EL BAILE DE LOS VAMPÍROS (1967). La comedia vampírica de Roman Polanski.

Un joven Roman Polanski tocaría las puertas de la industria hollywoodense dirigiendo, escribiendo y protagonizando esta parodia del cine de vampiros, una obra cuyo principal objetivo no era otro que ser un homenaje a las películas de terror de la mítica productora Hammer. La historia del film se iniciaría con la llegada del profesor Abronsius y su inepto ayudante Alfred a una posada de Transilvania para confirmar la teoría de la existencia de vampiros, allí se encontrarían con un pueblo amedrentado por la visita de un conde llamado von Krolock después de que éste raptara a la hija de uno sus habitantes. A parte del mencionado Roman Polanski en la piel del cazador de vampiros Alfred hallaríamos la presencia, formando parte del reparto de actores, del irlandés Jack MacGowran ("El exorcista (1973)") dando vida al profesor Abronsius, de Ferdy Mayne ("Piratas (1986)") como el inquietante conde von Krolock y de la bella Sharon Tate (futura esposa de Polanski en la vida real) encarnado a la pueblerina Sara, un personaje que abriría el corazón del atolondrado Alfred. Gags con sentido del humor tirando a lo absurdo pero capaces de sacarnos una sonrisa, secuencias de ritmo acelerado que aumentaban el tono gracioso del film, una trabajada fotografía (a cargo de Douglas Slocombe, el mismo que colaboró con Spielberg en las aventuras de Indiana Jones) que plasmaba a la perfección la época donde sucede la trama y la maravillosa (y fantasmagórica) partitura musical del polaco Krzystof Komeda (compositor habitual en la filmografía de Polanski) formada por instrumentos musicales y cánticos de voces serían algunos de los elementos más destacados que podríamos ver durante el transcurso de la obra. Entre sus escenas hay que resaltar el instante de una sensual Sharon Tate atacada por el conde von Krolock mientras ésta se da un baño, el cómico momento donde Alfred clava una estaca a un barril lleno de vino pensando que se trataba de un vampiro o esa genial secuencia del salón de baile donde los protagonistas se percatan que su imagen sale reflejada en una espejo ante la atónica mirada de decenas de vampiros. Como curiosidad, dos años después de la finalización del rodaje de la película se produciría el asesinato de Sharon Tate (estando ésta embaraza de ocho meses) en la famosa y horrible matanza ocurrida en la mansión de Charles Manson.

Frase para recordar: "Soy un ave nocturna, francamente no valgo gran cosa durante el día".