TORO SALVAJE (1980). El ascenso y descenso de Jake LaMotta.

toro salvaje
Basado en la vida de Giacobbe La Motta , nacido en Nueva York (1922), más conocido como Jake LaMotta o por sus apodos de "Toro Salvaje" y "El Toro del Bronx". Un ex-boxeador italoestadounidense que llegó a ser campeón mundial en la categoría de los pesos medios en 1949. Jake la Motta (Robert De Niro) es un joven boxeador que se entrena duramente con la ayuda de su hermano y mánager Joey (Joe Pesci) con el sueño de ser campeón. Pero Jake es un personaje demasiado violento que descarga su agresividad tanto dentro como fuera del ring. Su impulsivo y descontrolado mal carácter es sufrido por todos los que lo rodean y lo quieren. Cuando por fin alcanza el ansiado éxito, lejos de disfrutarlo, su vida se convierte en una pesadilla. Por un lado, arruina su matrimonio con la bella Vicky (Cathy Moriarty). Sus salidas nocturnas y sus juergas lo conducen hacia un deterioro progresivo. Además, aliado con la mafia, es presionado para que amañe combates. Tres relaciones serán las que marcarán esta historia relatada con varias elipsis y lagunas temporales, para contar varias décadas de la vida del púgil. La relación que mantiene con su hermano Joey, un espectacular Joe Pesci, la que le une con su mujer Vicky la que sufre consigo mismo. Los expertos de boxeo de la época, definían el estilo de LaMotta como la de un boxeador que luchaba como si no mereciera vivir, avanzando siempre a pesar de los golpes y el castigo físico. 


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Éste sería el principal concepto sobre el que se articula la película, que estuvo asesorada y presenciada por propio LaMotta, que vivía por entonces. Para explicar mejor el fondo real de esta película, nadie mejor que Scorsese:

"Es realmente una historia directa, simple, casi lineal de un tipo que llega a algo, que lo pierde todo y que luego se recupera, se redime. Pero se recupera espiritualmente. No lo logra fisicamente, materialmente, sino a través de algo que alcanza en su interior. Lo que me fascina a este respecto es ver cómo un boxeador se sitúa, en cierta forma, a un superior nivel espiritual. Él funciona a un nivel primitivo, casi animal. Y es quizá porque se sitúa a este nivel animal por lo que consigue estar más cerca de su propio espíritu. Lo que quiero decir es que probablemente los animales están más cerca de Dios de lo que lo estamos nosotros."

Podría establecerse un paralelismo entre la vida del boxeador y el momento vital que atravesaba en aquella época Martin Scorsese. A finales de los setenta, pese a tener un gran reconocimiento en su carrera artística, Martin se dirigía hacia el abismo en el terreno personal. Una vida al límite de fiestas, drogas y amistades superfluas, lo llevaron a poner en peligro su salud. Scorsese, se divorció y pasó varios meses en un estado de tensión y agotamiento hasta que por fín acabó siendo ingresado en un hospital, en Septiembre de 1978 .


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Llegó a temerse por su vida durante los primeros días. Mientras tanto, Paul Schrader, su colaborador en "Taxi driver (1976)", terminaba el guión del muy esperado proyecto de "Toro salvaje". Pero tuvo que ser el propio De Niro quien intentara convencer a Scorsese para que filmara su siguiente película. Así que, tal vez, más que paralelismo entre ambas vidas, prefiero pensar que esta cinta es el resultado de la gran amistad que une a estos dos genios: Marty y Bobby. De Niro, en su mejor época, experimentó una espectacular metamorfosis durante el rodaje, fiel a la escuela del Método para actores se mimetizaba hasta el límite con sus personajes. Tuvo que ganar 30 kilogramos a lo largo de tres meses, observándose claramente su modificación física durante la progresión del metraje. El rodaje fue complejo. Se tardaron diez semanas en filmar los combates y otras diez en rodar de forma progresiva la ganancia ponderal de LaMotta. En el apartado técnico, destacar que ha sido la única película que el director ha rodado en blanco y negro, gracias a la excelente fotografía de Michael Chapman. Este formato en blanco y negro no sólo trae reminiscencias del cine de los años 40 y 50, sino que representa todo un estilo narrativo y estético con un gran mensaje: No iba a ser otra historia comercial sobre boxeo, sino un descenso a los infiernos. Desde el principio del relato nos queda claro que el mayor enemigo de LaMotta es él mismo. Atormentado por todos sus complejos y un profundo sentimiento de inferioridad, es incapaz de alcanzar calma interior o de controlar sus brutales impulsos violentos, capaces de destruir todo su mundo, sus seres queridos, y, especialmente, lo abocan hacia una autodestrucción sin concesiones: El ring como metáfora de autocastigo y sacrificio


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En este contexto una de las mejores escenas, completa y cuidada de principio a fín es la que representa el combate que mantuvo con Sugar Ray. Inicialmente, LaMotta golpea sin cesar a su contrincante, pero en un cambio de asalto, el magistral movimiento de cámara de Scorsese, centrando la figura del contrincante y haciendo mover un travelling inverso avecina malos augurios para nuestro protagonista que a partir de ese momento comienza a recibir una brutal paliza de Sugar Ray. Ralentizando los golpes, la cara deformada de De Niro, cómo la sangre sale despedida sobre el público y eligiendo un montaje vertiginoso, somos testigos de la degradación de nuestro protagonista. La tensión emocional crece observando el rostro de su hermano y de su propia esposa que se cubre el rostro. Pero lo mejor es cuando LaMotta, completamente destrozado por su contrincante, sin haber sido tumbado, se dirige hacia su rincón y le espeta: "No has llegado a tumbarme Ray". La cámara se centra ahora en enfocar la cuerda del cuadrilátero y la sigue hasta encontrar la zona absolutamente empapada y chorreando de sangre, sangre derramada por La Motta y que representa su final. La cámara de Martin es capaz de ir más allá de las escenas de boxeo, es una ventana que se asoma al alma del protagonista. Los rápidos movimientos de cámara, el ágil montaje, la bellísima pero real y cruda fotografía enlazan un puzzle narrativo casi perfecto. Las piezas de exquisita música acordes con la trama y la colosal interpretación de De Niro, convierten a este film una singularidad artística digna de mención. Por último no me puedo resistir a añadir la apertura del film con la banda sonora magistral de La Rusticana.


toro salvaje

Título original: Raging Bull.

Director: Martin Scorsese.

Intérpretes: Robert De Niro, Cathy Moriarty, Joe Pesci, Frank Vincent, Nicholas Colasanto, Theresa Saldana, Mario Gallo, John Turturro.

Trailer:


Escena:


B.S.O.:


Títulos de créditos:


Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard

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