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Basada en una famosa novela de
Yuki Shoji, ganadora del premio Kinoshita (algo así como el premio Pulitzer
japonés). Es la película más personal y
comprometida de este director. Para su realización utilizó las
ganancias obtenidas por su colaboración en las escenas japonesas del famoso
film "¡Tora, tora tora! (1970)", y así poder comprar los derechos de la novela para
adaptarla al cine. Este gran relato, menos conocido por el gran público
Occidental, mantiene el espíritu antibelicista de otros trabajos más conocidos
creados en los cincuenta y principios de los sesenta con títulos como: "LaTrilogía de la Condición Humana" de Masaki Kobayashi (1959-61), "El arpa
Birmana (1956)" y "Fires on the plain (Nobi, 1959)" de Kon Ichikawa. Tras
haber transcurrido 25 años del final de la Gran Guerra, la viuda de Togashi, (Sachiko Hidari) todavía no sabe lo que realmente ocurrió en el frente con su
marido, un sargento del ejército Imperial. Cada año, cuando llega el
aniversario del armisticio de la II Guerra Mundial en Japón, la viuda de
Togashi se presenta en el Ministerio de Asuntos Sociales con una solicitud que
le permita obtener su pensión como viuda de guerra. Pero como cada año, y tras
llevar 25 años realizando esta humillante tarea, su solicitud es rechazada una
vez más. Los funcionarios le comunican que, según la poca documentación de la
que disponen, el sargento Togashi (Tetsuro Tamba) fue acusado de deserción y
sentenciado a muerte por una corte militar en una isla remota de Nueva Guinea.
No
satisfecha con esta respuesta e incapaz de aceptar la deserción de su marido,
decide conducir su propia investigación. Su tenacidad está movida por el
inmenso amor a su marido, conocedora de los grandes valores que éste poseía en
vida, no acierta a comprender lo que desde el Ministerio le cuentan sobre él. Una
viuda de guerra que pese a carecer de medios económicos es movida no por
motivos económicos, sino por la gran tarea de limpiar la memoria de su marido
manchada por el deshonor. Un combatiente que ha sido condenado sin
explicaciones a no ser digno de homenajes, a no recibir "las flores del
emperador" en la anual ceremonia de celebración de los caídos. Tras 25 años de
deshonor y humillaciones, esta vez la viuda se decide a investigar por su
cuenta lo que realmente pudo suceder en el frente de batalla y para ello busca
el paradero de cada uno de los cuatro supervivientes del batallón que acompañaba a su marido. Desde los
créditos iniciales, la cinta no deja ni un solo instante de descanso al
espectador. La trama bélica está filmada en blanco y negro, el movimiento de la
cámara es trepidante en las escenas de tensión, mientras que las escenas de
violencia extrema son filmadas en primerísimos planos. Tan sólo la muerte de un
oficial retoma el color rojo dentro del permanente B&N, para remarcar la
importancia crucial que adquiere en la cinta. La historia en tiempo presente
que nos narra las vicisitudes de la viuda es filmada en color. Cada uno de los miembros que va encontrando es capaz
de narrar una parte del bizarro puzzle de los sucesos que acontecieron durante
la guerra. Cada personaje que va encontrando, antiguos soldados, sumidos ahora
en condiciones miserables, va aportando su visión del conflicto, y cada relato
va resultando más crudo y cruel que el anterior.
Todos son veteranos de guerra
que han vivido situaciones que nadie desearía escuchar. La fotografía de
Hiroshi Segawa es fundamental en el relato. Sus imágenes en blanco y negro, de
grano grueso, casi a modo de documental son contundentes, claras y precisas
para revelar sin tapujos lo que allí sucedía. Aunque estas imágenes alcancen grados de dramatismo no bien tolerados por
todos, vehiculizan la crítica y la denuncia de un pasado que el gobierno se
esfuerza en ocultar. Para obtener más veracidad, realiza un montaje con
fotografías reales del conflicto, casi desconocidas por la gran mayoría. Así, el relato con voz en off, a modo de
flashback, va mostrando al espectador imágenes impactantes, fijas, hirientes
para la retina. La primera escena, con el
emperador japonés venerando a los fallecidos en combate por la patria y el
emperador, da pie a una feroz crítica de ese mismo monumento a los caídos. Cada
uno de los supervivientes, elaborará su propia historia según las vivencias que
le producen los terribles recuerdos: heridos que son asesinados con inyecciones
de aire intracardíacas, canibalismo, traición, enfermedad, miseria y locura son
los elementos dominantes. Descubriremos
que el ejército japonés vencido por los aliados y replegado en la
jungla, morirá de hambre y de malaria, pero fundamentalmente por la propia locura de los mandos japoneses
del ejército. El enemigo está dentro de sus propias filas, no es sólo producto
de la desesperación o la miseria de la situación, dato tan común a todas las
guerras. Aquí, el honor, la jerarquía, la patria, la disciplina y hasta el
propio emperador son agentes causales de millones de muertes. La cifra
escalofriante de 31 millones de japoneses murieron en la Guerra del pacífico y
lo hicieron sobre todo por hambre,
malaria y como en esta película se muestra, incluso por insubordinación, condenada
con la ejecución por rebelarse al orden establecido.
Título original: Gunki hatameku motoni - Under the Flag
of the Rising Sun.
Basada en una famosa novela de
Yuki Shoji, ganadora del premio Kinoshita (algo así como el premio Pulitzer
japonés). Es la película más personal y
comprometida de este director. Para su realización utilizó las
ganancias obtenidas por su colaboración en las escenas japonesas del famoso
film "¡Tora, tora tora! (1970)", y así poder comprar los derechos de la novela para
adaptarla al cine. Este gran relato, menos conocido por el gran público
Occidental, mantiene el espíritu antibelicista de otros trabajos más conocidos
creados en los cincuenta y principios de los sesenta con títulos como: "LaTrilogía de la Condición Humana" de Masaki Kobayashi (1959-61), "El arpa
Birmana (1956)" y "Fires on the plain (Nobi, 1959)" de Kon Ichikawa. Tras
haber transcurrido 25 años del final de la Gran Guerra, la viuda de Togashi, (Sachiko Hidari) todavía no sabe lo que realmente ocurrió en el frente con su
marido, un sargento del ejército Imperial. Cada año, cuando llega el
aniversario del armisticio de la II Guerra Mundial en Japón, la viuda de
Togashi se presenta en el Ministerio de Asuntos Sociales con una solicitud que
le permita obtener su pensión como viuda de guerra. Pero como cada año, y tras
llevar 25 años realizando esta humillante tarea, su solicitud es rechazada una
vez más. Los funcionarios le comunican que, según la poca documentación de la
que disponen, el sargento Togashi (Tetsuro Tamba) fue acusado de deserción y
sentenciado a muerte por una corte militar en una isla remota de Nueva Guinea.
No
satisfecha con esta respuesta e incapaz de aceptar la deserción de su marido,
decide conducir su propia investigación. Su tenacidad está movida por el
inmenso amor a su marido, conocedora de los grandes valores que éste poseía en
vida, no acierta a comprender lo que desde el Ministerio le cuentan sobre él. Una
viuda de guerra que pese a carecer de medios económicos es movida no por
motivos económicos, sino por la gran tarea de limpiar la memoria de su marido
manchada por el deshonor. Un combatiente que ha sido condenado sin
explicaciones a no ser digno de homenajes, a no recibir "las flores del
emperador" en la anual ceremonia de celebración de los caídos. Tras 25 años de
deshonor y humillaciones, esta vez la viuda se decide a investigar por su
cuenta lo que realmente pudo suceder en el frente de batalla y para ello busca
el paradero de cada uno de los cuatro supervivientes del batallón que acompañaba a su marido. Desde los
créditos iniciales, la cinta no deja ni un solo instante de descanso al
espectador. La trama bélica está filmada en blanco y negro, el movimiento de la
cámara es trepidante en las escenas de tensión, mientras que las escenas de
violencia extrema son filmadas en primerísimos planos. Tan sólo la muerte de un
oficial retoma el color rojo dentro del permanente B&N, para remarcar la
importancia crucial que adquiere en la cinta. La historia en tiempo presente
que nos narra las vicisitudes de la viuda es filmada en color. Cada uno de los miembros que va encontrando es capaz
de narrar una parte del bizarro puzzle de los sucesos que acontecieron durante
la guerra. Cada personaje que va encontrando, antiguos soldados, sumidos ahora
en condiciones miserables, va aportando su visión del conflicto, y cada relato
va resultando más crudo y cruel que el anterior.
Todos son veteranos de guerra
que han vivido situaciones que nadie desearía escuchar. La fotografía de
Hiroshi Segawa es fundamental en el relato. Sus imágenes en blanco y negro, de
grano grueso, casi a modo de documental son contundentes, claras y precisas
para revelar sin tapujos lo que allí sucedía. Aunque estas imágenes alcancen grados de dramatismo no bien tolerados por
todos, vehiculizan la crítica y la denuncia de un pasado que el gobierno se
esfuerza en ocultar. Para obtener más veracidad, realiza un montaje con
fotografías reales del conflicto, casi desconocidas por la gran mayoría. Así, el relato con voz en off, a modo de
flashback, va mostrando al espectador imágenes impactantes, fijas, hirientes
para la retina. La primera escena, con el
emperador japonés venerando a los fallecidos en combate por la patria y el
emperador, da pie a una feroz crítica de ese mismo monumento a los caídos. Cada
uno de los supervivientes, elaborará su propia historia según las vivencias que
le producen los terribles recuerdos: heridos que son asesinados con inyecciones
de aire intracardíacas, canibalismo, traición, enfermedad, miseria y locura son
los elementos dominantes. Descubriremos
que el ejército japonés vencido por los aliados y replegado en la
jungla, morirá de hambre y de malaria, pero fundamentalmente por la propia locura de los mandos japoneses
del ejército. El enemigo está dentro de sus propias filas, no es sólo producto
de la desesperación o la miseria de la situación, dato tan común a todas las
guerras. Aquí, el honor, la jerarquía, la patria, la disciplina y hasta el
propio emperador son agentes causales de millones de muertes. La cifra
escalofriante de 31 millones de japoneses murieron en la Guerra del pacífico y
lo hicieron sobre todo por hambre,
malaria y como en esta película se muestra, incluso por insubordinación, condenada
con la ejecución por rebelarse al orden establecido.
Título original: Gunki hatameku motoni - Under the Flag
of the Rising Sun.
El destino hará que un policía en su primera noche de servicio, un furgón que transporta reclusos con un prisionero gravemente enfermo y un padre sediento de venganza que huye después de haber matado a un pandillero acaben reunidos en una comisaria a punto de ser cerrada. En una noche éstos tendrán que unir fuerzas para hacer frente a un grupo de violentos y enfurecidos pandilleros dispuestos a asesinar a todos los que se les cruce por el camino. Después de debutar con "Dark Star (1974)", una comedia de ciencia ficción que co-escribió con Dan O´Bannon (guionista de la popular "Alien, el octavo pasajero (1979)"),y que también iba a ser el protagonista principal, John Carpenter realizaría "Asalto a la comisaría del distrito 13", un film de serie b que combinaría el western (y es que Carpenter era una gran amante de este género, concretamente del cine de Howard Hawks y donde su película tiene ciertas similitudes con "Río Bravo (1959)") y el cine de zombies, donde el grupo de pandilleros nos recuerda a los muertos vivientes de George A. Romero. en especial en los que aparecen en "La noche de los muertos vivientes (1968)", cuyos protagonistas se encierran en una casa tratando de sobrevivir a una amenaza que viene del exterior (por zombies en el caso del film de George A. Romero y por jóvenes pandilleros en el caso del título de Carpenter).
Para dicho film, Carpenter contaría con un paupérrimo presupuesto, y es que a raíz de su debut (la mencionada "Dark Star") pocas productoras confiaban en él para invertir su dinero, a pesar de ello Carpenter sacaría todo su ingenio para confeccionar un más que notable film (donde apenas empleó 20 días para llevarlo a cabo) que desprende altas dosis de suspense, acción y humor negro, todo ello combinada con una angustiosa atmósfera (la banda sonora compuesta por el propio Carpenter contribuye a intensificarla) que hace que la obra no decaiga en ningún momento del metraje. A pesar de ser considerada hoy por hoy en una obra de culto y de las más importantes dentro de la filmografía del cineasta en la fecha de su estreno en la taquilla norteamericana fue un rotundo fracaso. Del film se destaca la sencillez de la historia donde el realizador critica el sinsentido de la violencia, representando a los jóvenes pandilleros (muy de moda por aquella época y donde Walter Hill hizo uso de ella para realizar la espectacular "The Warriors (1979)") como personas deshumanizadas y primitivas, que no justifican sus actos violentos sino que la emplean por el mero placer de matar por matar.
Otro tema que toca el realizador en el film es el comportamiento de la gente en una situación límite, poniendo de manifiesto los principios de cada uno de los personajes ¿Tú entregarías o defenderías a la persona que buscan los pandilleros? Esa es la pregunta que nos hace Carpenter y que al mismo tiempo pone en jaque a los personajes principales en su lucha por la supervivencia. En el grupo que actores que componen el reparto pocas caras conocidas podemos ver: al afroamericano Austin Stoker (también visto junto a la musa de la Blaxploitation, Pam Grier en "Sheba, Baby (1975)" en la piel del heroico oficial de policía Ethan Obispo, Darwin Joston ("Cabeza borradora (1977)") en el rol del recluso Napoleón Wilson que ayudará a Ethan a enfrentarse al grupo de pandilleros y a la actriz Laurie Zimmers como Leigh, la secretaria que se verá envuelta en el conflicto dentro de la comisaria. Entre sus escenas hay que destacar la trágica secuencia del carrito del vendedor de helados, una secuencia tan impactante como cruel, como es el mostrar el asesinato de una niña a sangre fría, un hecho que impactaría al público de la época. En el 2005, Jean FranÇois realizaría un remake con Ethan Hawke y Laurence Fishburne en la piel de los protagonistas principales. Un más que decente remake pero insuficiente para superar el tono oscuro y tétrico del film predecesor. Como curiosidad, el actor Donald Pleasence, debido a que sus hijas se hicieron fans incondicionales de este film iba a participar en las siguientes obras del realizador, "La noche de Halloween (1978)" y "1997: Rescate en Nueva York (1981)"
Frase para recordar: "No hay héroes. sólo hombres que cumplen ordenes".
Título original: Assault on Precinct 13.
Director: John Carpenter.
Intérpretes: Austin
Stoker, Darwin
Joston, Laurie
Zimmer, Martin
West, Nancy
Loomis, Tony
Burton, Charles
Cyphers.
Un elemento clave para intensificar el estado de desasosiego que viven los protagonista es el empleo de la partitura compuesta por el propio Carpenter, un tema que al igual en el resto de su filmografía
El destino hará que un policía en su primera noche de servicio, un furgón que transporta reclusos con un prisionero gravemente enfermo y un padre sediento de venganza que huye después de haber matado a un pandillero acaben reunidos en una comisaria a punto de ser cerrada. En una noche éstos tendrán que unir fuerzas para hacer frente a un grupo de violentos y enfurecidos pandilleros dispuestos a asesinar a todos los que se les cruce por el camino. Después de debutar con "Dark Star (1974)", una comedia de ciencia ficción que co-escribió con Dan O´Bannon (guionista de la popular "Alien, el octavo pasajero (1979)"),y que también iba a ser el protagonista principal, John Carpenter realizaría "Asalto a la comisaría del distrito 13", un film de serie b que combinaría el western (y es que Carpenter era una gran amante de este género, concretamente del cine de Howard Hawks y donde su película tiene ciertas similitudes con "Río Bravo (1959)") y el cine de zombies, donde el grupo de pandilleros nos recuerda a los muertos vivientes de George A. Romero. en especial en los que aparecen en "La noche de los muertos vivientes (1968)", cuyos protagonistas se encierran en una casa tratando de sobrevivir a una amenaza que viene del exterior (por zombies en el caso del film de George A. Romero y por jóvenes pandilleros en el caso del título de Carpenter).
Para dicho film, Carpenter contaría con un paupérrimo presupuesto, y es que a raíz de su debut (la mencionada "Dark Star") pocas productoras confiaban en él para invertir su dinero, a pesar de ello Carpenter sacaría todo su ingenio para confeccionar un más que notable film (donde apenas empleó 20 días para llevarlo a cabo) que desprende altas dosis de suspense, acción y humor negro, todo ello combinada con una angustiosa atmósfera (la banda sonora compuesta por el propio Carpenter contribuye a intensificarla) que hace que la obra no decaiga en ningún momento del metraje. A pesar de ser considerada hoy por hoy en una obra de culto y de las más importantes dentro de la filmografía del cineasta en la fecha de su estreno en la taquilla norteamericana fue un rotundo fracaso. Del film se destaca la sencillez de la historia donde el realizador critica el sinsentido de la violencia, representando a los jóvenes pandilleros (muy de moda por aquella época y donde Walter Hill hizo uso de ella para realizar la espectacular "The Warriors (1979)") como personas deshumanizadas y primitivas, que no justifican sus actos violentos sino que la emplean por el mero placer de matar por matar.
Otro tema que toca el realizador en el film es el comportamiento de la gente en una situación límite, poniendo de manifiesto los principios de cada uno de los personajes ¿Tú entregarías o defenderías a la persona que buscan los pandilleros? Esa es la pregunta que nos hace Carpenter y que al mismo tiempo pone en jaque a los personajes principales en su lucha por la supervivencia. En el grupo que actores que componen el reparto pocas caras conocidas podemos ver: al afroamericano Austin Stoker (también visto junto a la musa de la Blaxploitation, Pam Grier en "Sheba, Baby (1975)" en la piel del heroico oficial de policía Ethan Obispo, Darwin Joston ("Cabeza borradora (1977)") en el rol del recluso Napoleón Wilson que ayudará a Ethan a enfrentarse al grupo de pandilleros y a la actriz Laurie Zimmers como Leigh, la secretaria que se verá envuelta en el conflicto dentro de la comisaria. Entre sus escenas hay que destacar la trágica secuencia del carrito del vendedor de helados, una secuencia tan impactante como cruel, como es el mostrar el asesinato de una niña a sangre fría, un hecho que impactaría al público de la época. En el 2005, Jean FranÇois realizaría un remake con Ethan Hawke y Laurence Fishburne en la piel de los protagonistas principales. Un más que decente remake pero insuficiente para superar el tono oscuro y tétrico del film predecesor. Como curiosidad, el actor Donald Pleasence, debido a que sus hijas se hicieron fans incondicionales de este film iba a participar en las siguientes obras del realizador, "La noche de Halloween (1978)" y "1997: Rescate en Nueva York (1981)"
Frase para recordar: "No hay héroes. sólo hombres que cumplen ordenes".
Título original: Assault on Precinct 13.
Director: John Carpenter.
Intérpretes: Austin
Stoker, Darwin
Joston, Laurie
Zimmer, Martin
West, Nancy
Loomis, Tony
Burton, Charles
Cyphers.
Un elemento clave para intensificar el estado de desasosiego que viven los protagonista es el empleo de la partitura compuesta por el propio Carpenter, un tema que al igual en el resto de su filmografía
Resultó cuanto menos sorprendente
(es posible que su esposa Anne Bancroft que actúa en "The Elephant Man" tuviera
algo que ver) que el reconocido comediante Mel Brooks, fuera quien produjera
esta bella y aleccionadora obra de David Lynch después de que este dirigiera
la inclasificable "Cabeza Borradora (1977)". El rechazo ante lo "estéticamente
extraño, feo y considerado como horrible" son bajo mi punto de vista
sensaciones arraigadas al ser humano, que pueden llevar a desastrosos
equívocos. Por poner algunos ejemplos, tanto el jorobado de Notre Damme de
Víctor Hugo como el Fantasma de la Ópera de Gaston Leroux, guardaban bajo su
deforme aspecto, y en ocasiones violenta actitud, almas cándidas capaces de
encontrar gusto y reciprocidad ante virtudes humanas. Pero el conocido como
Hombre Elefante "John Merrick", a diferencia de los personajes de Hugo y Leroux
existió. A finales del Siglo XIX un hombre afectado por una grave enfermedad, que
provocó en él una deformidad que plagaba todo su físico de excrecencias y
tumoraciones tales que instigaban al rechazo de absolutamente casi todo el
mundo de su época, fue mostrado durante años como atracción de circo, hasta que
el doctor Frederick Treves (Anthony Hopkins) halló a este "apestado social" para hacerse cargo de él como objeto de estudio. Treves es testigo de la
vulneración de la humanidad de John Merrick (John Hurt), que es expuesto a modo
de "freak" como espectáculo circense además de ser sometido a malos tratos,
burlas y esclavismo.
Los consumidores de la deforme visión de Merrick ignoran
en su mayoría, la infinidad de virtudes de sencillez, ternura, y la capacidad
de aprender educación que muchos humanos querrían para sí. Treves acentuará,
cuidará y educará en sensibilidad y modales al llamado hombre elefante, hasta
ahondar en un alma atormentada, apartada y maltratada, simplemente por su
destacada apariencia física. La historia del antiestético humano, se llevó al
cine con distinguida maestría por David Lynch e interpretada por un John Hurt
que tuvo que soportar un pesado maquillaje protésico que cubría todo su cuerpo,
provocándole más de un quebradero de cabeza convirtiéndose detrás de su
esfuerzo actoral que le llevó a la nominación al Oscar, en una perfecta
imitación de la fisonomía de Merrick. El espectador poco a poco descubrirá bajo
la distinguida dirección de Lynch en "El Hombre Elefante", el duro mundo de las
ferias ambulantes que ya nos había desvelado anteriormente Tod Browning con "Freaks, laparada de los monstruos (1932)", pero en esta ocasión en la desigual e
industrial época Victoriana. El maltrato de sus semejantes, la incomunicación y
el sometimiento animal al que se ve forzado en el circo, todo envuelto en un
neutro blanco y negro hacen de "El Hombre Elefante" una película triste y
demoledora, pero a la vez también, un esperanzador mensaje que hace que el
hombre como ser humano, sea capaz de mirar más allá de las ideas preconcebidas,
y las hirientes etiquetas hacia lo que no comprendemos y tachamos injustamente,
para profundizar en la sensibilidad y espiritualidad por encima de lo que vemos
y juzgamos con nuestros ojos.
John Merrick era único en su malformación, pero
también en cuanto a timidez y callada personalidad. Internado en un hospital
tras el sufrimiento como burla en ferias ambulantes, la ternura desembocará en
un sentimiento de solidaridad tutorial del doctor Treves hacia John, a través
de unas ganas de comunicarse para ganarse la confianza y el cariño de un
Merrick que se adaptará a un mundo que no está preparado para su "atípico
aspecto". Un mundo que aborrece todo "lo distinto", que es incapaz de mostrar
interés por lo que desconoce, y que seguirá con su hipócrita y superficial
actitud ante un ser humano maravilloso, que en cuanto ganó popularidad tuvo el
respeto de todos (destacando el que le toma el personaje de Bancroft). Un
hombre que maravilló por su afable personalidad haciendo que fuera conocido por
su aspecto, pero más conocido aún por su admirable bondad y sus protocolarias
formas una vez educado por su sensible mentor, un mentor capaz de ver mas allá
de su deformidad para encontrar a un hombre estupendo, al hombre elefante, el
sr. John Merrick, una historia real. Como curiosidad, a modo de mayor
afloramiento sensitivo, la música de Samuel Barber "Adagio for Strings" sirvió
tanto para "El Hombre Elefante" como para los desastres de la guerra de Vietnam
en "Platoon (1986)".
Título original: The Elephant Man.
Director: David Lynch.
Intérpretes: Anthony
Hopkins, John
Hurt, Anne
Bancroft, John
Gielgud, Wendy
Hiller, Freddie
Jones, Dexter
Fletcher.
Resultó cuanto menos sorprendente
(es posible que su esposa Anne Bancroft que actúa en "The Elephant Man" tuviera
algo que ver) que el reconocido comediante Mel Brooks, fuera quien produjera
esta bella y aleccionadora obra de David Lynch después de que este dirigiera
la inclasificable "Cabeza Borradora (1977)". El rechazo ante lo "estéticamente
extraño, feo y considerado como horrible" son bajo mi punto de vista
sensaciones arraigadas al ser humano, que pueden llevar a desastrosos
equívocos. Por poner algunos ejemplos, tanto el jorobado de Notre Damme de
Víctor Hugo como el Fantasma de la Ópera de Gaston Leroux, guardaban bajo su
deforme aspecto, y en ocasiones violenta actitud, almas cándidas capaces de
encontrar gusto y reciprocidad ante virtudes humanas. Pero el conocido como
Hombre Elefante "John Merrick", a diferencia de los personajes de Hugo y Leroux
existió. A finales del Siglo XIX un hombre afectado por una grave enfermedad, que
provocó en él una deformidad que plagaba todo su físico de excrecencias y
tumoraciones tales que instigaban al rechazo de absolutamente casi todo el
mundo de su época, fue mostrado durante años como atracción de circo, hasta que
el doctor Frederick Treves (Anthony Hopkins) halló a este "apestado social" para hacerse cargo de él como objeto de estudio. Treves es testigo de la
vulneración de la humanidad de John Merrick (John Hurt), que es expuesto a modo
de "freak" como espectáculo circense además de ser sometido a malos tratos,
burlas y esclavismo.
Los consumidores de la deforme visión de Merrick ignoran
en su mayoría, la infinidad de virtudes de sencillez, ternura, y la capacidad
de aprender educación que muchos humanos querrían para sí. Treves acentuará,
cuidará y educará en sensibilidad y modales al llamado hombre elefante, hasta
ahondar en un alma atormentada, apartada y maltratada, simplemente por su
destacada apariencia física. La historia del antiestético humano, se llevó al
cine con distinguida maestría por David Lynch e interpretada por un John Hurt
que tuvo que soportar un pesado maquillaje protésico que cubría todo su cuerpo,
provocándole más de un quebradero de cabeza convirtiéndose detrás de su
esfuerzo actoral que le llevó a la nominación al Oscar, en una perfecta
imitación de la fisonomía de Merrick. El espectador poco a poco descubrirá bajo
la distinguida dirección de Lynch en "El Hombre Elefante", el duro mundo de las
ferias ambulantes que ya nos había desvelado anteriormente Tod Browning con "Freaks, laparada de los monstruos (1932)", pero en esta ocasión en la desigual e
industrial época Victoriana. El maltrato de sus semejantes, la incomunicación y
el sometimiento animal al que se ve forzado en el circo, todo envuelto en un
neutro blanco y negro hacen de "El Hombre Elefante" una película triste y
demoledora, pero a la vez también, un esperanzador mensaje que hace que el
hombre como ser humano, sea capaz de mirar más allá de las ideas preconcebidas,
y las hirientes etiquetas hacia lo que no comprendemos y tachamos injustamente,
para profundizar en la sensibilidad y espiritualidad por encima de lo que vemos
y juzgamos con nuestros ojos.
John Merrick era único en su malformación, pero
también en cuanto a timidez y callada personalidad. Internado en un hospital
tras el sufrimiento como burla en ferias ambulantes, la ternura desembocará en
un sentimiento de solidaridad tutorial del doctor Treves hacia John, a través
de unas ganas de comunicarse para ganarse la confianza y el cariño de un
Merrick que se adaptará a un mundo que no está preparado para su "atípico
aspecto". Un mundo que aborrece todo "lo distinto", que es incapaz de mostrar
interés por lo que desconoce, y que seguirá con su hipócrita y superficial
actitud ante un ser humano maravilloso, que en cuanto ganó popularidad tuvo el
respeto de todos (destacando el que le toma el personaje de Bancroft). Un
hombre que maravilló por su afable personalidad haciendo que fuera conocido por
su aspecto, pero más conocido aún por su admirable bondad y sus protocolarias
formas una vez educado por su sensible mentor, un mentor capaz de ver mas allá
de su deformidad para encontrar a un hombre estupendo, al hombre elefante, el
sr. John Merrick, una historia real. Como curiosidad, a modo de mayor
afloramiento sensitivo, la música de Samuel Barber "Adagio for Strings" sirvió
tanto para "El Hombre Elefante" como para los desastres de la guerra de Vietnam
en "Platoon (1986)".
Título original: The Elephant Man.
Director: David Lynch.
Intérpretes: Anthony
Hopkins, John
Hurt, Anne
Bancroft, John
Gielgud, Wendy
Hiller, Freddie
Jones, Dexter
Fletcher.
Notable filme el que nos ocupa en
esta oportunidad, obra caída un poco en el olvido, de un autor asimismo caído
también en un olvido mayor del que es digno. El apreciable nórdico Alf Sjöberg,
una de las mayores autoridades suecas en cuanto a teatro y cinematografía se
refiere, realiza esta valiente y arriesgada adaptación de uno de los mayores
clásicos de otro gigante artístico de Suecia. La Señorita Julia es una pieza
teatral del notable literato August Strindberg, padre artístico e inspirador de
muchos artistas afines, desde hombres de teatro hasta cineastas, están
íntimamente a él vinculados nombres de tanto relumbrón como los titanes del
cine mudo Victor Sjöström y Mauritz Stiller, y posteriormente Ingmar
Bergman, más que suficiente para entender la dimensión de este individuo. La
obra en cuestión es la historia de Julia, hija de un conde, de ambiente
aristócrata, a finales del siglo XIX, que tiene un oscuro pasado, que tiene
muchos conflictos internos, y que, tras haber terminado con su prometido, ahora
desea seducir al cochero de su padre, una fijación que tiene desde la infancia,
pero cuya consumación no hará sino acarrear fatales consecuencias. El cochero,
ávido por escalar posiciones socialmente, le corresponde, pero era unión
desenterrará oscuros secretos del pasado. Muy
rica cinta, en la que Sjöberg, maestro tanto del cine como del teatro, pondrá a
prueba todo su dominio para trasladar una historia de una disciplina artística
a otra, y el trabajo es notable, las innovaciones eran necesarias, y fueron
manejadas con mucho criterio, brindándole a la cinta otro atractivo adicional,
pues la puesta en escena se aúna a un relato con muchos simbolismos, además de
actores, curtidos algunos, futuros mitos otros, dignos de los inicialmente
citados.
Se inicia la acción, en un pueblo sueco, se realizan con mucho
entusiasmo las celebraciones del día de solsticio, fecha significativa para los
lugareños. Servidumbre y pueblo se divierten, mientras se realiza un baile en
la mansión del lugar, donde la señorita Julia (Anita Björk) danza con distintos
caballeros; desdeñosa, es a Jean (Ulf Palme), el cochero de la casa, a quien
mayor atención presta. Ella tiene un acercamiento con él, se conocen desde niños,
y el interés de ella no pasa desapercibido para el mozo de la cuadra (el mítico
Max Von Sydow). Jean a su vez narra a la cocinera Kristin (Märta Dorff), su
novia, la manera en que Julia humilló a su prometido durante un día de caza,
rompiéndose el compromiso. Julia, alterada, logra su objetivo, se acerca y
seduce a Jean, pero tras conseguirlo, teme la reacción de su padre, de la
servidumbre y la sociedad completa. La culpa y miedo hacen que Julia le
confiese algunos pasajes de su pasado al cochero. Su padre, el conde (Anders
Henriskon), sufrió inauditas situaciones con su esposa, la condesa Berta (Lissi
Alandh), madre de Julia, mujer desequilibrada, que nunca aceptó casarse con él,
que tuvo a la hija sin desearlo, inclusive llegando a incendiar la residencia,
arriesgando la vida de su propia hija;
en resumen, una mujer que hizo un infierno su vida, y la de su padre, que
incluso intentó suicidarse. El panorama se complica, Julia se aterra de pensar
las consecuencias que tendrá el saber de su idilio con un sirviente, planea
huir con Jean, iniciar una nueva vida, escapar de todo y de todos, algo que no
conseguirá, pues finalmente Jean se quiebra, el criado es presa del pánico, y
Julia se suicida con una navaja de afeitar. La cinta considero debe abordase primeramente
por lo que es, una adaptación de teatro a cine, y partiendo de ahí, se deben
señalar las principales diferencias y similitudes entre ambas.
Para empezar, se
rompe diametralmente con la concepción teatral inicial del primigenio autor
Strindberg, cuya pieza teatral tenía únicamente dos personajes participantes,
Julia y Jean obviamente, algo muy cercano a un diálogo dual, e incluso una sola
ambientación, la cocina de la mansión. Eso era todo, no había más personajes, y
no había más escenarios, esos mínimos recursos fueron todo lo que necesitó el
literato para configurar su creación. En la cinta, desde el comienzo, desde el
arranque, se rompe con esa concepción, la inicial imagen nos traslada a
exteriores, al campo, de inicio a la festividad del campo sueco, celebración,
baile, exterior y muchas personas celebrando a la poderosa luz del sol. Lógico
y algo de esperar es que haya cambios, teatro y cine son disciplinas que pueden
llegar a estar íntimamente vinculadas, pero naturalmente tienen también sus
grandes distancias y particulares posibilidades. Esa sería la inicial ruptura,
utilización de diversos escenarios, exteriores incluso, e inclusión asimismo de
nuevos personajes; en el texto, por ejemplo, la celebración en el campo se
testimoniaba por voces y algazara de fondo. Mencionado eso, podemos decir ya
que, por supuesto, el aspecto visual es probablemente el de mayor importancia,
y el versátil Sjöberg pone el sello de un auténtico gigante del cine en ese
aspecto. Así, hace gala de precisión en
encuadres, una cámara que sabe encuadrar tanto situaciones en interiores como
en exteriores, sutiles movimientos que siguen la acción de los protagonistas,
planos y encuadres que en efecto tienen fuerte halo teatral. Por supuesto, la
fotografía es otro aspecto remarcable, la manera en que sabe generar esos
planos idílicos, surreales, oníricos, la genial forma en que el impresionismo
desplaza por unos momentos al expresionismo. La secuencia en que Julia corre
detrás de Jean, o la escena en que ambos van en bote por el lago, son ejemplos
de esa descomunal fotografía, riquísima en cuanto a contrastes, extraordinario
dominio lumínico, que caen como firmes y rectos haces luminosos, generando
imágenes que en efecto parecen de ensueño, breves, pero muy poderosas visualmente
las escenas, algo que, por obvio que sea, es ya exclusivo del cine, del aporte
de Sjöberg.
El estilo narrativo es otro factor que dinamiza y ayuda a que el
relato tenga buen ritmo, y ese elemento lo conforman los flashbacks narrativos.
Así, pasado y presente concaténanse y narran juntos, los saltos al pasado
dispersos durante filme, nos van diagramando a los personajes y sus psiquis.
Pero no se trata de una mera utilización de flashbacks para apoyar la
narración, nuestro cineasta va más allá de eso. Sin desligarnos del todo de
esos saltos temporales, hablemos del Intercambio de sueños, la proyección de
fondo mientras habla el protagonista del momento es soberbio recurso, se
potencia por el primer plano del rostro del actor y lo narrado, adquiriéndose una
doble dimensión. Súmase esto al trabajo de flashbacks, y es que algunos se
conectan muy sutilmente con el presente, hasta el punto de fundirse ambas
cadenas temporales. Esa unión, esa integridad refuerza el relato, severa
fuerza, la interacción, comparten mismo espacio físico, casi interactúan, es
innovadora la aplicación del recurso, y le da mucha frescura al hilo narrativo,
consigue un efecto positivo. Ahondando en el trabajo de planos, resalta el
gusto por primeros y medios planos del director, y sabido es que esta
inclinación, bien empleada, genera mucha fuerza dramática, acompañada del
elemento narrativo del momento -proyección de fondo de sueños, cuadro o
estatua, personaje secundario moviéndose en el fondo- es singular y reconocible
en la cinta ese uso, esa combinación de los planos de sus actores. Respecto a
las historias propiamente narradas, los contrastes abundan, tanto en lo
estrictamente narrativo, como en lo estético. Una buena ilustración de esta
doble confrontación serían los contrastes marcados entre los protagonistas, él
de negro, ella de blanco, en los sueños, ella cae, cae desesperadamente,
simbolismo evidente de la insuperable caída de la que será víctima; él, por el
contrario, trepa, trepa hacia el nido con los huevos, trepa hacia una mejora en
la escala social, la contraposición es directa en este caso.
La cinta tiene de
esa forma asimismo dos segmentos marcadamente diferentes, y así en la primera
parte se explora el mundo de él, y ella es la dominadora absoluta, caprichosa,
veleidosa -humilla a su prometido y termina así su noviazgo-, pero ese status
gradualmente irá cambiando, hasta invertirse, conforme va saliendo a flote el
patetismo de la situación de ella. Luego del coito, naturalmente no muy
enfatizado en la cinta, viene el cambio, ella se embriaga para desnudarse,
desnudar su alma y pasado. Obviamente es ella el personaje más importante, y es
en la segunda parte donde lo más importante sucede, donde conocemos su
malograda psiquis, y las causas de esa hediondez. Al iniciar la narración de su
vida, veremos cómo ella refleja a la mujer de la época, en su madre, que tiene
prohibido casarse, a ella la fuerzan a ser y comportarse como hombre,
vistiéndola como uno incluso, la madre la regaña por jugar con muñecas. Como en
esa época, se reflejará la guerra de los sexos asimismo, -sólo por nombrar un
ejemplo, tenemos al pintor Gustav Klimt-, guerra de sexos, incluso intercambian
roles, hombres hilando y haciendo preparaciones caseras, una niña vestida como
varón, la cinta en buena medida refleja, como toda buena obra artística, el
contexto en el que se desarrolla. Se invierten posiciones entonces, ella es la
que se resquebraja, se quiebra, está a merced de Jean –es elocuente su aserción "obedeceré como un perro", la otra caprichosa hija del Conde le habla así al
cochero-, que finalmente se comporta como lo que es, un criado. A ese respecto,
la sexualidad es poderosa durante toda la cinta, iniciándose claro con la
represión al coito canino, incluso castigando Julia a su perra mascota por seguir
su natural instinto copulativo, dejando en evidencia un sentimiento de despecho
por frustración. Y evidentemente, la secuencia por excelencia en este aspecto
es la de Julia furtivamente observando el acto carnal del mozo de la cuadra con
una sirvienta, los ojos de Julia, tan abiertos como se lo permite su
organismo, sus pies empinándose, ambos gestos de fogosa excitación, de querer
abarcar todo lo que se observa, en efecto la excitación es mucha, el sexo es
algo que despierta muchas sensaciones en ella, y vaya que lo transmite muy bien
Sjöberg.
Descubriremos conforme avanza todo que la fuente de la maldad y la
morbidez es la madre, ese ser extraño, indescifrable, casi infernal. Negándose
de plano a casarse con el Conde, causándole malestares y vergüenzas con la
comunidad, pero una de las escenas más impactantes es cuando alumbra a Julia,
la carcajada de ella, tras haber dado a luz, es espeluznante casi, ríe a más no
poder mientras le dice al padre que ahí está el hijo, lo que tanto esperaba. Asimismo
el incendio por ella generado, dejando a su propia sangre, a su hija, adentro
del edificio en llamas, saliendo en vestido de novia, generando una situación
inaudita, este personaje siempre está rodeado por un aura inquietante,
perturbadora, nos observa desde el cuadro que perennemente se muestra, y no
sabemos quién es su mayor víctima, víctima de su venganza que no termina, ni
habiendo desaparecido. Por un lado, el conde, el padre de ella, con su rostro
que refleja su padecer, dominado y humillado múltiplemente por su mujer, pobre
conde, cada vez mas canoso, más acabado y arruinado. Por el otro, Julia, cuyo
final será inevitablemente la muerte, tras la pérdida gradual de la cordura. Otros recursos en los que reposa sólidamente
la cinta vienen a ser elementos expresivos, elementos narrativos naturalmente a
la vez también. Se otorga importancia a los cuadros, pinturas constantemente
enfocadas, en distintas situaciones, cuadros de personajes históricos, grandes
científicos, emperadores, pero es la imagen de Berta, claro, la más recurrida e
imponente; y a las estatuas también se les brinda cierta atención, cuadros y
estatuas, imágenes de aristocracia, símbolos quizás de esa aristocracia que es
el origen de la enajenación mostrada.
Sjöberg ha sabido, como hemos visto,
innovar y potenciar la obra del literato para amalgamarla con los recursos del
cine y reforzar el efecto que tiene. Empero, el maestro tiene el olfato preciso
para saber qué modificar o innovar, y qué respetar, o mejor expresado, dejar
intacto. Es así que los parlamentos y mucho de la fuerza del drama original se
mantienen, hay poderosos diálogos, "ordéname algo y obedeceré como un perro",
la actitud de ella cambia radicalmente, "quisiera ver tu sexo nadando en esa sangre", cuando él liquida al inocente
ave, la fuerza primigenia del relato no debe ni puede perderse, el cineasta
sabe bien cómo conseguir el equilibrio. Quizás el simbolismo más obvio pero no
por eso menos efectivo sea precisamente el ave, que al mostrarse los créditos
iniciales vemos, atrapada en una jaula,
al lado de una incierta Julia, el ave que
es eliminada cuando ella quería huir, es el final inevitable. Para el
apartado final he dejado un aspecto que ciertamente no es menor. Vienen a ser
los aportes actorales, Anita Björk primeramente, una mujer que encarna bien a
Julia, joven, llena de brío, insegura y con muchos conflictos, consigue la
fragilidad correcta, consigue conjugar el capricho y alentaría iniciales
propios de la aristocracia, con la desesperación y ruina posteriores; Ulf Palme
por el otro lado, con el elegante talante, de mucha experiencia en el teatro,
no en vano elegido para este papel, da la talla asimismo, el criado ambicioso
que quiere subir socialmente, orgulloso galán, finalmente no conseguirá su
objetivo, correcta también su actuación. Mención especial para el querido Max
Von Sydow como el mozo del lugar, con apenas 21 años ya escribía su legendaria
y aún en proceso historia. Para cerrar ese apartado, es sencillamente
maravilloso ver cómo esa plana actoral se vincula, los tres citados en algún
momento fueron utilizados por el gigante moderno Bergman, Von Sydow más que los
demás, pero queda evidenciado cómo el teatro y el cine sueco forman una
tradición casi indivisible, una tradición de la que Sjöberg es célebre y
privilegiado representante. Filme que enriquece, en muchas disciplinas, caído
en el olvido pero que recobrará seguramente nuevas fuerzas gracias a un trabajo
del que me acabo de enterar, un remake vinculado justamente a Ingmar Bergman,
pero que no considero digno de mayor mención. Reitero, la comentada cita
enriquece y es infaltable para el que aprecie cine, teatro, y muchas otras
expresiones artísticas.
Título original: Fröken Julie.
Director: Alf Sjöberg.
Intérpretes: Anita
Björk, Ulf
Palme, Marta
Dorff, Lissi
Alandh, Anders
Henrikson, Max
von Sydow.
Notable filme el que nos ocupa en
esta oportunidad, obra caída un poco en el olvido, de un autor asimismo caído
también en un olvido mayor del que es digno. El apreciable nórdico Alf Sjöberg,
una de las mayores autoridades suecas en cuanto a teatro y cinematografía se
refiere, realiza esta valiente y arriesgada adaptación de uno de los mayores
clásicos de otro gigante artístico de Suecia. La Señorita Julia es una pieza
teatral del notable literato August Strindberg, padre artístico e inspirador de
muchos artistas afines, desde hombres de teatro hasta cineastas, están
íntimamente a él vinculados nombres de tanto relumbrón como los titanes del
cine mudo Victor Sjöström y Mauritz Stiller, y posteriormente Ingmar
Bergman, más que suficiente para entender la dimensión de este individuo. La
obra en cuestión es la historia de Julia, hija de un conde, de ambiente
aristócrata, a finales del siglo XIX, que tiene un oscuro pasado, que tiene
muchos conflictos internos, y que, tras haber terminado con su prometido, ahora
desea seducir al cochero de su padre, una fijación que tiene desde la infancia,
pero cuya consumación no hará sino acarrear fatales consecuencias. El cochero,
ávido por escalar posiciones socialmente, le corresponde, pero era unión
desenterrará oscuros secretos del pasado. Muy
rica cinta, en la que Sjöberg, maestro tanto del cine como del teatro, pondrá a
prueba todo su dominio para trasladar una historia de una disciplina artística
a otra, y el trabajo es notable, las innovaciones eran necesarias, y fueron
manejadas con mucho criterio, brindándole a la cinta otro atractivo adicional,
pues la puesta en escena se aúna a un relato con muchos simbolismos, además de
actores, curtidos algunos, futuros mitos otros, dignos de los inicialmente
citados.
Se inicia la acción, en un pueblo sueco, se realizan con mucho
entusiasmo las celebraciones del día de solsticio, fecha significativa para los
lugareños. Servidumbre y pueblo se divierten, mientras se realiza un baile en
la mansión del lugar, donde la señorita Julia (Anita Björk) danza con distintos
caballeros; desdeñosa, es a Jean (Ulf Palme), el cochero de la casa, a quien
mayor atención presta. Ella tiene un acercamiento con él, se conocen desde niños,
y el interés de ella no pasa desapercibido para el mozo de la cuadra (el mítico
Max Von Sydow). Jean a su vez narra a la cocinera Kristin (Märta Dorff), su
novia, la manera en que Julia humilló a su prometido durante un día de caza,
rompiéndose el compromiso. Julia, alterada, logra su objetivo, se acerca y
seduce a Jean, pero tras conseguirlo, teme la reacción de su padre, de la
servidumbre y la sociedad completa. La culpa y miedo hacen que Julia le
confiese algunos pasajes de su pasado al cochero. Su padre, el conde (Anders
Henriskon), sufrió inauditas situaciones con su esposa, la condesa Berta (Lissi
Alandh), madre de Julia, mujer desequilibrada, que nunca aceptó casarse con él,
que tuvo a la hija sin desearlo, inclusive llegando a incendiar la residencia,
arriesgando la vida de su propia hija;
en resumen, una mujer que hizo un infierno su vida, y la de su padre, que
incluso intentó suicidarse. El panorama se complica, Julia se aterra de pensar
las consecuencias que tendrá el saber de su idilio con un sirviente, planea
huir con Jean, iniciar una nueva vida, escapar de todo y de todos, algo que no
conseguirá, pues finalmente Jean se quiebra, el criado es presa del pánico, y
Julia se suicida con una navaja de afeitar. La cinta considero debe abordase primeramente
por lo que es, una adaptación de teatro a cine, y partiendo de ahí, se deben
señalar las principales diferencias y similitudes entre ambas.
Para empezar, se
rompe diametralmente con la concepción teatral inicial del primigenio autor
Strindberg, cuya pieza teatral tenía únicamente dos personajes participantes,
Julia y Jean obviamente, algo muy cercano a un diálogo dual, e incluso una sola
ambientación, la cocina de la mansión. Eso era todo, no había más personajes, y
no había más escenarios, esos mínimos recursos fueron todo lo que necesitó el
literato para configurar su creación. En la cinta, desde el comienzo, desde el
arranque, se rompe con esa concepción, la inicial imagen nos traslada a
exteriores, al campo, de inicio a la festividad del campo sueco, celebración,
baile, exterior y muchas personas celebrando a la poderosa luz del sol. Lógico
y algo de esperar es que haya cambios, teatro y cine son disciplinas que pueden
llegar a estar íntimamente vinculadas, pero naturalmente tienen también sus
grandes distancias y particulares posibilidades. Esa sería la inicial ruptura,
utilización de diversos escenarios, exteriores incluso, e inclusión asimismo de
nuevos personajes; en el texto, por ejemplo, la celebración en el campo se
testimoniaba por voces y algazara de fondo. Mencionado eso, podemos decir ya
que, por supuesto, el aspecto visual es probablemente el de mayor importancia,
y el versátil Sjöberg pone el sello de un auténtico gigante del cine en ese
aspecto. Así, hace gala de precisión en
encuadres, una cámara que sabe encuadrar tanto situaciones en interiores como
en exteriores, sutiles movimientos que siguen la acción de los protagonistas,
planos y encuadres que en efecto tienen fuerte halo teatral. Por supuesto, la
fotografía es otro aspecto remarcable, la manera en que sabe generar esos
planos idílicos, surreales, oníricos, la genial forma en que el impresionismo
desplaza por unos momentos al expresionismo. La secuencia en que Julia corre
detrás de Jean, o la escena en que ambos van en bote por el lago, son ejemplos
de esa descomunal fotografía, riquísima en cuanto a contrastes, extraordinario
dominio lumínico, que caen como firmes y rectos haces luminosos, generando
imágenes que en efecto parecen de ensueño, breves, pero muy poderosas visualmente
las escenas, algo que, por obvio que sea, es ya exclusivo del cine, del aporte
de Sjöberg.
El estilo narrativo es otro factor que dinamiza y ayuda a que el
relato tenga buen ritmo, y ese elemento lo conforman los flashbacks narrativos.
Así, pasado y presente concaténanse y narran juntos, los saltos al pasado
dispersos durante filme, nos van diagramando a los personajes y sus psiquis.
Pero no se trata de una mera utilización de flashbacks para apoyar la
narración, nuestro cineasta va más allá de eso. Sin desligarnos del todo de
esos saltos temporales, hablemos del Intercambio de sueños, la proyección de
fondo mientras habla el protagonista del momento es soberbio recurso, se
potencia por el primer plano del rostro del actor y lo narrado, adquiriéndose una
doble dimensión. Súmase esto al trabajo de flashbacks, y es que algunos se
conectan muy sutilmente con el presente, hasta el punto de fundirse ambas
cadenas temporales. Esa unión, esa integridad refuerza el relato, severa
fuerza, la interacción, comparten mismo espacio físico, casi interactúan, es
innovadora la aplicación del recurso, y le da mucha frescura al hilo narrativo,
consigue un efecto positivo. Ahondando en el trabajo de planos, resalta el
gusto por primeros y medios planos del director, y sabido es que esta
inclinación, bien empleada, genera mucha fuerza dramática, acompañada del
elemento narrativo del momento -proyección de fondo de sueños, cuadro o
estatua, personaje secundario moviéndose en el fondo- es singular y reconocible
en la cinta ese uso, esa combinación de los planos de sus actores. Respecto a
las historias propiamente narradas, los contrastes abundan, tanto en lo
estrictamente narrativo, como en lo estético. Una buena ilustración de esta
doble confrontación serían los contrastes marcados entre los protagonistas, él
de negro, ella de blanco, en los sueños, ella cae, cae desesperadamente,
simbolismo evidente de la insuperable caída de la que será víctima; él, por el
contrario, trepa, trepa hacia el nido con los huevos, trepa hacia una mejora en
la escala social, la contraposición es directa en este caso.
La cinta tiene de
esa forma asimismo dos segmentos marcadamente diferentes, y así en la primera
parte se explora el mundo de él, y ella es la dominadora absoluta, caprichosa,
veleidosa -humilla a su prometido y termina así su noviazgo-, pero ese status
gradualmente irá cambiando, hasta invertirse, conforme va saliendo a flote el
patetismo de la situación de ella. Luego del coito, naturalmente no muy
enfatizado en la cinta, viene el cambio, ella se embriaga para desnudarse,
desnudar su alma y pasado. Obviamente es ella el personaje más importante, y es
en la segunda parte donde lo más importante sucede, donde conocemos su
malograda psiquis, y las causas de esa hediondez. Al iniciar la narración de su
vida, veremos cómo ella refleja a la mujer de la época, en su madre, que tiene
prohibido casarse, a ella la fuerzan a ser y comportarse como hombre,
vistiéndola como uno incluso, la madre la regaña por jugar con muñecas. Como en
esa época, se reflejará la guerra de los sexos asimismo, -sólo por nombrar un
ejemplo, tenemos al pintor Gustav Klimt-, guerra de sexos, incluso intercambian
roles, hombres hilando y haciendo preparaciones caseras, una niña vestida como
varón, la cinta en buena medida refleja, como toda buena obra artística, el
contexto en el que se desarrolla. Se invierten posiciones entonces, ella es la
que se resquebraja, se quiebra, está a merced de Jean –es elocuente su aserción "obedeceré como un perro", la otra caprichosa hija del Conde le habla así al
cochero-, que finalmente se comporta como lo que es, un criado. A ese respecto,
la sexualidad es poderosa durante toda la cinta, iniciándose claro con la
represión al coito canino, incluso castigando Julia a su perra mascota por seguir
su natural instinto copulativo, dejando en evidencia un sentimiento de despecho
por frustración. Y evidentemente, la secuencia por excelencia en este aspecto
es la de Julia furtivamente observando el acto carnal del mozo de la cuadra con
una sirvienta, los ojos de Julia, tan abiertos como se lo permite su
organismo, sus pies empinándose, ambos gestos de fogosa excitación, de querer
abarcar todo lo que se observa, en efecto la excitación es mucha, el sexo es
algo que despierta muchas sensaciones en ella, y vaya que lo transmite muy bien
Sjöberg.
Descubriremos conforme avanza todo que la fuente de la maldad y la
morbidez es la madre, ese ser extraño, indescifrable, casi infernal. Negándose
de plano a casarse con el Conde, causándole malestares y vergüenzas con la
comunidad, pero una de las escenas más impactantes es cuando alumbra a Julia,
la carcajada de ella, tras haber dado a luz, es espeluznante casi, ríe a más no
poder mientras le dice al padre que ahí está el hijo, lo que tanto esperaba. Asimismo
el incendio por ella generado, dejando a su propia sangre, a su hija, adentro
del edificio en llamas, saliendo en vestido de novia, generando una situación
inaudita, este personaje siempre está rodeado por un aura inquietante,
perturbadora, nos observa desde el cuadro que perennemente se muestra, y no
sabemos quién es su mayor víctima, víctima de su venganza que no termina, ni
habiendo desaparecido. Por un lado, el conde, el padre de ella, con su rostro
que refleja su padecer, dominado y humillado múltiplemente por su mujer, pobre
conde, cada vez mas canoso, más acabado y arruinado. Por el otro, Julia, cuyo
final será inevitablemente la muerte, tras la pérdida gradual de la cordura. Otros recursos en los que reposa sólidamente
la cinta vienen a ser elementos expresivos, elementos narrativos naturalmente a
la vez también. Se otorga importancia a los cuadros, pinturas constantemente
enfocadas, en distintas situaciones, cuadros de personajes históricos, grandes
científicos, emperadores, pero es la imagen de Berta, claro, la más recurrida e
imponente; y a las estatuas también se les brinda cierta atención, cuadros y
estatuas, imágenes de aristocracia, símbolos quizás de esa aristocracia que es
el origen de la enajenación mostrada.
Sjöberg ha sabido, como hemos visto,
innovar y potenciar la obra del literato para amalgamarla con los recursos del
cine y reforzar el efecto que tiene. Empero, el maestro tiene el olfato preciso
para saber qué modificar o innovar, y qué respetar, o mejor expresado, dejar
intacto. Es así que los parlamentos y mucho de la fuerza del drama original se
mantienen, hay poderosos diálogos, "ordéname algo y obedeceré como un perro",
la actitud de ella cambia radicalmente, "quisiera ver tu sexo nadando en esa sangre", cuando él liquida al inocente
ave, la fuerza primigenia del relato no debe ni puede perderse, el cineasta
sabe bien cómo conseguir el equilibrio. Quizás el simbolismo más obvio pero no
por eso menos efectivo sea precisamente el ave, que al mostrarse los créditos
iniciales vemos, atrapada en una jaula,
al lado de una incierta Julia, el ave que
es eliminada cuando ella quería huir, es el final inevitable. Para el
apartado final he dejado un aspecto que ciertamente no es menor. Vienen a ser
los aportes actorales, Anita Björk primeramente, una mujer que encarna bien a
Julia, joven, llena de brío, insegura y con muchos conflictos, consigue la
fragilidad correcta, consigue conjugar el capricho y alentaría iniciales
propios de la aristocracia, con la desesperación y ruina posteriores; Ulf Palme
por el otro lado, con el elegante talante, de mucha experiencia en el teatro,
no en vano elegido para este papel, da la talla asimismo, el criado ambicioso
que quiere subir socialmente, orgulloso galán, finalmente no conseguirá su
objetivo, correcta también su actuación. Mención especial para el querido Max
Von Sydow como el mozo del lugar, con apenas 21 años ya escribía su legendaria
y aún en proceso historia. Para cerrar ese apartado, es sencillamente
maravilloso ver cómo esa plana actoral se vincula, los tres citados en algún
momento fueron utilizados por el gigante moderno Bergman, Von Sydow más que los
demás, pero queda evidenciado cómo el teatro y el cine sueco forman una
tradición casi indivisible, una tradición de la que Sjöberg es célebre y
privilegiado representante. Filme que enriquece, en muchas disciplinas, caído
en el olvido pero que recobrará seguramente nuevas fuerzas gracias a un trabajo
del que me acabo de enterar, un remake vinculado justamente a Ingmar Bergman,
pero que no considero digno de mayor mención. Reitero, la comentada cita
enriquece y es infaltable para el que aprecie cine, teatro, y muchas otras
expresiones artísticas.
Título original: Fröken Julie.
Director: Alf Sjöberg.
Intérpretes: Anita
Björk, Ulf
Palme, Marta
Dorff, Lissi
Alandh, Anders
Henrikson, Max
von Sydow.
Dichas proyecciones se realizaran desde el sábado 30 de mayo al miércoles 3 de junio a las 19horas en los Multicines Tenerife situado en Camino La Hornera, Centro Comercial Alcampo. (Puedes asistir con un acompañante cualquiera de dichos días)
Para conseguir una de las 5 entradas dobles que sorteamos puedes participar por alguna de estas dos vías:
Quiero asistir a la proyección de Sonrisas y lágrimas.
Posteriormente envíanos un correo electrónico con el asunto "Concurso Sonrisas y lágrimas" a lasmejorespeliculasdelahistoriadelcine@hotmail.com indicándonos tu nombre real y apellidos y el nombre que tienes en facebook.
Quiero asistir a Sonrisas y lágrimas con @jesusdrago, @multicinestnf.
Tras enviar ese tweet, envíanos un correo electrónico con el asunto "Concurso Sonrisas y lágrimas" a lasmejorespeliculasdelahistoriadelcine@hotmail.com indicándonos tu nombre real y apellidos y nick en Twitter.
REGLAS DEL CONCURSO
Podrán participar todos los lectores de "Las mejores películas de la historia del cine" que cumplan con las instrucciones que hemos expuesto arriba, entendiendo que las entradas solo serán válidas para una de las proyecciones que tendrán lugar elsábado 30 de mayo al miércoles 3 de junio a las 19 horas en los Multicines Tenerife situado en Camino La Hornera, Centro Comercial Alcampo.
Solo admitiremos una participación por persona / medio (o lo que es lo mismo, podéis participar una vez por facebook, otra por twitter).
Cualquier intento de fraude o trampas implicara la descalificación automática.
El concurso se inicia ahora mismo (26 de abril) y termina el próximo viernes 29 de mayo a las 23.59horas.
Los ganadores / ganadoras serán anunciados en este blog el sábado 30 de mayo por la mañana, tras lo cual, nos pondremos en contacto con los afortunados y afortunadas para que nadie se quede sin asistir. ¡¡Mucha suerte!!
GANADORES:
Ana Newt y un acompañante.
José Ramón Martín Hernández y acompañante:
Ramona Hernández González.
Dichas proyecciones se realizaran desde el sábado 30 de mayo al miércoles 3 de junio a las 19horas en los Multicines Tenerife situado en Camino La Hornera, Centro Comercial Alcampo. (Puedes asistir con un acompañante cualquiera de dichos días)
Para conseguir una de las 5 entradas dobles que sorteamos puedes participar por alguna de estas dos vías:
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Posteriormente envíanos un correo electrónico con el asunto "Concurso Sonrisas y lágrimas" a lasmejorespeliculasdelahistoriadelcine@hotmail.com indicándonos tu nombre real y apellidos y el nombre que tienes en facebook.
Quiero asistir a Sonrisas y lágrimas con @jesusdrago, @multicinestnf.
Tras enviar ese tweet, envíanos un correo electrónico con el asunto "Concurso Sonrisas y lágrimas" a lasmejorespeliculasdelahistoriadelcine@hotmail.com indicándonos tu nombre real y apellidos y nick en Twitter.
REGLAS DEL CONCURSO
Podrán participar todos los lectores de "Las mejores películas de la historia del cine" que cumplan con las instrucciones que hemos expuesto arriba, entendiendo que las entradas solo serán válidas para una de las proyecciones que tendrán lugar elsábado 30 de mayo al miércoles 3 de junio a las 19 horas en los Multicines Tenerife situado en Camino La Hornera, Centro Comercial Alcampo.
Solo admitiremos una participación por persona / medio (o lo que es lo mismo, podéis participar una vez por facebook, otra por twitter).
Cualquier intento de fraude o trampas implicara la descalificación automática.
El concurso se inicia ahora mismo (26 de abril) y termina el próximo viernes 29 de mayo a las 23.59horas.
Los ganadores / ganadoras serán anunciados en este blog el sábado 30 de mayo por la mañana, tras lo cual, nos pondremos en contacto con los afortunados y afortunadas para que nadie se quede sin asistir. ¡¡Mucha suerte!!
GANADORES:
Ana Newt y un acompañante.
José Ramón Martín Hernández y acompañante:
Ramona Hernández González.
Una gran trilogía compuesta por tres películas que narran sucesivamente en el tiempo las vicisitudes de Kaji (Tatsuya Nakadai) un ingeniero que debido a sus grandes principios defensores de los derechos humanos es juzgado por el sistema y obligado a luchar en una Guerra donde será testigo grandes crueldades y miserias. Sin embargo, todas las dificultades que encuentra en su largo camino, en su viaje de peregrinación para intentar volver a su hogar, no le harán nunca perder la fe en el lado bueno de la condición humana. Es necesario primero hablar de la trilogía en conjunto, de forma global, considerándola como un solo film dividido en tres y luego centrarse en cada película en particular. La condición humana está formada por tres películas, cada una de ellas dividida en dos, un total de seis partes, con una duración de casi diez horas. Está basada en la novela de mismo nombre, escrita por Gomikawa Jumpei. Es la historia de Kaji un joven enamorado de su mujer, con grandes ideales y férreos principios que luchará en cuerpo y alma por defender sus valores enfrentándose a quien sea. Un pacifista inmerso involuntariamente en una guerra, defensor de los derechos humanos, Kaji fracasará repetidas veces en su lucha, pero nunca abandona, el recuerdo de su mujer Michico le da fuerzas y lo mantiene vivo en su largo camino, nunca se resigna ante una injusticia y la denuncia, es honesto, y dentro de la guerra además demuestra su valentía y su determinación. En ocasiones el horror de la guerra le forzará a hacer cosas que nunca imaginó, las cuales le pesan como una losa en su interior. Aguantará humillaciones y será traicionado, pero para otros hombres Kaji es un líder, una persona que lucha por la humanidad y la compasión dentro del inhumano mundo de la guerra y la supervivencia en la miseria absoluta. Tatsuya Nakadai, que interpreta maravillosamente a Kaji, dió con este film su salto definitivo, trabajó en las cintas más importantes de Kobayashi y fue el segundo actor de varias películas de Kurosawa. Estamos ante un relato épico, lírico y de profundo dramatismo. Kobayashi, nos resalta una vez más, con una conmovedora historia sus principales preocupaciones: rescatar la individualidad, mostrar la complejidad de la naturaleza humana y rebelarse frente al orden establecido y la tradición nipona que tan estrictamente acotan al alma humana. A pesar de ser una trilogía, mantiene un ritmo firme con una magnífica dirección basada en el rodaje en profundidad y en largos planos tanto de espacios abiertos como en interiores, algunos encuadres y angulaciones especialmente complicados resaltan las emociones en el rostro de Kaji y permiten visualizar la tensión entre las figuras humanas así como la desolación de la guerra en los escenarios naturales. Las emociones transmitidas durante el largo metraje nos conducen junto con Kaji, el protagonista, desde la ira que desata la injusticia hasta la tristeza más profunda por la falta de humanidad en el mundo.
La Condición Humana I. No hay amor más grande (No Greater Love). (1959)
Desde el principio se nos plantea el valor de la vida humana, tan despreciada en dos claras situaciones apenas indistinguibles, como son la guerra y el trabajo. La labor en la retaguardia se convierte en una nueva arma de explotación del hombre por el hombre. En estas circunstancias surge la figura de nuestro protagonista que pretende representar la humanidad, o lo más elevado de la condición humana. Frente a la brutalidad propone la responsabilidad. En vez torturar a los trabajadores su intención es motivarlos para alcanzar mejores resultados en la producción. Pero encontrará miles de dificultades, no sólo en el medio que lo rodea, sino que también en su propio interior donde se lidian las principales contradicciones que atenazan a la condición humana. Tendrá que luchar frente al hambre, que destruye el espíritu humano y convierte a las personas en animales (escena de apertura del vagón de prisioneros). Luchar frente a las jerarquías de poder acomodadas, que basan en la pobreza de las masas su gran influencia y manipulación de la situación. También la violencia será la norma establecida para un mejor control. El ejército reforzará y apoyará esa idea con sus máximas consecuencias durante toda la película. En cuanto al dilema del destino y la libertad, en un momento determinado se preguntará si los presos, detenidos por insubordinación u otras faltas y retenidos en un campo de castigo querrán escapar o quedarse para poder comer:
- Mando Militar : "Y para qué van a querer escapar??.
- Respuesta: Quizás quieran volver a sus aldeas con sus familias y ser libres.
- Mando Militar: Con qué sueñan los hombres??.
- Respuesta de Kaji: Con la libertad.
- Mando Militar: si son hombres de verdad, soñarán con mujeres y para eso tenemos a las prostitutas".
Aquí se nos presenta al hombre como un ser depravado, desprovisto de sus mejores cualidades por la miseria, tan sólo busca satisfacer sus necesidades básicas. Ese es el dilema constante durante toda la cinta. El protagonista sufrirá mil reveses de todos los que le rodean, ¿Por Ingenuidad en sus ideales?
"Puede cambiarse el destino si tenemos suficiente fuerza mental", insistía un preso a una prostituta. Pero sólo puede hacerse pagando un gran precio. La persona que es íntegra y es de verdad humana, nunca estará sola, deberá confiar en que en los demás, también existe esa parte noble de la condición humana.
La Condición Humana II. El Camino hacia la Eternidad. (1959).
La segunda parte de esta trilogía se centra en el mundo del ejército japonés durante el último año de la Segunda Guerra Mundial en la zona de Manchuria Sur. Nuestro protagonista, Kaji, es enviado a luchar con el ejército bajo la supervisión de la policía militar como castigo a su insurgencia. Está en una lista negra, ya que su intención humanista de tratar a los trabajadores chinos de la mina mejorando sus condiciones infrahumanas es considerado por sus jefes como un peligro y deciden tacharlo de Comunista. De nuevo, encontramos esa búsqueda centrada en tratar al hombre como un ser humano dentro de un grupo, pero esta vez el trabajo no está enmarcado en una mina, sino en una Institución como es el Ejército Nipón. Describiendo las claves de cómo funciona este grupo de hombres también podría encontrarse cierta simbología con la convencionalidad de la sociedad nipona y sus férreas costumbres. Kobayashi, siempre tan analítico con la tradición heredada, visible en cualquiera de sus films, retrata este grupo de hombres a la perfección. Utiliza grandes planos de un paisajismo delicioso alternando con la crudeza de primeros planos duros, tantos como la violencia explícita de sus personajes. En el ejército sólo prevalecen y se valoran: la valentía, la disciplina, la jerarquía, el orden establecido y la violencia para mantener el dicho orden. No se toleran: la debilidad, el fracaso, rendirse, delatar a un superior, la vergüenza, todo ello conlleva castigo cruel. De nuevo, el conflicto entre la búsqueda de humanidad o la búsqueda de la protección individual y de la supervivencia. El ideal del protagonista no pasa por quedarse limitado a proteger sólo a su esposa y a él mismo. Puede llegar a sufrir los castigos físicos más infames y las más crueles humillaciones, pero su Ideal de proteger al grupo, de hacerlo más humano e intentar abolir los castigos y la violencia como la parte más depravada del ser humana seguirán siendo una constante en su vida, aún a costa de ponerla en peligro. En su ardua tarea de rebelión personal, va encontrando personajes que piensan como él.
"Al lado de un hombre íntegro siempre camina otro."
Termina esta parte con la guerra en las trincheras. Escenas absolutamente impecables, descriptivas y crueles.
La Condición Humana III. Plegaria de un soldado. (1961).
Estamos ya en el último episodio de esta magnífica trilogía. La parte más compleja, difícil y dura, si cabe, de toda esta Obra Maestra. Una pieza de excelente. Cine bélico mostrado desde la rendición de un ejército y de unos soldados nipones, entre los que se encuentra Kaji. El comienzo es brutal, con la escena del primer asesinato que Kaji comete en su huida para la supervivencia. Es un asesinato frente a frente, con espectaculares primeros planos del rostro del protagonista y de sus manos manchadas de sangre. Las escenas bélicas ya no se nos muestran con grandes planos, escenas paisajísticas y grandes multitudes muriendo. Ahora son los actos individuales de violencia, con grandes encuadres y primeros planos de grandísima expresión los que se clavan en el espectador. Un impactante retrato del hambre sobre las personas, una consecuencia más de la Guerra. La población civil sufre hambre por haber arrasado sus campos, sufre humillaciones y violencia de todo tipo por cualquiera de los ejércitos: Los vencedores violando y maltratando. Los vencidos en su huida, robando y matando para sobrevivir. En estas circunstancias Kaji mantiene su peculiar viaje, el eterno regreso hacia su amor y su hogar. Mantendrá impecables sus principios de cuidar por el bien común: Repartir comida equitativamente, organizar grupos, proteger a los más vulnerables, con una determinación férrea. Nada lo distrae de su objetivo de volver a casa y sobrevivir. Los diálogos siguen siendo memorables, como alguno de los compañeros de camino.
"Después de la Guerra, el País que conocías morirá". ¿Cómo crear un País donde un hombre sea libre?, Ése es el problema, nosotros sólo sobrevivimos. ¿Quién será lo suficientemente digno para dirigir un Pais en la derrota?. Pagamos cara nuestra libertad sin valor”.
"La sangre del odio seguirá brotando de las heridas, ¿Cómo explicar a la humanidad este insulto".
Es destacable también la agudeza y la reflexión que hace de cualquiera de los ejércitos implicados en la contienda. Ya sean Japoneses, Chinos o Rusos. Su crítica es valiente, descarnada y meticulosa. Sufre decepciones de todos los sistemas sociales establecidos. Tan sólo a algunas almas nobles, compañeros de camino de Kaji, alcanzan lo mejor de la condición humana.
Una gran trilogía compuesta por tres películas que narran sucesivamente en el tiempo las vicisitudes de Kaji (Tatsuya Nakadai) un ingeniero que debido a sus grandes principios defensores de los derechos humanos es juzgado por el sistema y obligado a luchar en una Guerra donde será testigo grandes crueldades y miserias. Sin embargo, todas las dificultades que encuentra en su largo camino, en su viaje de peregrinación para intentar volver a su hogar, no le harán nunca perder la fe en el lado bueno de la condición humana. Es necesario primero hablar de la trilogía en conjunto, de forma global, considerándola como un solo film dividido en tres y luego centrarse en cada película en particular. La condición humana está formada por tres películas, cada una de ellas dividida en dos, un total de seis partes, con una duración de casi diez horas. Está basada en la novela de mismo nombre, escrita por Gomikawa Jumpei. Es la historia de Kaji un joven enamorado de su mujer, con grandes ideales y férreos principios que luchará en cuerpo y alma por defender sus valores enfrentándose a quien sea. Un pacifista inmerso involuntariamente en una guerra, defensor de los derechos humanos, Kaji fracasará repetidas veces en su lucha, pero nunca abandona, el recuerdo de su mujer Michico le da fuerzas y lo mantiene vivo en su largo camino, nunca se resigna ante una injusticia y la denuncia, es honesto, y dentro de la guerra además demuestra su valentía y su determinación. En ocasiones el horror de la guerra le forzará a hacer cosas que nunca imaginó, las cuales le pesan como una losa en su interior. Aguantará humillaciones y será traicionado, pero para otros hombres Kaji es un líder, una persona que lucha por la humanidad y la compasión dentro del inhumano mundo de la guerra y la supervivencia en la miseria absoluta. Tatsuya Nakadai, que interpreta maravillosamente a Kaji, dió con este film su salto definitivo, trabajó en las cintas más importantes de Kobayashi y fue el segundo actor de varias películas de Kurosawa. Estamos ante un relato épico, lírico y de profundo dramatismo. Kobayashi, nos resalta una vez más, con una conmovedora historia sus principales preocupaciones: rescatar la individualidad, mostrar la complejidad de la naturaleza humana y rebelarse frente al orden establecido y la tradición nipona que tan estrictamente acotan al alma humana. A pesar de ser una trilogía, mantiene un ritmo firme con una magnífica dirección basada en el rodaje en profundidad y en largos planos tanto de espacios abiertos como en interiores, algunos encuadres y angulaciones especialmente complicados resaltan las emociones en el rostro de Kaji y permiten visualizar la tensión entre las figuras humanas así como la desolación de la guerra en los escenarios naturales. Las emociones transmitidas durante el largo metraje nos conducen junto con Kaji, el protagonista, desde la ira que desata la injusticia hasta la tristeza más profunda por la falta de humanidad en el mundo.
La Condición Humana I. No hay amor más grande (No Greater Love). (1959)
Desde el principio se nos plantea el valor de la vida humana, tan despreciada en dos claras situaciones apenas indistinguibles, como son la guerra y el trabajo. La labor en la retaguardia se convierte en una nueva arma de explotación del hombre por el hombre. En estas circunstancias surge la figura de nuestro protagonista que pretende representar la humanidad, o lo más elevado de la condición humana. Frente a la brutalidad propone la responsabilidad. En vez torturar a los trabajadores su intención es motivarlos para alcanzar mejores resultados en la producción. Pero encontrará miles de dificultades, no sólo en el medio que lo rodea, sino que también en su propio interior donde se lidian las principales contradicciones que atenazan a la condición humana. Tendrá que luchar frente al hambre, que destruye el espíritu humano y convierte a las personas en animales (escena de apertura del vagón de prisioneros). Luchar frente a las jerarquías de poder acomodadas, que basan en la pobreza de las masas su gran influencia y manipulación de la situación. También la violencia será la norma establecida para un mejor control. El ejército reforzará y apoyará esa idea con sus máximas consecuencias durante toda la película. En cuanto al dilema del destino y la libertad, en un momento determinado se preguntará si los presos, detenidos por insubordinación u otras faltas y retenidos en un campo de castigo querrán escapar o quedarse para poder comer:
- Mando Militar : "Y para qué van a querer escapar??.
- Respuesta: Quizás quieran volver a sus aldeas con sus familias y ser libres.
- Mando Militar: Con qué sueñan los hombres??.
- Respuesta de Kaji: Con la libertad.
- Mando Militar: si son hombres de verdad, soñarán con mujeres y para eso tenemos a las prostitutas".
Aquí se nos presenta al hombre como un ser depravado, desprovisto de sus mejores cualidades por la miseria, tan sólo busca satisfacer sus necesidades básicas. Ese es el dilema constante durante toda la cinta. El protagonista sufrirá mil reveses de todos los que le rodean, ¿Por Ingenuidad en sus ideales?
"Puede cambiarse el destino si tenemos suficiente fuerza mental", insistía un preso a una prostituta. Pero sólo puede hacerse pagando un gran precio. La persona que es íntegra y es de verdad humana, nunca estará sola, deberá confiar en que en los demás, también existe esa parte noble de la condición humana.
La Condición Humana II. El Camino hacia la Eternidad. (1959).
La segunda parte de esta trilogía se centra en el mundo del ejército japonés durante el último año de la Segunda Guerra Mundial en la zona de Manchuria Sur. Nuestro protagonista, Kaji, es enviado a luchar con el ejército bajo la supervisión de la policía militar como castigo a su insurgencia. Está en una lista negra, ya que su intención humanista de tratar a los trabajadores chinos de la mina mejorando sus condiciones infrahumanas es considerado por sus jefes como un peligro y deciden tacharlo de Comunista. De nuevo, encontramos esa búsqueda centrada en tratar al hombre como un ser humano dentro de un grupo, pero esta vez el trabajo no está enmarcado en una mina, sino en una Institución como es el Ejército Nipón. Describiendo las claves de cómo funciona este grupo de hombres también podría encontrarse cierta simbología con la convencionalidad de la sociedad nipona y sus férreas costumbres. Kobayashi, siempre tan analítico con la tradición heredada, visible en cualquiera de sus films, retrata este grupo de hombres a la perfección. Utiliza grandes planos de un paisajismo delicioso alternando con la crudeza de primeros planos duros, tantos como la violencia explícita de sus personajes. En el ejército sólo prevalecen y se valoran: la valentía, la disciplina, la jerarquía, el orden establecido y la violencia para mantener el dicho orden. No se toleran: la debilidad, el fracaso, rendirse, delatar a un superior, la vergüenza, todo ello conlleva castigo cruel. De nuevo, el conflicto entre la búsqueda de humanidad o la búsqueda de la protección individual y de la supervivencia. El ideal del protagonista no pasa por quedarse limitado a proteger sólo a su esposa y a él mismo. Puede llegar a sufrir los castigos físicos más infames y las más crueles humillaciones, pero su Ideal de proteger al grupo, de hacerlo más humano e intentar abolir los castigos y la violencia como la parte más depravada del ser humana seguirán siendo una constante en su vida, aún a costa de ponerla en peligro. En su ardua tarea de rebelión personal, va encontrando personajes que piensan como él.
"Al lado de un hombre íntegro siempre camina otro."
Termina esta parte con la guerra en las trincheras. Escenas absolutamente impecables, descriptivas y crueles.
La Condición Humana III. Plegaria de un soldado. (1961).
Estamos ya en el último episodio de esta magnífica trilogía. La parte más compleja, difícil y dura, si cabe, de toda esta Obra Maestra. Una pieza de excelente. Cine bélico mostrado desde la rendición de un ejército y de unos soldados nipones, entre los que se encuentra Kaji. El comienzo es brutal, con la escena del primer asesinato que Kaji comete en su huida para la supervivencia. Es un asesinato frente a frente, con espectaculares primeros planos del rostro del protagonista y de sus manos manchadas de sangre. Las escenas bélicas ya no se nos muestran con grandes planos, escenas paisajísticas y grandes multitudes muriendo. Ahora son los actos individuales de violencia, con grandes encuadres y primeros planos de grandísima expresión los que se clavan en el espectador. Un impactante retrato del hambre sobre las personas, una consecuencia más de la Guerra. La población civil sufre hambre por haber arrasado sus campos, sufre humillaciones y violencia de todo tipo por cualquiera de los ejércitos: Los vencedores violando y maltratando. Los vencidos en su huida, robando y matando para sobrevivir. En estas circunstancias Kaji mantiene su peculiar viaje, el eterno regreso hacia su amor y su hogar. Mantendrá impecables sus principios de cuidar por el bien común: Repartir comida equitativamente, organizar grupos, proteger a los más vulnerables, con una determinación férrea. Nada lo distrae de su objetivo de volver a casa y sobrevivir. Los diálogos siguen siendo memorables, como alguno de los compañeros de camino.
"Después de la Guerra, el País que conocías morirá". ¿Cómo crear un País donde un hombre sea libre?, Ése es el problema, nosotros sólo sobrevivimos. ¿Quién será lo suficientemente digno para dirigir un Pais en la derrota?. Pagamos cara nuestra libertad sin valor”.
"La sangre del odio seguirá brotando de las heridas, ¿Cómo explicar a la humanidad este insulto".
Es destacable también la agudeza y la reflexión que hace de cualquiera de los ejércitos implicados en la contienda. Ya sean Japoneses, Chinos o Rusos. Su crítica es valiente, descarnada y meticulosa. Sufre decepciones de todos los sistemas sociales establecidos. Tan sólo a algunas almas nobles, compañeros de camino de Kaji, alcanzan lo mejor de la condición humana.
No me quedó más remedio que rememorar al villano Bane encarnado por Tom Hardy, al visionar el tráiler de "Mad Max: Fury Road (2015)" con su protagonista (también Hardy) con la boca tapada por una especie de bozal. A la espera de poder ver el nuevo film de George Miller, me dedicaré a dar carpetazo a la trilogía Nolan. Batman "La leyenda renace" se convirtió en el mismo momento de su
presentación al público, en un film polémico por los desoladores
acontecimientos ocurridos en Colorado (EEUU) con la matanza en Denver de 12
personas y 58 heridos en un tiroteo formado por el loco James Holmes en el
estreno de dicha película. Pero dejando la tragedia aparte, Christopher Nolan
convirtió su tercer Batman en una antológica película que desde el principio
tuvo la difícil tarea de intentar igualar a su antecesora, y sorprendentemente
se logró un cierre a la altura de las expectativas, con el trazado final sobre
la trilogía del caballero oscuro. El resultado es un film conmovedor, intenso y
vibrante con la aparición de un nuevo villano (Bane) Tom Hardy, que atemoriza
con su colosal presencia y que resulta ser un terrorista de dimensiones
desproporcionadas, un animal pérfido y sanguinario cuya única finalidad es como
él mismo dice:- Ser el apocalipsis de Gotham-. (realmente chocante su entrada
en la bolsa de Gotham y su tajante conversación con el bróker, además de su
discurso en el campo de Fútbol americano).
Dadas las aterradoras maneras que
utiliza Bane para levantar una revolución, haciendo un llamamiento a las masas en
contra de políticos y clasistas, "La leyenda renace" no esconde su mensaje
dirigido hacia la crítica de la situación social de nuestros días, contra el
poder político y la riqueza de las clases adineradas junto con la denuncia a la
vulneración de la intimidad a través de las redes sociales, llegando a escuchar
frases del calado de: -¿Cómo creían que podían vivir con tanto y dejar tan poco
para los demás?- y - Todo se recopila y cuantifica-, pronunciadas por Catwoman-Anne Hathaway que busca desesperadamente cómo borrar su rastro de
identidad digital de ladrona. En esta película Bruce Wayne-Bale se enfrenta a
su mayor desafío, al igual que su álter ego, que se verá obligado a salir de su
largo retiro para salvar a Gotham de la barbarie y la destrucción incentivada
por Bane. Un Bane que al mando de la liga de las sombras y con una secuaz como
Catwoman, pondrán en serios problemas la identidad secreta de Batman. Ni que
decir tiene que tanto Bane como Catwoman se unifican al universo "Batman" de
manera genial y sorprendente. Todos los actores y actrices de la saga: Morgan
Freeman, Gary Oldman, Michael Caine, Joseph Gordon Levitt, Marion Cotilland, el
resucitado en esta ocasión Matthew Modine y por supuesto el Batman de "Bale" dirigidos todos por Chris Nolan, han concluido sin lugar a dudas la mejor
trilogía sobre un héroe jamás realizada.
Una tercera parte que de algún modo
arrastra el sufrimiento infringido por el Joker y Dos Caras sobre un Batman
ahora apartado y dolido, que tiene que salir de su letargo para retomar su
función de salvador, ante la más que posible destrucción de toda su ciudad con
una nueva amenaza comandada por Bane unido a su grupo de fanáticos, y con un
secreto por desvelar que resucitará al fantasma de R'as Al Ghul (Liam Neeson)
para sembrar su fuego purgador de ínfulas de destrucción atronadora. Escenas
como la del asalto al avión (realmente sorprendente y espectacular), el
atentado en el campo de rugby (anárquica y desmoralizadora) y la cruenta
batalla final del héroe contra el villano apoyados los dos por sus respectivos
ejércitos, dan de sí una grandiosa película que plantea además de reflexiones
críticas hacia la actualidad, una megalomanía impactante y admirablemente
rodada, con un resultado intachable que hace referencias a films como "El
nacimiento de una nación (1915)" de D. W. Griffith. "The Dark Knight Rises" recaudó 1.084 millones de dólares, colocándose de nuevo como una de las sagas
más rentables de la historia del cine. Un monumento más al héroe al que tuve
que reverenciar, levantándome para aplaudir al terminar el film, para así dar
las gracias a todos los artífices de la leyenda renacida...Y ojo a las
sorpresas argumentales con las que se cierra la trilogía. El caballero oscuro
de Nolan a lo largo de toda la saga merece mi más profundo respeto, ilusión y
veneración, haciendo especial mención al clip musical de Hans Zimmer 'Deshi
Basara' junto con el resto de maravillosas composiciones musicales para el
héroe de Gotham. Bob Kane y Bill Finger (creadores de Batman) estarían orgullosos,
yo como fan lo estoy...El Batman vs Superman de Zack Snyder ya será otra
historia...
Título original: The Dark Knight Rises.
Director: Christopher Nolan.
Intérpretes: Christian
Bale, Anne
Hathaway, Tom
Hardy, Joseph
Gordon-Levitt, Michael
Caine,Gary
Oldman, Marion
Cotillard.
No me quedó más remedio que rememorar al villano Bane encarnado por Tom Hardy, al visionar el tráiler de "Mad Max: Fury Road (2015)" con su protagonista (también Hardy) con la boca tapada por una especie de bozal. A la espera de poder ver el nuevo film de George Miller, me dedicaré a dar carpetazo a la trilogía Nolan. Batman "La leyenda renace" se convirtió en el mismo momento de su
presentación al público, en un film polémico por los desoladores
acontecimientos ocurridos en Colorado (EEUU) con la matanza en Denver de 12
personas y 58 heridos en un tiroteo formado por el loco James Holmes en el
estreno de dicha película. Pero dejando la tragedia aparte, Christopher Nolan
convirtió su tercer Batman en una antológica película que desde el principio
tuvo la difícil tarea de intentar igualar a su antecesora, y sorprendentemente
se logró un cierre a la altura de las expectativas, con el trazado final sobre
la trilogía del caballero oscuro. El resultado es un film conmovedor, intenso y
vibrante con la aparición de un nuevo villano (Bane) Tom Hardy, que atemoriza
con su colosal presencia y que resulta ser un terrorista de dimensiones
desproporcionadas, un animal pérfido y sanguinario cuya única finalidad es como
él mismo dice:- Ser el apocalipsis de Gotham-. (realmente chocante su entrada
en la bolsa de Gotham y su tajante conversación con el bróker, además de su
discurso en el campo de Fútbol americano).
Dadas las aterradoras maneras que
utiliza Bane para levantar una revolución, haciendo un llamamiento a las masas en
contra de políticos y clasistas, "La leyenda renace" no esconde su mensaje
dirigido hacia la crítica de la situación social de nuestros días, contra el
poder político y la riqueza de las clases adineradas junto con la denuncia a la
vulneración de la intimidad a través de las redes sociales, llegando a escuchar
frases del calado de: -¿Cómo creían que podían vivir con tanto y dejar tan poco
para los demás?- y - Todo se recopila y cuantifica-, pronunciadas por Catwoman-Anne Hathaway que busca desesperadamente cómo borrar su rastro de
identidad digital de ladrona. En esta película Bruce Wayne-Bale se enfrenta a
su mayor desafío, al igual que su álter ego, que se verá obligado a salir de su
largo retiro para salvar a Gotham de la barbarie y la destrucción incentivada
por Bane. Un Bane que al mando de la liga de las sombras y con una secuaz como
Catwoman, pondrán en serios problemas la identidad secreta de Batman. Ni que
decir tiene que tanto Bane como Catwoman se unifican al universo "Batman" de
manera genial y sorprendente. Todos los actores y actrices de la saga: Morgan
Freeman, Gary Oldman, Michael Caine, Joseph Gordon Levitt, Marion Cotilland, el
resucitado en esta ocasión Matthew Modine y por supuesto el Batman de "Bale" dirigidos todos por Chris Nolan, han concluido sin lugar a dudas la mejor
trilogía sobre un héroe jamás realizada.
Una tercera parte que de algún modo
arrastra el sufrimiento infringido por el Joker y Dos Caras sobre un Batman
ahora apartado y dolido, que tiene que salir de su letargo para retomar su
función de salvador, ante la más que posible destrucción de toda su ciudad con
una nueva amenaza comandada por Bane unido a su grupo de fanáticos, y con un
secreto por desvelar que resucitará al fantasma de R'as Al Ghul (Liam Neeson)
para sembrar su fuego purgador de ínfulas de destrucción atronadora. Escenas
como la del asalto al avión (realmente sorprendente y espectacular), el
atentado en el campo de rugby (anárquica y desmoralizadora) y la cruenta
batalla final del héroe contra el villano apoyados los dos por sus respectivos
ejércitos, dan de sí una grandiosa película que plantea además de reflexiones
críticas hacia la actualidad, una megalomanía impactante y admirablemente
rodada, con un resultado intachable que hace referencias a films como "El
nacimiento de una nación (1915)" de D. W. Griffith. "The Dark Knight Rises" recaudó 1.084 millones de dólares, colocándose de nuevo como una de las sagas
más rentables de la historia del cine. Un monumento más al héroe al que tuve
que reverenciar, levantándome para aplaudir al terminar el film, para así dar
las gracias a todos los artífices de la leyenda renacida...Y ojo a las
sorpresas argumentales con las que se cierra la trilogía. El caballero oscuro
de Nolan a lo largo de toda la saga merece mi más profundo respeto, ilusión y
veneración, haciendo especial mención al clip musical de Hans Zimmer 'Deshi
Basara' junto con el resto de maravillosas composiciones musicales para el
héroe de Gotham. Bob Kane y Bill Finger (creadores de Batman) estarían orgullosos,
yo como fan lo estoy...El Batman vs Superman de Zack Snyder ya será otra
historia...
Título original: The Dark Knight Rises.
Director: Christopher Nolan.
Intérpretes: Christian
Bale, Anne
Hathaway, Tom
Hardy, Joseph
Gordon-Levitt, Michael
Caine,Gary
Oldman, Marion
Cotillard.
El relato comienza con una
sencilla y preciosa fotografía en blanco y negro que dibuja las huellas de unas
ruedas sobre un camino nevado. Una voz en off en primera persona nos va
relatando el repentino aviso que ha supuesto la muerte de su padre. Nuestro
protagonista es Luo Yusheng (Hao Zheng), un joven y exitoso empresario
acostumbrado a vivir en la gran ciudad que se ve obligado a regresar al mundo
rural de su infancia para asistir al funeral de su padre. Su pueblo natal es un pequeño lugar aislado
en la agreste zona del Norte de China. Es hijo único, y al llegar el alcalde le
informa de la actual situación de su anciana madre, demasiado afligida por el
dolor y empecinada en realizar el cortejo fúnebre en la más estricta tradición
que exige llevar el cadáver del padre en hombros desde la ciudad más cercana
hasta el pueblo. La propuesta del alcalde, más sensata y coherente con la situación,
es convencer a la anciana viuda de que su marido sea trasladado en tractor
haciendo que el trayecto sea menos duro para todos. Una sólida narración capaz
de jugar con el tiempo fílmico y con la fotografía al mismo tiempo, ya que
desde que Luo vuelve a ver a su madre y conoce su pertinaz idea de mantener la
tradición intacta, sus recuerdos infantiles ponen en marcha el núcleo
fundamental de este relato: Contar la historia de amor entre sus padres. De
tal manera, que el tiempo presente es presentado con una impecable fotografía
en blanco y negro, mientras que el pasado es relatado mediante el flash back,
la voz en off del hijo y una preciosa fotografía en color.
A través de sus
propios recuerdos, el hijo va reconstruyendo su pasado familiar, desde el
momento en que su madre (Zhang Ziyi) a la edad de 18 años ve por primera vez su
padre, un joven maestro que llega al pueblo para enseñar a los niños en la
nueva Escuela. La conmovedora historia de amor que surge entre ellos, cómo se
configuran sus primeros encuentros y cómo ese amor es puesto a prueba por las
numerosas dificultades es realizado con gran maestría encadenando una serie de
secuencias visuales, que consiguen progresar en intensidad emocional sin
utilizar apenas diálogos. Somos testigos de la sencilla y simple vida cotidiana
de la mujer rural, con sus duras labores. Una mujer, que pese a ser analfabeta
queda prendada de la voz del maestro mientras enseña a sus alumnos y de su
dedicación al cuidado de los niños, que él mismo suele acompañar a casa por un
largo camino. El tiempo presente utiliza planos en B&N con magníficos
encuadres y se centra en pequeños detalles que describen por sí mismos la
crudeza y la pobreza de la vida rural. Lo que inicialmente se antoja como una
tradición absurda pasa a cobrar progresivamente un gran sentido conforme los
recuerdos van fluyendo como maravillosas imágenes en color. Zhang Yimou narra
visualmente escenas muy conmovedoras pese la
sencillez de su puesta en escena, como la escena en la que el cuenco de
porcelana donde ella suele preparar la comida para su enamorado queda
destrozado, y es reparado con precisos planos detalle, marcando el ritmo
necesario para otorgarle la simbología que representa.
Escenas estáticas que
son alternadas con otras de mayor movimiento como el excelente travelling que
acompaña a la joven corriendo por el bosque para poder despedirse de su amado. Hay
otros muchos fragmentos visualmente poderosos, elementos que constituyen parte
de la narrativa con su solo encuadre, como encontrar un pasador perdido. Sin
embargo es la escena final que implica ese reencuentro generacional, paterno
filial y ese respeto por las tradiciones ancestrales la que consigue llegarnos
al corazón sin apenas notarlo. Basado en la novela de Shi Bao que elabora
también el guión, visualizamos mediante esta bella película toda una gama de
emociones que encierran un gran aprendizaje: El respeto por los mayores, la
tradición que los acompaña y la sencillez de un gran amor que perdura más allá
de la muerte. Zhang Yimou, comenzó como operador de cámara colaborando con Chen
Kaige en la película "Tierra amarilla (1984)", responsable del comienzo de una
nueva etapa de cine chino más preocupada por las emociones individuales que por
los grandes mensajes políticos. Zhang forma parte de lo que se denominó "Quinta
generación del Cine Chino", encargada de liderar todo un cambio cinematográfico
tras la muerte de Mao en 1976. El director de fotografía de este film, Hou
Yong, compartíría con Zhang Yimou el formar parte de este nuevo grupo de
cineastas chinos especialmente preocupados por recuperar la belleza visual al
cine.
A Hou Yong se le reconoce
principalmente por su carrera como director de fotografía acompañando a Zhang
Yimou, en películas como: "Ni uno menos (1999)", "Happy Times (2000)" y su
afamada "Hero (2002)". Pero como el propio Zhang y otros directores de
fotografía que colaboraron con este último, Hou se pasó a la dirección de
películas, la primera de ellas fue "Mujeres de Jazmín (2004)", protagonizada por
Zhang Ziyi. Hou comenzó su carrera tras graduarse en la Academia de Cine de
Pekín en 1982, junto a otros directores de la "Quinta generación" como Zhang
Yimou, Chen Kaige, y Tian Zhuangzhuang. Durante sus primeros años su carrera se
centró en proyectos junto a estos directores, especialmente los de Tian
Zhuangzhuang y Wu Ziniu. Comenzó a trabajar junto a Zhang Yimou a finales de
los años 90 durante la etapa realista de su producción. Zhang Yimou consiguió
llegar al público extranjero con una fórmula esteticista de fotografía
particularmente cuidada. Sus relatos están centrados en el periodo previo a la
Revolución, en las zonas rurales donde la figura de la mujer es un pilar
fundamental dentro de la sociedad tradicional. En sus películas juega un papel
importante el simbolismo del color, los rituales milenarios de su tradición y
el contraste extremo entre belleza y crueldad. Su primera película como
director fue "Sorgo rojo (1987)" y, al ganar el Oso de Oro Berlín pasó a ser
mundialmente conocido.En "El camino a casa", Zhang
encontró su nueva musa, la joven actriz china Zhang Ziyi, con la que inauguró
una nueva etapa de cine de artes marciales con films como "Hero (2002)", "La
casa de las dagas voladoras (2004)" y "La maldición de la flor dorada” (2006)".
El relato comienza con una
sencilla y preciosa fotografía en blanco y negro que dibuja las huellas de unas
ruedas sobre un camino nevado. Una voz en off en primera persona nos va
relatando el repentino aviso que ha supuesto la muerte de su padre. Nuestro
protagonista es Luo Yusheng (Hao Zheng), un joven y exitoso empresario
acostumbrado a vivir en la gran ciudad que se ve obligado a regresar al mundo
rural de su infancia para asistir al funeral de su padre. Su pueblo natal es un pequeño lugar aislado
en la agreste zona del Norte de China. Es hijo único, y al llegar el alcalde le
informa de la actual situación de su anciana madre, demasiado afligida por el
dolor y empecinada en realizar el cortejo fúnebre en la más estricta tradición
que exige llevar el cadáver del padre en hombros desde la ciudad más cercana
hasta el pueblo. La propuesta del alcalde, más sensata y coherente con la situación,
es convencer a la anciana viuda de que su marido sea trasladado en tractor
haciendo que el trayecto sea menos duro para todos. Una sólida narración capaz
de jugar con el tiempo fílmico y con la fotografía al mismo tiempo, ya que
desde que Luo vuelve a ver a su madre y conoce su pertinaz idea de mantener la
tradición intacta, sus recuerdos infantiles ponen en marcha el núcleo
fundamental de este relato: Contar la historia de amor entre sus padres. De
tal manera, que el tiempo presente es presentado con una impecable fotografía
en blanco y negro, mientras que el pasado es relatado mediante el flash back,
la voz en off del hijo y una preciosa fotografía en color.
A través de sus
propios recuerdos, el hijo va reconstruyendo su pasado familiar, desde el
momento en que su madre (Zhang Ziyi) a la edad de 18 años ve por primera vez su
padre, un joven maestro que llega al pueblo para enseñar a los niños en la
nueva Escuela. La conmovedora historia de amor que surge entre ellos, cómo se
configuran sus primeros encuentros y cómo ese amor es puesto a prueba por las
numerosas dificultades es realizado con gran maestría encadenando una serie de
secuencias visuales, que consiguen progresar en intensidad emocional sin
utilizar apenas diálogos. Somos testigos de la sencilla y simple vida cotidiana
de la mujer rural, con sus duras labores. Una mujer, que pese a ser analfabeta
queda prendada de la voz del maestro mientras enseña a sus alumnos y de su
dedicación al cuidado de los niños, que él mismo suele acompañar a casa por un
largo camino. El tiempo presente utiliza planos en B&N con magníficos
encuadres y se centra en pequeños detalles que describen por sí mismos la
crudeza y la pobreza de la vida rural. Lo que inicialmente se antoja como una
tradición absurda pasa a cobrar progresivamente un gran sentido conforme los
recuerdos van fluyendo como maravillosas imágenes en color. Zhang Yimou narra
visualmente escenas muy conmovedoras pese la
sencillez de su puesta en escena, como la escena en la que el cuenco de
porcelana donde ella suele preparar la comida para su enamorado queda
destrozado, y es reparado con precisos planos detalle, marcando el ritmo
necesario para otorgarle la simbología que representa.
Escenas estáticas que
son alternadas con otras de mayor movimiento como el excelente travelling que
acompaña a la joven corriendo por el bosque para poder despedirse de su amado. Hay
otros muchos fragmentos visualmente poderosos, elementos que constituyen parte
de la narrativa con su solo encuadre, como encontrar un pasador perdido. Sin
embargo es la escena final que implica ese reencuentro generacional, paterno
filial y ese respeto por las tradiciones ancestrales la que consigue llegarnos
al corazón sin apenas notarlo. Basado en la novela de Shi Bao que elabora
también el guión, visualizamos mediante esta bella película toda una gama de
emociones que encierran un gran aprendizaje: El respeto por los mayores, la
tradición que los acompaña y la sencillez de un gran amor que perdura más allá
de la muerte. Zhang Yimou, comenzó como operador de cámara colaborando con Chen
Kaige en la película "Tierra amarilla (1984)", responsable del comienzo de una
nueva etapa de cine chino más preocupada por las emociones individuales que por
los grandes mensajes políticos. Zhang forma parte de lo que se denominó "Quinta
generación del Cine Chino", encargada de liderar todo un cambio cinematográfico
tras la muerte de Mao en 1976. El director de fotografía de este film, Hou
Yong, compartíría con Zhang Yimou el formar parte de este nuevo grupo de
cineastas chinos especialmente preocupados por recuperar la belleza visual al
cine.
A Hou Yong se le reconoce
principalmente por su carrera como director de fotografía acompañando a Zhang
Yimou, en películas como: "Ni uno menos (1999)", "Happy Times (2000)" y su
afamada "Hero (2002)". Pero como el propio Zhang y otros directores de
fotografía que colaboraron con este último, Hou se pasó a la dirección de
películas, la primera de ellas fue "Mujeres de Jazmín (2004)", protagonizada por
Zhang Ziyi. Hou comenzó su carrera tras graduarse en la Academia de Cine de
Pekín en 1982, junto a otros directores de la "Quinta generación" como Zhang
Yimou, Chen Kaige, y Tian Zhuangzhuang. Durante sus primeros años su carrera se
centró en proyectos junto a estos directores, especialmente los de Tian
Zhuangzhuang y Wu Ziniu. Comenzó a trabajar junto a Zhang Yimou a finales de
los años 90 durante la etapa realista de su producción. Zhang Yimou consiguió
llegar al público extranjero con una fórmula esteticista de fotografía
particularmente cuidada. Sus relatos están centrados en el periodo previo a la
Revolución, en las zonas rurales donde la figura de la mujer es un pilar
fundamental dentro de la sociedad tradicional. En sus películas juega un papel
importante el simbolismo del color, los rituales milenarios de su tradición y
el contraste extremo entre belleza y crueldad. Su primera película como
director fue "Sorgo rojo (1987)" y, al ganar el Oso de Oro Berlín pasó a ser
mundialmente conocido.En "El camino a casa", Zhang
encontró su nueva musa, la joven actriz china Zhang Ziyi, con la que inauguró
una nueva etapa de cine de artes marciales con films como "Hero (2002)", "La
casa de las dagas voladoras (2004)" y "La maldición de la flor dorada” (2006)".