los movimientos de cámara (combinación de planos picados y contrapicados  de la cabina junto a otros primeros planos mostrando las expresiones faciales del actor) son fundamentales para plasmar el claustrofóbico espacio que se encuentra encerrado José Luis López Vázquez. Entre sus escenas hay que destacar el encuentro fortuito de Jose Luis López Vazquez con otro "desgraciado" (rol encarnado por Agustín Gonzalez) que permanece encerrado en otra cabina mientras son desplazados a un lugar que desconocen. Una angustiosa escena que muestra a dos personas indefensas ante el terrible destino que les espera. Sin olvidarme de la secuencia inicial sin música montando la cabina (como si de un monstruo se tratase) o ese instante del lugar donde es llevado, una especie de fábrica convertida en cementerio para vivos. A finales de año 1.998, Retevisión contrataría a Jose Luis López Vázquez, para que volviese a meterse dentro de una cabina, en esta ocasión para un anuncio que pregonaba la libertad de mercado de la telefonía, monopolizada por aquel entonces por la todopoderosa Telefónica. Un anuncio donde veríamos al bueno de José Luis López Vazquez como salía de la cabina tras muchos años estando dentro.

Frase para recordar: "¿Qué le pasa? Que no puede salir, no se preocupe".

la cabina


Director: Antonio Mercero.

Intérpretes: José Luis López Vázquez, Agustín González, Goyo Lebrero, Tito García, Carmen Martínez Sierra, Carmen Luján, María Vico.

Corto:



Información complementaria:
José Luis López Vázquez 

Reseña escrita por Jesús Fariña

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