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Basada en hechos reales, y aunque el tema ya fue llevado con anterioridad al cine con la muy superior Los verdugos también mueren (1943). Mientras en éste se recurría a una especulación de lo sucedido, la película de Gilbert basada en la novela de Alan Burgess, recogía la verdad verdadera, eso sí, condensada para facilitar la carga dramática del acontecimiento y con una que otra libertad porque ya sabemos que es mejor imprimir la leyenda.
En 1942 Checoslovaquia vive el régimen del terror por la ocupación nazi en su territorio y el general de las SS Reinhard Heydrich, el carnicero de Praga, es nombrado gobernador, un tipo bastante déspota, que cuando alguien le solicita ayuda para una comunidad checa les responde con todo desdén que le importa un comino lo que le pase a cualquiera de raza eslava y en un acto de provocación se atreve a colocarse la corona de los reyes de Bohemia desafiando la advertencia de que si la persona indebida se la pone morirá dentro de ese año. Ideólogo de la solución final y que además goza de la confianza total de Hitler siendo uno de los poquísimos a quienes escucha y hace caso, incluso si el Führer hubiese muerto, él hubiese sido el nuevo caudillo.
Mientras tanto en Inglaterra el servicio secreto recluta a 3 checos refugiados y al servicio del ejército británico para introducirlos en los entonces llamados territorios de Bohemia y Moldavia con el propósito de eliminar al nazi, situación que fracasa por lo que serán reforzados con cuatro agentes más quienes con el apoyo de la resistencia lograrán su objetivo el 26 de Mayo de 1942. Sin embargo los teutones no se andaban con tonterías y comienza una represión brutal incluyendo el borramiento literal del mapa de la población de Lídice, situada cerca de la capital checa, hasta dar con quienes osaron asestar tal golpe.
Filmada en las localidades originales donde ocurrieron los hechos históricos, la película nos trae esa experiencia de verosimilitud aunque enriquecida por ese buen oficio de heroicidad que solían tener todas esas películas bélicas desde El puente sobre el río Kwai (1957) hasta Ha llegado el águila (1976) pasando por esa pléyade de buen cine que mezclaba lo bélico con lo histórico y lo épico. Sabemos a dónde va la historia y sin embargo nos emocionamos al ver a nuestros protagonistas arribando desde el cielo en paracaídas, planeando el golpe pero sobre todo en la segunda mitad cuando los vemos escondiéndose de la furia nazi, siendo delatados por quien menos se lo esperan y el enfrentamiento del cual sabemos que no hay salida, pero por las barbas de Melíes, oramos por un milagro…
Protagonizada por un actor que durante los inicios de los 70 parecía iba al estrellato, Timothy Bottoms, loable en la última película de Bogdanovich, entrañable como el estudiante de derecho, Mr Hart, en La Cacería del Diploma de James Bridgess, aquí era el líder del escuadrón suicida checoslovoco, con su carita de niño bueno pero implacable. Lo secundaba Anthony Andrews, ese actor británico que igualmente en los 70 realizó grandes interpretaciones y hasta de Pimpinela Escarlata apareció en una miniserie y luego en Retorno a Brideshead, cuyo personaje leal al anterior será fundamental en la escena de la cripta de San Cirilo. Y no olvidemos a Anton Diffring como el imperturbable Heydrich, de matarlo por convencimiento, por la mimetización que hace de su personaje.
De mano del buen Lewis Gilbert, director bondiano de excelentes películas de acción, pero que de vez en cuando nos ofreció películas muy distintas a su habitual registro como Alfie (1966), Algo más que amigos (1971) y Educando a Rita (1983). Mantiene un ritmo irregular en un nudo que intuimos a dónde va pero nos brinda lo que esperamos, una buena historia.
Al final, como es usual en este tipo de filmes antes de los créditos finales se nos contará el destino de los personajes.
Título original: Operation: Daybreak.
Director: Lewis Gilbert.
Intérpretes: Timothy Bottoms, Martin Shaw, Joss Ackland, Nicola Pagett, Anthony Andrews, Anton Diffring, Carl Duering, Cyril Shaps.
Escena:
Reseña escrita por Carlos Fernando Carrión Quezada
Basada en hechos reales, y aunque el tema ya fue llevado con anterioridad al cine con la muy superior Los verdugos también mueren (1943). Mientras en éste se recurría a una especulación de lo sucedido, la película de Gilbert basada en la novela de Alan Burgess, recogía la verdad verdadera, eso sí, condensada para facilitar la carga dramática del acontecimiento y con una que otra libertad porque ya sabemos que es mejor imprimir la leyenda.
En 1942 Checoslovaquia vive el régimen del terror por la ocupación nazi en su territorio y el general de las SS Reinhard Heydrich, el carnicero de Praga, es nombrado gobernador, un tipo bastante déspota, que cuando alguien le solicita ayuda para una comunidad checa les responde con todo desdén que le importa un comino lo que le pase a cualquiera de raza eslava y en un acto de provocación se atreve a colocarse la corona de los reyes de Bohemia desafiando la advertencia de que si la persona indebida se la pone morirá dentro de ese año. Ideólogo de la solución final y que además goza de la confianza total de Hitler siendo uno de los poquísimos a quienes escucha y hace caso, incluso si el Führer hubiese muerto, él hubiese sido el nuevo caudillo.
Mientras tanto en Inglaterra el servicio secreto recluta a 3 checos refugiados y al servicio del ejército británico para introducirlos en los entonces llamados territorios de Bohemia y Moldavia con el propósito de eliminar al nazi, situación que fracasa por lo que serán reforzados con cuatro agentes más quienes con el apoyo de la resistencia lograrán su objetivo el 26 de Mayo de 1942. Sin embargo los teutones no se andaban con tonterías y comienza una represión brutal incluyendo el borramiento literal del mapa de la población de Lídice, situada cerca de la capital checa, hasta dar con quienes osaron asestar tal golpe.
Filmada en las localidades originales donde ocurrieron los hechos históricos, la película nos trae esa experiencia de verosimilitud aunque enriquecida por ese buen oficio de heroicidad que solían tener todas esas películas bélicas desde El puente sobre el río Kwai (1957) hasta Ha llegado el águila (1976) pasando por esa pléyade de buen cine que mezclaba lo bélico con lo histórico y lo épico. Sabemos a dónde va la historia y sin embargo nos emocionamos al ver a nuestros protagonistas arribando desde el cielo en paracaídas, planeando el golpe pero sobre todo en la segunda mitad cuando los vemos escondiéndose de la furia nazi, siendo delatados por quien menos se lo esperan y el enfrentamiento del cual sabemos que no hay salida, pero por las barbas de Melíes, oramos por un milagro…
Protagonizada por un actor que durante los inicios de los 70 parecía iba al estrellato, Timothy Bottoms, loable en la última película de Bogdanovich, entrañable como el estudiante de derecho, Mr Hart, en La Cacería del Diploma de James Bridgess, aquí era el líder del escuadrón suicida checoslovoco, con su carita de niño bueno pero implacable. Lo secundaba Anthony Andrews, ese actor británico que igualmente en los 70 realizó grandes interpretaciones y hasta de Pimpinela Escarlata apareció en una miniserie y luego en Retorno a Brideshead, cuyo personaje leal al anterior será fundamental en la escena de la cripta de San Cirilo. Y no olvidemos a Anton Diffring como el imperturbable Heydrich, de matarlo por convencimiento, por la mimetización que hace de su personaje.
De mano del buen Lewis Gilbert, director bondiano de excelentes películas de acción, pero que de vez en cuando nos ofreció películas muy distintas a su habitual registro como Alfie (1966), Algo más que amigos (1971) y Educando a Rita (1983). Mantiene un ritmo irregular en un nudo que intuimos a dónde va pero nos brinda lo que esperamos, una buena historia.
Al final, como es usual en este tipo de filmes antes de los créditos finales se nos contará el destino de los personajes.
Título original: Operation: Daybreak.
Director: Lewis Gilbert.
Intérpretes: Timothy Bottoms, Martin Shaw, Joss Ackland, Nicola Pagett, Anthony Andrews, Anton Diffring, Carl Duering, Cyril Shaps.
Escena:
Reseña escrita por Carlos Fernando Carrión Quezada
Antes de que los seguidores de "La Página de las Mejores Películas de la Historia del Cine" me abucheen, quiero dejar claro que,
en esta ocasión, no escribo sobre "una de las mejores", pero sí sobre una que
contiene "a los mejores", los mejores en la acción de los 80’s y 90’s, que aquí
estuvieron juntos. Precisamente el 18 de Octubre de hace 3 años se estrenó "Plan de escape". Proyecto que anteriormente iba a bautizarse como "La Tumba", y
que estuvo a punto de dirigir Antoine Fuqua "Los 7 magníficos (2016)".
Películas
tales como "Tango y Cash (1989)" y "Demolition man (1993)" contenían ironías de "Sly" hacia "Arnie",
recibiendo cómica reciprocidad con cintas de la talla de "Los gemelos golpean 2veces (1988)" y "El último gran héroe (1993)". Todos estos hechos levantaban "las chispas" del aficionado a la acción, dejando en un futuro alternativo la maravillosa
oportunidad de ser testigos de la unión de los 2 gallos del gallinero en la
acción..."chispas" que a mi juicio podían haberse convertido en "llamaradas" de
espectacularidad, pero... "Plan de escape" no es lo que parece, debido a que la
acción está supeditada a la intriga moviéndose con Arnold y Stallone en unos
registros interpretativos diferentes a lo que era de esperar.
Sylvester es un inteligentísimo, intuitivo y observador
escapista profesional y Schwarzenegger es un peligroso criminal atento y
cerebral. Los dos gorilas de espalda plateada que sin lugar a dudas, se han
convertido en líderes de la manada del numeroso grupo de héroes armados y
peligrosos que han poblado el panorama cinematográfico ochentero, son aquí algo
diferentes.
Lo que podía haberse convertido en una lucha de
egos, se muta en una colaboración en la que los 2 fornidos protagonistas dejan
clara su patente muestra de compromiso y lealtad de uno hacia el otro. Los
cameos de los que habían sido partícipes quedan atrás para un "cara a cara" en
una película con transfondo carcelario en el que priman la intriga y el drama
por encima de la acción, con disparos y tortas (que las tiene)... Quizá Stallone
esté más preparado en esto de fugarse de cárceles, ahí están "Encerrado (1989)", "Evasión o victoria (1981)" y la comentada "Tango y Cash", pero "Mi Arnold" no se
quedó atrás en "The Running man (1987)". Así que "el plan" con maneras de buddy movie
estuvo servido para que las esperanzas añoradas por el seguidor de las
estrellas de antaño, se convirtieran en las llamas deseadas de una pareja de
mastodontes imparables, luchando por salir a golpe de experiencia, fuerza, virilidad,
chulería, y una pizca de humor pícaro y sinvergüenza, de la jaula en la que les
habían metido.
Es posible que la única pega del planteamiento
fílmico estuviera en su director (Mikael Hafstrom) que aunque dejó claras sus
intenciones de recordar viejos tiempos a base de frases lapidarias, puñetazos y
recuerdos de glorias pasadas, a mi parecer le faltó la inyección adrenalítica
que hubiera convertido a la película en antológica. La buena sintonía que hay
entre el semental italiano y el roble austriaco se nota, aunque la desmesura en
la acción a base de pólvora y puños que yo hubiera querido está más dosificada,
lo que permite que la colaboración narrativa de los dos curtidos machos cobre
una mayor importancia e interés que lo que el aficionado a los mamporros
hubiera podido desear.
En "Plan de escape" Stallone es Ray Breslin, que
a modo de escapista cual Houdini es puesto a prueba en una trampa conspirativa
en una 'Tumba', en la que se encontrará con Emil Rootmayer (Schwarzenegger), un
misterioso y peligroso convicto que guarda más de una sorpresa y que se aliará
con Breslin para escapar de la cárcel de máxima seguridad más innovadora jamás
creada. Lo que aquí importaba era huir de los malos resultados taquilleros
cosechados por "Una bala en la cabeza (2012)" y "El último desafío (2013)", siendo unos
entretenidos y atronadores films de lucimiento de 2 estrellas que en la citada
historia carcelaria contribuirán con una 'peli de colegas' a la acción de los
dorados y enérgicos años 80's. Una película cargada de mala baba irónica
(Schwarzenegger rezando el "Padre nuestro" al antiguo protagonista de "LaPasión de Cristo", Jim Caviezel y acusándole de ser el mismísimo diablo). Los
apodos que "Sly" y "Arnold" ponen a los guardias: "Pato", "Luisa" y "Urticaria"... Además de alguna bromita más... Trompazos, buenas tortas y frases
desafiantes: -Pegas como un vegetariano- Arnold..-Voy a reducir el edificio a
cenizas- Sly, añaden una buena sintonía a un film en el que Ray Breslin
llegará a apoyarse en su compañero Rottmayer para superar el desafío agobiante
de la ratonera implacable en la que están encerrados.
En la que es la tercera (y más larga unión) de
dos héroes que se resisten a abandonar, aún les queda mucho que decir a la hora
de repartir acción de la buena. La película "Plan de escape" se tradujo en un
esfuerzo por mantenerse en el otoño de sus carreras para Stallone y
Schwarzenegger, en una manera efectiva de ganar (en su mayoría gracias a la
taquilla China) la friolera de 137 millones de dólares. "Escape Plan" es un
espectáculo para nostálgicos de un cine que actualmente no se hace, y cuya
función es levantar la afición y contribuir a las reacciones viriles de dos "Macho-Man" que todavía tienen balas en la recámara para disparar.
Comentar a modo de curiosidad que el film fue rodado en instalaciones de la
NASA, en las que se aprecia una gran pelea de convictos contra convictos a modo
de distracción para que nuestros héroes escapen. ¡¡LET´S DO IT!!
Título original; Escape Plan. Director: Mikael Håfström. Intérpretes: Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, James Caviezel,Vinnie Jones, Amy Ryan, Vincent D’Onofrio.
Antes de que los seguidores de "La Página de las Mejores Películas de la Historia del Cine" me abucheen, quiero dejar claro que,
en esta ocasión, no escribo sobre "una de las mejores", pero sí sobre una que
contiene "a los mejores", los mejores en la acción de los 80’s y 90’s, que aquí
estuvieron juntos. Precisamente el 18 de Octubre de hace 3 años se estrenó "Plan de escape". Proyecto que anteriormente iba a bautizarse como "La Tumba", y
que estuvo a punto de dirigir Antoine Fuqua "Los 7 magníficos (2016)".
Películas
tales como "Tango y Cash (1989)" y "Demolition man (1993)" contenían ironías de "Sly" hacia "Arnie",
recibiendo cómica reciprocidad con cintas de la talla de "Los gemelos golpean 2veces (1988)" y "El último gran héroe (1993)". Todos estos hechos levantaban "las chispas" del aficionado a la acción, dejando en un futuro alternativo la maravillosa
oportunidad de ser testigos de la unión de los 2 gallos del gallinero en la
acción..."chispas" que a mi juicio podían haberse convertido en "llamaradas" de
espectacularidad, pero... "Plan de escape" no es lo que parece, debido a que la
acción está supeditada a la intriga moviéndose con Arnold y Stallone en unos
registros interpretativos diferentes a lo que era de esperar.
Sylvester es un inteligentísimo, intuitivo y observador
escapista profesional y Schwarzenegger es un peligroso criminal atento y
cerebral. Los dos gorilas de espalda plateada que sin lugar a dudas, se han
convertido en líderes de la manada del numeroso grupo de héroes armados y
peligrosos que han poblado el panorama cinematográfico ochentero, son aquí algo
diferentes.
Lo que podía haberse convertido en una lucha de
egos, se muta en una colaboración en la que los 2 fornidos protagonistas dejan
clara su patente muestra de compromiso y lealtad de uno hacia el otro. Los
cameos de los que habían sido partícipes quedan atrás para un "cara a cara" en
una película con transfondo carcelario en el que priman la intriga y el drama
por encima de la acción, con disparos y tortas (que las tiene)... Quizá Stallone
esté más preparado en esto de fugarse de cárceles, ahí están "Encerrado (1989)", "Evasión o victoria (1981)" y la comentada "Tango y Cash", pero "Mi Arnold" no se
quedó atrás en "The Running man (1987)". Así que "el plan" con maneras de buddy movie
estuvo servido para que las esperanzas añoradas por el seguidor de las
estrellas de antaño, se convirtieran en las llamas deseadas de una pareja de
mastodontes imparables, luchando por salir a golpe de experiencia, fuerza, virilidad,
chulería, y una pizca de humor pícaro y sinvergüenza, de la jaula en la que les
habían metido.
Es posible que la única pega del planteamiento
fílmico estuviera en su director (Mikael Hafstrom) que aunque dejó claras sus
intenciones de recordar viejos tiempos a base de frases lapidarias, puñetazos y
recuerdos de glorias pasadas, a mi parecer le faltó la inyección adrenalítica
que hubiera convertido a la película en antológica. La buena sintonía que hay
entre el semental italiano y el roble austriaco se nota, aunque la desmesura en
la acción a base de pólvora y puños que yo hubiera querido está más dosificada,
lo que permite que la colaboración narrativa de los dos curtidos machos cobre
una mayor importancia e interés que lo que el aficionado a los mamporros
hubiera podido desear.
En "Plan de escape" Stallone es Ray Breslin, que
a modo de escapista cual Houdini es puesto a prueba en una trampa conspirativa
en una 'Tumba', en la que se encontrará con Emil Rootmayer (Schwarzenegger), un
misterioso y peligroso convicto que guarda más de una sorpresa y que se aliará
con Breslin para escapar de la cárcel de máxima seguridad más innovadora jamás
creada. Lo que aquí importaba era huir de los malos resultados taquilleros
cosechados por "Una bala en la cabeza (2012)" y "El último desafío (2013)", siendo unos
entretenidos y atronadores films de lucimiento de 2 estrellas que en la citada
historia carcelaria contribuirán con una 'peli de colegas' a la acción de los
dorados y enérgicos años 80's. Una película cargada de mala baba irónica
(Schwarzenegger rezando el "Padre nuestro" al antiguo protagonista de "LaPasión de Cristo", Jim Caviezel y acusándole de ser el mismísimo diablo). Los
apodos que "Sly" y "Arnold" ponen a los guardias: "Pato", "Luisa" y "Urticaria"... Además de alguna bromita más... Trompazos, buenas tortas y frases
desafiantes: -Pegas como un vegetariano- Arnold..-Voy a reducir el edificio a
cenizas- Sly, añaden una buena sintonía a un film en el que Ray Breslin
llegará a apoyarse en su compañero Rottmayer para superar el desafío agobiante
de la ratonera implacable en la que están encerrados.
En la que es la tercera (y más larga unión) de
dos héroes que se resisten a abandonar, aún les queda mucho que decir a la hora
de repartir acción de la buena. La película "Plan de escape" se tradujo en un
esfuerzo por mantenerse en el otoño de sus carreras para Stallone y
Schwarzenegger, en una manera efectiva de ganar (en su mayoría gracias a la
taquilla China) la friolera de 137 millones de dólares. "Escape Plan" es un
espectáculo para nostálgicos de un cine que actualmente no se hace, y cuya
función es levantar la afición y contribuir a las reacciones viriles de dos "Macho-Man" que todavía tienen balas en la recámara para disparar.
Comentar a modo de curiosidad que el film fue rodado en instalaciones de la
NASA, en las que se aprecia una gran pelea de convictos contra convictos a modo
de distracción para que nuestros héroes escapen. ¡¡LET´S DO IT!!
Título original; Escape Plan. Director: Mikael Håfström. Intérpretes: Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, James Caviezel,Vinnie Jones, Amy Ryan, Vincent D’Onofrio.
20 años después, "La Roca" sigue siendo a mi parecer, la
mejor película del incendiario y preciosista del caos que es Michael Bay
(Transformers, Armagedón, Pearl Harbour). El que fue el bautismo de fuego para
Nicolas Cage después de su Oscar en "Leaving Las Vegas (1995)", no podía ser mejor
estreno para un actor que se iniciaba en la acción, dando de sí una estupenda
trilogía, con el film que estamos tratando de Michael Bay, seguida de la
estruendosa "Con Air (1997)" de Simon West y la imposible "Cara a Cara (1997)" de John Woo.
Pero centrándome en "La Roca", diré que en su momento (yo
cuando la vi por vez primera contaba con 16 años) me impactó, no sólo por su
despliegue espectacular de medios para el asombro, sino su registro actoral, a
saber: El mencionado Cage, Michael Biehn (Terminator), William Forsythe
(Halloween, el origen), Tony Todd (Candyman) y hasta ¡Jim Caviezel! (La Pasiónde Cristo)…Pero aquí sin lugar a dudas los que se llevan el elogio, el
prestigio y el logro de llevarse los méritos actorales del film son sin duda:
Primero: Ed Harris, el eterno
nominado, el actor que siempre merece un Oscar sin conseguirlo, que aquí con su
militar Francis Hummel da toda una lección de arrojo, de fuerza, de
patriostismo, siendo un militar de alto rango que a lo largo de su carrera ha
visto cómo su país reclutaba a grandes soldados en misiones secretas, para
después olvidarlos, apartarlos y hacerlos desaparecer, sin ni siquiera
ofrecerles los honores merecidos, ni la meritoria pensión a sus familias por la
irreparable pérdida. Hummel querrá acabar con el deshonroso comportamiento americano
para sus "abandonados hijos" y decidirá un ataque terrorista contra San
Francisco, reteniendo en la extinta cárcel de Alcatraz (ahora destino
turístico) a unos rehenes y amenazando con soltar unos misiles de inabarcable
catástrofe química a la ciudad. Todo si no se cumple con sus exigencias:
Ofrecer a las familias de los soldados humillados sus respectivas
indemnizaciones y méritos por los servicios prestados a los EEUU de América.
Harris es aquí un revolucionario, convencido de lo que hace,
comprometido con aquellos soldados muertos y sus familias, que en memoria de
los mismos opta por luchar y reivindicar el honor de aquellos que como él
dieron su sangre por su país, sin que éste supiera de su existencia. Un
meritorio papel del ‘Gran Ed’ que no deja que le envuelvan ni las, por otro
lado estupendas persecuciones, disparos sin fin, fuegos de artificio, y
destellos de violencia de vistosa estética.
Y claro, Segundo: Sean Connery. Y perdónenme por la
expresión pero... Joder, qué bueno es. El genial Sean en "La Roca" homenajea a su
James Bond, interpretando a un espía británico, además y por arte de gracia es
también un Edmundo Dantés del siglo XX, convirtiéndose Alcatraz para él en su
particular cárcel, de la que escapará siendo la única persona conocida en
hacerlo, para ser encerrado de por vida de nuevo al esconder en un microfilm
secretos de vital importancia, tales como los extraterrestres de Roswell o la
muerte de Kennedy. Connery tenía la friolera de 66 años en el año de 1996, y
fue capaz de mostrar su destreza físca, su particular donaire, su valor y porqué
no decirlo su compromiso con su película (puesto que fue su productor
ejecutivo).
Para recordar quedan las estruendosas persecuciones por todo
San Francisco equiparables al Bullit de Peter Yates, pero a lo bestia, los
enfrentamientos de ego entre mercenarios y soldados, el cruce de disparos por
doquier y claro está, un duelo interpretativo de altura entre Connery y Harris,
todo ello mientras el despistado de Woodspid (o como se diga) "Cage" como
experto en terrorismo químico, tendrá que espabilar si quiere sobrevivir al
entrar en la mítica roca.
Frase para recordar: -El patriotismo es la virtud de los
depravados-. Frase de Oscar Wilde, que dicha por Sean Connery no tiene
desperdicio. Feliz 20 aniversario para "The Rock". Título original: The Rock. Director: Michael Bay. Intérpretes: Sean Connery, Nicolas Cage, Ed Harris, Michael Biehn, William Forsythe, John Spencer, David Morse.
20 años después, "La Roca" sigue siendo a mi parecer, la
mejor película del incendiario y preciosista del caos que es Michael Bay
(Transformers, Armagedón, Pearl Harbour). El que fue el bautismo de fuego para
Nicolas Cage después de su Oscar en "Leaving Las Vegas (1995)", no podía ser mejor
estreno para un actor que se iniciaba en la acción, dando de sí una estupenda
trilogía, con el film que estamos tratando de Michael Bay, seguida de la
estruendosa "Con Air (1997)" de Simon West y la imposible "Cara a Cara (1997)" de John Woo.
Pero centrándome en "La Roca", diré que en su momento (yo
cuando la vi por vez primera contaba con 16 años) me impactó, no sólo por su
despliegue espectacular de medios para el asombro, sino su registro actoral, a
saber: El mencionado Cage, Michael Biehn (Terminator), William Forsythe
(Halloween, el origen), Tony Todd (Candyman) y hasta ¡Jim Caviezel! (La Pasiónde Cristo)…Pero aquí sin lugar a dudas los que se llevan el elogio, el
prestigio y el logro de llevarse los méritos actorales del film son sin duda:
Primero: Ed Harris, el eterno
nominado, el actor que siempre merece un Oscar sin conseguirlo, que aquí con su
militar Francis Hummel da toda una lección de arrojo, de fuerza, de
patriostismo, siendo un militar de alto rango que a lo largo de su carrera ha
visto cómo su país reclutaba a grandes soldados en misiones secretas, para
después olvidarlos, apartarlos y hacerlos desaparecer, sin ni siquiera
ofrecerles los honores merecidos, ni la meritoria pensión a sus familias por la
irreparable pérdida. Hummel querrá acabar con el deshonroso comportamiento americano
para sus "abandonados hijos" y decidirá un ataque terrorista contra San
Francisco, reteniendo en la extinta cárcel de Alcatraz (ahora destino
turístico) a unos rehenes y amenazando con soltar unos misiles de inabarcable
catástrofe química a la ciudad. Todo si no se cumple con sus exigencias:
Ofrecer a las familias de los soldados humillados sus respectivas
indemnizaciones y méritos por los servicios prestados a los EEUU de América.
Harris es aquí un revolucionario, convencido de lo que hace,
comprometido con aquellos soldados muertos y sus familias, que en memoria de
los mismos opta por luchar y reivindicar el honor de aquellos que como él
dieron su sangre por su país, sin que éste supiera de su existencia. Un
meritorio papel del ‘Gran Ed’ que no deja que le envuelvan ni las, por otro
lado estupendas persecuciones, disparos sin fin, fuegos de artificio, y
destellos de violencia de vistosa estética.
Y claro, Segundo: Sean Connery. Y perdónenme por la
expresión pero... Joder, qué bueno es. El genial Sean en "La Roca" homenajea a su
James Bond, interpretando a un espía británico, además y por arte de gracia es
también un Edmundo Dantés del siglo XX, convirtiéndose Alcatraz para él en su
particular cárcel, de la que escapará siendo la única persona conocida en
hacerlo, para ser encerrado de por vida de nuevo al esconder en un microfilm
secretos de vital importancia, tales como los extraterrestres de Roswell o la
muerte de Kennedy. Connery tenía la friolera de 66 años en el año de 1996, y
fue capaz de mostrar su destreza físca, su particular donaire, su valor y porqué
no decirlo su compromiso con su película (puesto que fue su productor
ejecutivo).
Para recordar quedan las estruendosas persecuciones por todo
San Francisco equiparables al Bullit de Peter Yates, pero a lo bestia, los
enfrentamientos de ego entre mercenarios y soldados, el cruce de disparos por
doquier y claro está, un duelo interpretativo de altura entre Connery y Harris,
todo ello mientras el despistado de Woodspid (o como se diga) "Cage" como
experto en terrorismo químico, tendrá que espabilar si quiere sobrevivir al
entrar en la mítica roca.
Frase para recordar: -El patriotismo es la virtud de los
depravados-. Frase de Oscar Wilde, que dicha por Sean Connery no tiene
desperdicio. Feliz 20 aniversario para "The Rock". Título original: The Rock. Director: Michael Bay. Intérpretes: Sean Connery, Nicolas Cage, Ed Harris, Michael Biehn, William Forsythe, John Spencer, David Morse.
Rambo regresó en mitad de los 80’s... El protagonista de la
novela escrita por David Morrell tuvo la continuidad en cine que no pudo ser en
la literatura, dado que Rambo moría en el libro "First Blood". El ex-combatiente de
Vietnam en su regreso a casa después de la guerra, fue defenestrado,
incomprendido, olvidado, maltratado y al final encerrado por los hechos
acaecidos en "Acorralado" de Ted Kotcheff del año 82.
La sombra de Vietnam
y de los desaparecidos en combate americanos persiguió al mandato de Ronald
Reagan suponiéndole un grave problema de popularidad a lo largo de su carrera
política, así que James Cameron unido a Sylvester Stallone intentaron ganar "en
la ficción" lo que no se pudo en la realidad.
En esta ocasión el gobierno americano requiere los servicios
de John Rambo utilizando a su mentor y amigo (el coronel Trautman 'Richard
Crenna') para ofrecerle el indulto carcelario a cambio de que realice una
misión, averiguando mediante fotografías
la verificación del paradero de combatientes desaparecidos, que se intuye
puedan estar todavía en cautiverio bajo la opresión vietnamita.
Pero Rambo irá más allá intentando salvar a los llamados “desaparecidos
en combate”, y llevarlos a suelo americano. Lo que ocurre es que, para evitar
posibles conflictos internacionales y revuelo en la opinión pública, se decide
desde las más altas esferas del gobierno abandonar a los prisioneros de guerra
junto con Rambo a su suerte, dejándolos en la estacada…
El personaje al que dio vida Stallone en su segunda de
cuatro encarnaciones del fornido héroe, será consciente de su situación de
desamparo por parte de quienes le han contratado, y hará lo que esté en su mano
para devolver a sus compañeros a la patria por la que ellos arriesgaron sus
vidas en el pasado. El musculado combatiente de Vietnam por antonomasia, lleno
de cicatrices físicas y psicológicas, acabará con todo comunista oriental que
se le ponga por delante, ya sea con su reconocible cuchillo, con AK-47, con
bazooka, misiles o su inconfundible arco y flechas.
George Pan Cosmatos
dirigió en Rambo 2 una eficaz película de acción bélica que tuvo en la
exageración llena de fuegos de artificio una de sus principales bazas, creando
un film atipatriótico, y digo ésto puesto que a mi modo de ver, en contra de lo
que se dijo en su momento, quedó claro que los EEUU se olvidaban de los
soldados que tiempo atrás dejaron la piel en el campo de batalla, para que más
tarde se considerara a la guerra de Vietnam, una causa perdida.
Stallone con su Rambo
esencializa al héroe-soldado solitario, incapaz de mostrar afecto alguno,
traumatizado y estigmatizado, que se autorreafirma con su particular filosofía:
-Para sobrevivir a la
guerra hay que convertirse en guerra-.
-Prescindible es
como cuando te invitan a una fiesta, tú no vas y a nadie le importa- (haciendo
referencia directa a cómo él observa el trato que su país le ha dado como
soldado, mediante la conversación que tiene con su enlace y compañera 'una
bella y malograda Julia Nickson-Soul').
Rambo 2 contiene
escenas memorables incrustadas en la memoria del espectador de los años 80's:
El guerrero de la cinta roja preparándose para su misión, acopiándose de las
armas, afilando su cuchillo mientras se escucha la ejemplar música de Jerry
Goldsmith, la amenaza a través del micrófono después de que Rambo es torturado
por un cruel y sádico oficial ruso (Steven Berkoff), amenaza dirigida a Charles
Napier: -Murdock juro que le mataré-
con el sonido del trueno de fondo, el asesinato con el camuflaje de barro,
Rambo ametrallando todos los ordenadores y tecnología a la vez que grita
desgarradamente, además de ser testigos en la película, del posiblemente
romance más corto de la historia del cine, que tendrá como consecuencia las
bestias y vengativas maneras de acabar con el asesino de la amada del
protagonista, dispersando los pedazos del soldado vietnamita con el disparo de
una flecha explosiva…
Rambo cumpliría su
misión para conseguir continuar secuela a secuela y día a día. Dato: El personaje
de Rambo debe su nombre a una marca de manzanas (Manzanas Rambo).
Título original: Rambo: First Blood Part II.
Director: George Pan Cosmatos.
Intérpretes: Sylvester Stallone, Richard Crenna, Steven Berkoff, Charles Napier, Julia Nickson-Soul, Martin Kove.
Rambo regresó en mitad de los 80’s... El protagonista de la
novela escrita por David Morrell tuvo la continuidad en cine que no pudo ser en
la literatura, dado que Rambo moría en el libro "First Blood". El ex-combatiente de
Vietnam en su regreso a casa después de la guerra, fue defenestrado,
incomprendido, olvidado, maltratado y al final encerrado por los hechos
acaecidos en "Acorralado" de Ted Kotcheff del año 82.
La sombra de Vietnam
y de los desaparecidos en combate americanos persiguió al mandato de Ronald
Reagan suponiéndole un grave problema de popularidad a lo largo de su carrera
política, así que James Cameron unido a Sylvester Stallone intentaron ganar "en
la ficción" lo que no se pudo en la realidad.
En esta ocasión el gobierno americano requiere los servicios
de John Rambo utilizando a su mentor y amigo (el coronel Trautman 'Richard
Crenna') para ofrecerle el indulto carcelario a cambio de que realice una
misión, averiguando mediante fotografías
la verificación del paradero de combatientes desaparecidos, que se intuye
puedan estar todavía en cautiverio bajo la opresión vietnamita.
Pero Rambo irá más allá intentando salvar a los llamados “desaparecidos
en combate”, y llevarlos a suelo americano. Lo que ocurre es que, para evitar
posibles conflictos internacionales y revuelo en la opinión pública, se decide
desde las más altas esferas del gobierno abandonar a los prisioneros de guerra
junto con Rambo a su suerte, dejándolos en la estacada…
El personaje al que dio vida Stallone en su segunda de
cuatro encarnaciones del fornido héroe, será consciente de su situación de
desamparo por parte de quienes le han contratado, y hará lo que esté en su mano
para devolver a sus compañeros a la patria por la que ellos arriesgaron sus
vidas en el pasado. El musculado combatiente de Vietnam por antonomasia, lleno
de cicatrices físicas y psicológicas, acabará con todo comunista oriental que
se le ponga por delante, ya sea con su reconocible cuchillo, con AK-47, con
bazooka, misiles o su inconfundible arco y flechas.
George Pan Cosmatos
dirigió en Rambo 2 una eficaz película de acción bélica que tuvo en la
exageración llena de fuegos de artificio una de sus principales bazas, creando
un film atipatriótico, y digo ésto puesto que a mi modo de ver, en contra de lo
que se dijo en su momento, quedó claro que los EEUU se olvidaban de los
soldados que tiempo atrás dejaron la piel en el campo de batalla, para que más
tarde se considerara a la guerra de Vietnam, una causa perdida.
Stallone con su Rambo
esencializa al héroe-soldado solitario, incapaz de mostrar afecto alguno,
traumatizado y estigmatizado, que se autorreafirma con su particular filosofía:
-Para sobrevivir a la
guerra hay que convertirse en guerra-.
-Prescindible es
como cuando te invitan a una fiesta, tú no vas y a nadie le importa- (haciendo
referencia directa a cómo él observa el trato que su país le ha dado como
soldado, mediante la conversación que tiene con su enlace y compañera 'una
bella y malograda Julia Nickson-Soul').
Rambo 2 contiene
escenas memorables incrustadas en la memoria del espectador de los años 80's:
El guerrero de la cinta roja preparándose para su misión, acopiándose de las
armas, afilando su cuchillo mientras se escucha la ejemplar música de Jerry
Goldsmith, la amenaza a través del micrófono después de que Rambo es torturado
por un cruel y sádico oficial ruso (Steven Berkoff), amenaza dirigida a Charles
Napier: -Murdock juro que le mataré-
con el sonido del trueno de fondo, el asesinato con el camuflaje de barro,
Rambo ametrallando todos los ordenadores y tecnología a la vez que grita
desgarradamente, además de ser testigos en la película, del posiblemente
romance más corto de la historia del cine, que tendrá como consecuencia las
bestias y vengativas maneras de acabar con el asesino de la amada del
protagonista, dispersando los pedazos del soldado vietnamita con el disparo de
una flecha explosiva…
Rambo cumpliría su
misión para conseguir continuar secuela a secuela y día a día. Dato: El personaje
de Rambo debe su nombre a una marca de manzanas (Manzanas Rambo).
Título original: Rambo: First Blood Part II.
Director: George Pan Cosmatos.
Intérpretes: Sylvester Stallone, Richard Crenna, Steven Berkoff, Charles Napier, Julia Nickson-Soul, Martin Kove.
Se trata de una película de finales de los 90, que tomando buena cuenta de los thrillers de los setenta, se adapta a un tipo de violencia más refinada donde el grupo de delincuentes seleccionados no cuentan su biografía en ningún momento.
Es más, la trama se construye para destacar ante todo la acción y se basa en utilizar el anonimato de los atracadores para que sean percibidos como meros elementos al servicio del plan de robo, entendido como una verdadera partida de ajedrez.
Todos ellos son curtidos y eficaces especialistas. Cada miembro seleccionado para formar este equipo ha sido adiestrado por motivos diferentes y por gobiernos diferentes en tareas de espionaje, utilización de explosivos, equipos electrónicos, escapadas o uso de armas de fuego.
Ya no estamos frente a una banda de gánsters organizados, ni frente a delincuentes comunes. Las mafias de las películas de antaño han sido sustituidas por auténticos especialistas formados en los servicios de espionaje y en las guerras secretas. Son ejecutores de obediencia ciega. Y es en ese pequeño aspecto, adornado con la explicación por parte de uno de los personajes durante el metraje, la leyenda japonesa de los 47 Ronin, es en lo que se basa el título de la obra:
Samuráis sin dueño que fueron traicionados y tras vengarse eligieron el camino del honor, suicidándose antes de ser mercenarios sin dueño. Así son más o menos, pretenden presentarnos a los profesionales de este atraco. Hombres que no realizan preguntas, ni obtienen respuestas, son los mejores en su trabajo, convirtiendo el anonimato en su modo de vida. Esa aureola de misterio y misticismo alrededor de una profesión tan vieja como la vida misma le queda muy bien a la película, apoyado además por una muy adecuada banda sonora de Elia Cmiral, cargada de melancolía, sobre todo por la utilización del instrumento de origen armenio, el duduk. Instantes íntimos que sobresalen en una cinta en continuo movimiento gracias a un ritmo que Frankenheimer maneja con envidiable pericia, especialmente en sus estupendas escenas de acción.
Este grupo de especialistas deben encargarse del robo de un maletín. No reciben ninguna información más que la imprescindible para perpetrar el acto. No saben quién los dirige ni realmente qué están robando. El atraco deberá realizarse mientras el maletín es transportado en una caravana de coches blindados.
John Frankenheimer nos sorprende, tomando como excusa un robo para rodar una gran película de acción. Al contrario que en sus otras películas de sólidas narraciones con grandes mensajes, Frankenheimer demuestra que un buen cineasta también puede acercarse al thriller de acción revelando su gran destreza y valentía con el uso de la cámara en las espectaculares persecuciones por carretera y en el uso escenas dotadas de gran ritmo y movimiento. Este film no tiene nada que ver con las mejores joyas que nos dejó este director comprometido en la década de los sesenta.
El abordaje del director lleva implícito su sello de artesano. Desde su perspectiva basada en una óptica más clásica es capaz de deleitarnos con unas persecuciones por carretera magistrales, sin artefactos, visualmente directas y de un ritmo frenético.
La fotografía de Robert Fraisse unida a los excelentes encuadres y seguimientos de la cámara nos deja ver carreras de coche casi imposibles y grandes colisiones que parecen llevar una coreografía acompasada con el ritmo del film.
Estas escenas constituyen el núcleo fundamental del relato, erigiéndose probablemente en una de las últimas grandes persecuciones realizadas en cine de forma real, sin efectos de ordenador. Sus complementarios tiroteos y las persecuciones a pie dan lugar a un film que es puro entretenimiento visual. Podemos contemplar planos aéreos excelentes y un movimiento endiablado de coches enfrentados en carriles opuestos, todo ello montado casi al milímetro, para que las persecuciones en coche asuman el protagonismo en una cinta que se no se sustenta en una sólida trama, pero si en la visión de buen cine.
"Ronin" es una película notable por el número de persecuciones en coches, especialmente una de ellas bastante larga a través de las calles y túneles de París, tanto así que algunas escenas requirieron hasta 150 especialistas.
El trabajo realizado en las persecuciones con coches ha sido una debilidad de Frankenheimer, que era un antiguo piloto de carreras. Él mismo eligió filmar estas secuencias de forma real, sin efectos especiales, para obtener un mayor nivel de autenticidad. De hecho, en muchas de las escenas a alta velocidad estuvieron los actores en los vehículos. Skipp Sudduth hizo casi todo conduciendo él mismo, mientras que otros coches eran conducidos por especialistas con el volante en el lado derecho del vehículo y los choques eran realizados también por un especialista.
La carencia más notable de la película reside en la excesiva simplicidad argumental, una historia de un grupo de mercenarios enfrentándose por una maleta y su valioso contenido. El gran Mcguffin del relato, la maleta, algo de lo que Hitchcock estaría orgulloso, es uno de los aciertos de un guion escrito por J.D. Zeik y David Mamet, utilizando el pseudónimo de Richard Weisz. También notamos falta de inspiración cuando se trata de dosificar el suspense en relación a algunos de los personajes y sus motivaciones, las cuales no quedan demasiado claras, haciendo que por momentos la historia sea algo incomprensible a pesar de su simpleza.
Pero el director lo solventa con su dominio de la cámara y reuniendo a un sólido elenco: Robert De Niro repite una actuación tan excelente como en "Heat (1995)", además de contar con: Jean Reno, como compañero que da la réplica a De Niro; Natascha McElhone, como la mujer fría y calculadora encargada de dirigirlos, además de contar con Stellan Skarsgård, Skipp Sudduth, Jonathan Pryce y Sean Bean que por una vez no muere, aunque lo hagan desaparecer por humillación.
En conjunto, una película en la que se nota el buen hacer de un gran cineasta y donde el divertimento está servido para disfrutar de la velocidad de la carretera aderezado con cierto misterio y suspense para ejecutar el difícil atraco y el misterio que le rodea.
Director: John Frankenheimer.
Interpretes: Robert De Niro, Jean Reno, Natascha McElhone, Stellan Skarsgård, Skipp Sudduth, Jonathan Pryce, Sean Bean.
Se trata de una película de finales de los 90, que tomando buena cuenta de los thrillers de los setenta, se adapta a un tipo de violencia más refinada donde el grupo de delincuentes seleccionados no cuentan su biografía en ningún momento.
Es más, la trama se construye para destacar ante todo la acción y se basa en utilizar el anonimato de los atracadores para que sean percibidos como meros elementos al servicio del plan de robo, entendido como una verdadera partida de ajedrez.
Todos ellos son curtidos y eficaces especialistas. Cada miembro seleccionado para formar este equipo ha sido adiestrado por motivos diferentes y por gobiernos diferentes en tareas de espionaje, utilización de explosivos, equipos electrónicos, escapadas o uso de armas de fuego.
Ya no estamos frente a una banda de gánsters organizados, ni frente a delincuentes comunes. Las mafias de las películas de antaño han sido sustituidas por auténticos especialistas formados en los servicios de espionaje y en las guerras secretas. Son ejecutores de obediencia ciega. Y es en ese pequeño aspecto, adornado con la explicación por parte de uno de los personajes durante el metraje, la leyenda japonesa de los 47 Ronin, es en lo que se basa el título de la obra:
Samuráis sin dueño que fueron traicionados y tras vengarse eligieron el camino del honor, suicidándose antes de ser mercenarios sin dueño. Así son más o menos, pretenden presentarnos a los profesionales de este atraco. Hombres que no realizan preguntas, ni obtienen respuestas, son los mejores en su trabajo, convirtiendo el anonimato en su modo de vida. Esa aureola de misterio y misticismo alrededor de una profesión tan vieja como la vida misma le queda muy bien a la película, apoyado además por una muy adecuada banda sonora de Elia Cmiral, cargada de melancolía, sobre todo por la utilización del instrumento de origen armenio, el duduk. Instantes íntimos que sobresalen en una cinta en continuo movimiento gracias a un ritmo que Frankenheimer maneja con envidiable pericia, especialmente en sus estupendas escenas de acción.
Este grupo de especialistas deben encargarse del robo de un maletín. No reciben ninguna información más que la imprescindible para perpetrar el acto. No saben quién los dirige ni realmente qué están robando. El atraco deberá realizarse mientras el maletín es transportado en una caravana de coches blindados.
John Frankenheimer nos sorprende, tomando como excusa un robo para rodar una gran película de acción. Al contrario que en sus otras películas de sólidas narraciones con grandes mensajes, Frankenheimer demuestra que un buen cineasta también puede acercarse al thriller de acción revelando su gran destreza y valentía con el uso de la cámara en las espectaculares persecuciones por carretera y en el uso escenas dotadas de gran ritmo y movimiento. Este film no tiene nada que ver con las mejores joyas que nos dejó este director comprometido en la década de los sesenta.
El abordaje del director lleva implícito su sello de artesano. Desde su perspectiva basada en una óptica más clásica es capaz de deleitarnos con unas persecuciones por carretera magistrales, sin artefactos, visualmente directas y de un ritmo frenético.
La fotografía de Robert Fraisse unida a los excelentes encuadres y seguimientos de la cámara nos deja ver carreras de coche casi imposibles y grandes colisiones que parecen llevar una coreografía acompasada con el ritmo del film.
Estas escenas constituyen el núcleo fundamental del relato, erigiéndose probablemente en una de las últimas grandes persecuciones realizadas en cine de forma real, sin efectos de ordenador. Sus complementarios tiroteos y las persecuciones a pie dan lugar a un film que es puro entretenimiento visual. Podemos contemplar planos aéreos excelentes y un movimiento endiablado de coches enfrentados en carriles opuestos, todo ello montado casi al milímetro, para que las persecuciones en coche asuman el protagonismo en una cinta que se no se sustenta en una sólida trama, pero si en la visión de buen cine.
"Ronin" es una película notable por el número de persecuciones en coches, especialmente una de ellas bastante larga a través de las calles y túneles de París, tanto así que algunas escenas requirieron hasta 150 especialistas.
El trabajo realizado en las persecuciones con coches ha sido una debilidad de Frankenheimer, que era un antiguo piloto de carreras. Él mismo eligió filmar estas secuencias de forma real, sin efectos especiales, para obtener un mayor nivel de autenticidad. De hecho, en muchas de las escenas a alta velocidad estuvieron los actores en los vehículos. Skipp Sudduth hizo casi todo conduciendo él mismo, mientras que otros coches eran conducidos por especialistas con el volante en el lado derecho del vehículo y los choques eran realizados también por un especialista.
La carencia más notable de la película reside en la excesiva simplicidad argumental, una historia de un grupo de mercenarios enfrentándose por una maleta y su valioso contenido. El gran Mcguffin del relato, la maleta, algo de lo que Hitchcock estaría orgulloso, es uno de los aciertos de un guion escrito por J.D. Zeik y David Mamet, utilizando el pseudónimo de Richard Weisz. También notamos falta de inspiración cuando se trata de dosificar el suspense en relación a algunos de los personajes y sus motivaciones, las cuales no quedan demasiado claras, haciendo que por momentos la historia sea algo incomprensible a pesar de su simpleza.
Pero el director lo solventa con su dominio de la cámara y reuniendo a un sólido elenco: Robert De Niro repite una actuación tan excelente como en "Heat (1995)", además de contar con: Jean Reno, como compañero que da la réplica a De Niro; Natascha McElhone, como la mujer fría y calculadora encargada de dirigirlos, además de contar con Stellan Skarsgård, Skipp Sudduth, Jonathan Pryce y Sean Bean que por una vez no muere, aunque lo hagan desaparecer por humillación.
En conjunto, una película en la que se nota el buen hacer de un gran cineasta y donde el divertimento está servido para disfrutar de la velocidad de la carretera aderezado con cierto misterio y suspense para ejecutar el difícil atraco y el misterio que le rodea.
Director: John Frankenheimer.
Interpretes: Robert De Niro, Jean Reno, Natascha McElhone, Stellan Skarsgård, Skipp Sudduth, Jonathan Pryce, Sean Bean.
"Escuadrón Suicida" de David Ayer, no es una obra maestra (como cabía esperar), pero no es una película absolutamente "desastrosa" (como muchos la han tildado en estos últimos días). El nuevo filme de Ayer, es una oda a la locura total que cuenta con una atmósfera que tiene reminiscencias "punk". La película tiene momentos absurdos pero son los que le dan vidilla al filme y el toque de originalidad, manteniendo el sello sombrío que caracteriza al universo cinematográfico DC/Warner.
Siendo objetivo, el guión por momentos es "torpe" y tiene varias incongruencias que se ven reflejadas en el film, en el cual la edición llega a ser confusa en distintas secuencias, problema del que también adolecía "Batman v Superman: Dawn of Justice".
En el elenco destacan varios actores: Viola Davis es un placer culpable que vale la pena ver haciendo sus fechorías aunque todos terminen odiándola de alguna u otra manera; Margot Robbie sabe aprovechar su físico ante la lente de la cámara y su personaje es entrañable, de una locura que nos llega hasta enternecer. Y caso aparte es Jared Leto, los pocos momentos en los que se deja apreciar se disfrutan, logrando hacer un "Joker" totalmente distinto a lo que hemos visto hasta la fecha.
Parece que el objetivo de Ayer es mostrar las manías que se realizan en los más altos poderes (sobre todo en Estados Unidos) para alcanzar un fin. De ahí que el filme tenga una sensación de presurosa exageración, de irreverencia desmedida y de absoluta diversión.
El villano elegido para enfrentarse al grupo, "La Encantadora", es horrible, no tiene empaque, ni carisma, ni profundidad alguna. Hasta Apocalipsis en el último X-Men está mejor presentado y desarrollado. Y no hablo de su hermano que es directamente patético.
A "Deadshot", que en el cómic es un hijo de mala madre y uno de los villanos más interesantes de DC, se le presenta como un padre tierno y sensible, interpretado por Will Smith haciendo de Will Smith. Su desarrollo es lamentable hasta llevarlo al ridículo en ese final con la niña. Sin lugar a dudas es el peor personaje y acapara la mayor parte del protagonismo de la cinta.
Incluso un villano con tanto potencial como el Joker queda completamente desdibujado al haberse amputado su protagonismo en favor de Smith, como Leto se encarga de dejar bien claro en declaraciones recientes: "Siempre había deseado que esta película tuviera calificación R y de hecho dije cuando estábamos empezando que si una película tenía que ser calificada R debería ser una sobre los villanos".
Parece que no se les ha ocurrido mejor idea en las dos últimas cintas de DC que presentar a un villano ultrapoderoso al que debe enfrentarse el grupo de turno, sin definición alguna, sin crear un vínculo con la narración, que te permita conectar o empatizar de algún modo con el "malo" de la función.
Por favor, si hasta hay zombis sin cara cuyo único cometido narrativo es ser eliminados por el Escuadrón y tener alguna escena de acción cañera, como si de un vídeo juego se tratara.
La idea de Leto era la de mantener la visión original de Ayer, algo más retorcida y no tan edulcorada.
"Escuadrón Suicida" de David Ayer, no es una obra maestra (como cabía esperar), pero no es una película absolutamente "desastrosa" (como muchos la han tildado en estos últimos días). El nuevo filme de Ayer, es una oda a la locura total que cuenta con una atmósfera que tiene reminiscencias "punk". La película tiene momentos absurdos pero son los que le dan vidilla al filme y el toque de originalidad, manteniendo el sello sombrío que caracteriza al universo cinematográfico DC/Warner.
Siendo objetivo, el guión por momentos es "torpe" y tiene varias incongruencias que se ven reflejadas en el film, en el cual la edición llega a ser confusa en distintas secuencias, problema del que también adolecía "Batman v Superman: Dawn of Justice".
En el elenco destacan varios actores: Viola Davis es un placer culpable que vale la pena ver haciendo sus fechorías aunque todos terminen odiándola de alguna u otra manera; Margot Robbie sabe aprovechar su físico ante la lente de la cámara y su personaje es entrañable, de una locura que nos llega hasta enternecer. Y caso aparte es Jared Leto, los pocos momentos en los que se deja apreciar se disfrutan, logrando hacer un "Joker" totalmente distinto a lo que hemos visto hasta la fecha.
Parece que el objetivo de Ayer es mostrar las manías que se realizan en los más altos poderes (sobre todo en Estados Unidos) para alcanzar un fin. De ahí que el filme tenga una sensación de presurosa exageración, de irreverencia desmedida y de absoluta diversión.
El villano elegido para enfrentarse al grupo, "La Encantadora", es horrible, no tiene empaque, ni carisma, ni profundidad alguna. Hasta Apocalipsis en el último X-Men está mejor presentado y desarrollado. Y no hablo de su hermano que es directamente patético.
A "Deadshot", que en el cómic es un hijo de mala madre y uno de los villanos más interesantes de DC, se le presenta como un padre tierno y sensible, interpretado por Will Smith haciendo de Will Smith. Su desarrollo es lamentable hasta llevarlo al ridículo en ese final con la niña. Sin lugar a dudas es el peor personaje y acapara la mayor parte del protagonismo de la cinta.
Incluso un villano con tanto potencial como el Joker queda completamente desdibujado al haberse amputado su protagonismo en favor de Smith, como Leto se encarga de dejar bien claro en declaraciones recientes: "Siempre había deseado que esta película tuviera calificación R y de hecho dije cuando estábamos empezando que si una película tenía que ser calificada R debería ser una sobre los villanos".
Parece que no se les ha ocurrido mejor idea en las dos últimas cintas de DC que presentar a un villano ultrapoderoso al que debe enfrentarse el grupo de turno, sin definición alguna, sin crear un vínculo con la narración, que te permita conectar o empatizar de algún modo con el "malo" de la función.
Por favor, si hasta hay zombis sin cara cuyo único cometido narrativo es ser eliminados por el Escuadrón y tener alguna escena de acción cañera, como si de un vídeo juego se tratara.
La idea de Leto era la de mantener la visión original de Ayer, algo más retorcida y no tan edulcorada.
Steve McQueen venía de trabajar con Sam Peckinpah ese mismo año en "El rey del rodeo (1972)" y a diferencia de otros muchos actores que colaboraron con el magistral y a menudo polémico director, la experiencia fue satisfactoria para ambos. Sin embargo el gran éxito en taquilla de La Huida superó con creces al anterior trabajo de McQueen y Peckinpah, pasando a figurar como uno de los mas destacados trabajos en la filmografía del director entre otras muchas cosas por las grandes dosis de acción que atesora un film a medio camino entre el género de robos y atracos, el thriller,road movie y cuyo montaje mantiene un preciso y trepidante pulso narrativo.
El proyecto parte del productor David Foster, que anteriormente había sido publicista de McQueen y que adquirió los derechos de The Getaway, relato poco conocido del escritor Jim Thompson. En un principio se contactó con Peter Bogdanovich para dirigirla, pero al encontrarse ocupado en otro proyecto se le ofreció a Peckinpah que aceptó inmediatamente debido a la necesidad de un éxito de taquilla tras varios fracasos comerciales anteriores. 36 millones de dolares fue la recaudación solo en Estados Unidos, una producción con uno de los mejores beneficios en la carrera tanto de Peckinpah como de McQueen. Para el guión se propuso a un joven por entonces Walter Hill ya que en primera instancia Jim Thompson había entregado un libreto que no había dejado satisfecho para nada a McQueen. Al igual que en otros trabajos de Peckinpah los protagonistas no son para nada héroes modélicos sino personajes con grandes dilemas interiores y que se ven obligados a ejercer la violencia para sobrevivir.
El comienzo de la película nos muestra la fachada de la penitenciaria donde está recluido Doc McCoy (Steve McQueen) y en el exterior podemos observar como pastan en la hierba ciervos y ovejas. A su vez Peckinpah encadena esta secuencia con otra en la que deniegan la libertad condicional a McCoy y se ve obligado a continuar con los trabajos forzados que incluyen su condena. El contraste es evidente,los animales pastando en el exterior se intuyen como el gran anhelo de libertad que angustia a Doc, al que en todo momento vemos como su rutina en la prisión (¡rodeado de convictos reales!) le mantiene a punto de perder los nervios. En una visita de su esposa Carol (Ali MacGraw), Doc le encarga que vaya a hablar con un influyente y corrupto hombre de negocios Jack Benyon (Ben Johnson) para ponerle en libertad "al precio que él estime oportuno".
El encargo de Doc surte efecto después de la visita de su mujer a Jack Benyon y en la siguiente secuencia vemos a Carol y Doc paseando por un parque lleno de gente disfrutando de un soleado día e incluso bañándose en un río cercano.A través de estas líricas imágenes en principio alejadas del estilo Peckinpah, el director antes de entregarnos la gran dosis de acción y violencia que nos espera, narra la relación sentimental entre la pareja protagonista que después de cuatro años de cautiverio de Doc se halla en un punto lleno de dudas por parte de ambos.
El corrupto Jack Benyon les encarga a Doc y Carol el atraco a un banco pero han de aceptar las condiciones de Benyon y trabajar junto a dos colaboradores de dudosa moral Rudy (Al Lettieri) y Frank (Bo Hopkins). El atraco es todo un éxito pero varias personas resultan asesinadas en su transcurso, entre ellas un vigilante del banco y Frank, a manos de su propio compañero Rudy, el cual a través de este acto muestra su cruel naturaleza y la intención de arrebatarle el dinero robado a Doc y Carol. Pronto la pareja protagonista frustrarán sus planes y éste cae abatido por los disparos de Doc,pero Rudy al llevar un chaleco antibalas solo resulta herido y se dedicará a perseguir al matrimonio en su huida hacia la frontera de México.
Doc es un profesional leal y se dirige hacia la casa de Jack Benyon para entregarle su parte del botín, pero al llegar descubre que las intenciones del magnate son asesinarlo con la ayuda de su esposa. Carol en el último momento rectifica y mata de un disparo a Benyon,pero su acto no convence a Doc que no comprende como su mujer llegó a tal acuerdo con Benyon antes de sacarle de prisión y lo más importante sin haberle informado a él antes. Si la relación del matrimonio era difícil de antemano este hecho convierte su huida en un camino lleno de obstáculos no solo por parte de sus perseguidores y la policía, sino que también tendrán que lidiar con las dudas sobre seguir juntos o no.
Nos encontramos sin duda ante uno de los mejores trabajos de Peckinpah fuera del western, pero manteniendo el espíritu de estos a través de unos personajes muy comunes en su filmografía, reflejados sobre todo en los perseguidores de Doc, capitaneados por el hermano de Jack Benyon , Cully (Roy Jenson), ataviados todos con sombreros de cowboy durante la persecución de Doc y Carol. La acción se vuelve trepidante cuando el matrimonio logra huir de sus perseguidores en todo momento y de muy distintas maneras a pesar de sus problemas conyugales y tiene en el tiroteo final del hotel de El Paso su gran culminación; una maravillosa escena con disparos y muertes a cámara lenta made in Peckinpah, con su habitual uso de la violencia no exenta de poesía y que a día de hoy tiene continuación en firmas como la de Quentin Tarantino sin ir mas lejos.
Título original: The Getaway.
Director: Sam Peckinpah.
Intérpretes: Steve McQueen, Ali MacGraw, Ben Johnson, Sally Struthers, Al Lettieri, Slim Pickens.
Steve McQueen venía de trabajar con Sam Peckinpah ese mismo año en "El rey del rodeo (1972)" y a diferencia de otros muchos actores que colaboraron con el magistral y a menudo polémico director, la experiencia fue satisfactoria para ambos. Sin embargo el gran éxito en taquilla de La Huida superó con creces al anterior trabajo de McQueen y Peckinpah, pasando a figurar como uno de los mas destacados trabajos en la filmografía del director entre otras muchas cosas por las grandes dosis de acción que atesora un film a medio camino entre el género de robos y atracos, el thriller,road movie y cuyo montaje mantiene un preciso y trepidante pulso narrativo.
El proyecto parte del productor David Foster, que anteriormente había sido publicista de McQueen y que adquirió los derechos de The Getaway, relato poco conocido del escritor Jim Thompson. En un principio se contactó con Peter Bogdanovich para dirigirla, pero al encontrarse ocupado en otro proyecto se le ofreció a Peckinpah que aceptó inmediatamente debido a la necesidad de un éxito de taquilla tras varios fracasos comerciales anteriores. 36 millones de dolares fue la recaudación solo en Estados Unidos, una producción con uno de los mejores beneficios en la carrera tanto de Peckinpah como de McQueen. Para el guión se propuso a un joven por entonces Walter Hill ya que en primera instancia Jim Thompson había entregado un libreto que no había dejado satisfecho para nada a McQueen. Al igual que en otros trabajos de Peckinpah los protagonistas no son para nada héroes modélicos sino personajes con grandes dilemas interiores y que se ven obligados a ejercer la violencia para sobrevivir.
El comienzo de la película nos muestra la fachada de la penitenciaria donde está recluido Doc McCoy (Steve McQueen) y en el exterior podemos observar como pastan en la hierba ciervos y ovejas. A su vez Peckinpah encadena esta secuencia con otra en la que deniegan la libertad condicional a McCoy y se ve obligado a continuar con los trabajos forzados que incluyen su condena. El contraste es evidente,los animales pastando en el exterior se intuyen como el gran anhelo de libertad que angustia a Doc, al que en todo momento vemos como su rutina en la prisión (¡rodeado de convictos reales!) le mantiene a punto de perder los nervios. En una visita de su esposa Carol (Ali MacGraw), Doc le encarga que vaya a hablar con un influyente y corrupto hombre de negocios Jack Benyon (Ben Johnson) para ponerle en libertad "al precio que él estime oportuno".
El encargo de Doc surte efecto después de la visita de su mujer a Jack Benyon y en la siguiente secuencia vemos a Carol y Doc paseando por un parque lleno de gente disfrutando de un soleado día e incluso bañándose en un río cercano.A través de estas líricas imágenes en principio alejadas del estilo Peckinpah, el director antes de entregarnos la gran dosis de acción y violencia que nos espera, narra la relación sentimental entre la pareja protagonista que después de cuatro años de cautiverio de Doc se halla en un punto lleno de dudas por parte de ambos.
El corrupto Jack Benyon les encarga a Doc y Carol el atraco a un banco pero han de aceptar las condiciones de Benyon y trabajar junto a dos colaboradores de dudosa moral Rudy (Al Lettieri) y Frank (Bo Hopkins). El atraco es todo un éxito pero varias personas resultan asesinadas en su transcurso, entre ellas un vigilante del banco y Frank, a manos de su propio compañero Rudy, el cual a través de este acto muestra su cruel naturaleza y la intención de arrebatarle el dinero robado a Doc y Carol. Pronto la pareja protagonista frustrarán sus planes y éste cae abatido por los disparos de Doc,pero Rudy al llevar un chaleco antibalas solo resulta herido y se dedicará a perseguir al matrimonio en su huida hacia la frontera de México.
Doc es un profesional leal y se dirige hacia la casa de Jack Benyon para entregarle su parte del botín, pero al llegar descubre que las intenciones del magnate son asesinarlo con la ayuda de su esposa. Carol en el último momento rectifica y mata de un disparo a Benyon,pero su acto no convence a Doc que no comprende como su mujer llegó a tal acuerdo con Benyon antes de sacarle de prisión y lo más importante sin haberle informado a él antes. Si la relación del matrimonio era difícil de antemano este hecho convierte su huida en un camino lleno de obstáculos no solo por parte de sus perseguidores y la policía, sino que también tendrán que lidiar con las dudas sobre seguir juntos o no.
Nos encontramos sin duda ante uno de los mejores trabajos de Peckinpah fuera del western, pero manteniendo el espíritu de estos a través de unos personajes muy comunes en su filmografía, reflejados sobre todo en los perseguidores de Doc, capitaneados por el hermano de Jack Benyon , Cully (Roy Jenson), ataviados todos con sombreros de cowboy durante la persecución de Doc y Carol. La acción se vuelve trepidante cuando el matrimonio logra huir de sus perseguidores en todo momento y de muy distintas maneras a pesar de sus problemas conyugales y tiene en el tiroteo final del hotel de El Paso su gran culminación; una maravillosa escena con disparos y muertes a cámara lenta made in Peckinpah, con su habitual uso de la violencia no exenta de poesía y que a día de hoy tiene continuación en firmas como la de Quentin Tarantino sin ir mas lejos.
Título original: The Getaway.
Director: Sam Peckinpah.
Intérpretes: Steve McQueen, Ali MacGraw, Ben Johnson, Sally Struthers, Al Lettieri, Slim Pickens.
Un grupo de atracadores afroamericanos se hace con un botín de la Mafia. Dos policías de métodos muy distintos son asignados al caso mientras el yerno del Capo Mafioso recibe el encargo de encontrar y eliminar a los atracadores.
No estamos aquí ante una película que nos vaya a mostrar los minuciosos e ingeniosos preparativos de un robo. Estamos en Zona de Guerra de la Nueva York setentera y las cosas se hacen a lo bruto. Sin miramientos y como decía Pike Bishop: "Si se mueven, mátalos". El robo, que es también un baño de sangre, se produce al principio y nos sirve para comprobar como el amateurismo de los perpetradores solventa los obstáculos a base de ráfagas de ametralladora. De ahí en adelante, tras el reparto del botín se nos presenta a los dos bandos que van a tratar de dar caza a los ladrones: La Mafia y la Policía de la Ciudad de Nueva York. Pronto empieza a correr la sangre que como todos sabemos no distingue de colores, galones o linajes.
"Que otra cosa puede traer a los blancos a Harlem si no es el dinero?"
Posiblemente la película no funcionaría tan bien sin el estupendo retrato de personajes sombríos que Barry Shear pone en acción: un policía corrupto y racista a punto de jubilarse (Anthony Quinn), un policía de color que apuesta por la legalidad a rajatabla (Yaphet Kotto) y un capo de la Mafia empeñado en demostrarle a su suegro su capacidad para resolver el suceso rápidamente (Anthony Franciosa). Y huyendo de ellos, tres atracadores empujados por la enfermedad, la miseria o la inconsciencia (genial Antonio Fargas dilapidando su parte en la escena del burdel) que empiezan a constatar que el dinero robado no es sino un billete de ida a la Morgue mas cercana.
Estamos en 1972. Un año antes William Friedkin arrasaba con "French Connection (1971)" y su estética sucia y "realista". Barry Shear la recupera y la lleva a los antros y comisarias mas sórdidas de Harlem .La corrupción y el racismo son mostrados sin tapujos siendo dificil simpatizar con unos personajes que arrastran cansancio y estupor como la pareja de policías o desesperación y crueldad como la del mafioso puesto a prueba.Y mientras, la caza a los atracadores va progresando. Los chanchullos y los vínculos entre la Ley El Crimen van desdibujando los límites. Hay calles que si las cruzas, te cambian la vida y para siempre.
Para envolver y presentar este violento y sórdido paquete nada mejor que la banda sonora facturada por Bobby Womack y J.J. Johnson y cuya canción que da título a la película alcanzó el top 20 de singles USA y fue reutilizada por Tarantino en "Jackie Brown (1997)" y Ridley Scott en "American Gangster (2007)". Realmente, era tan difícil hacer una mala película con tan buenos ingredientes como robarle a la mafia y seguir con vida.
Título original: Across 110th Street.
Director: Barry Shear.
Intérpretes: Anthony
Quinn, Yaphet
Kotto, Anthony
Franciosa, Paul
Benjamin, Ed
Bernard, Richard
Ward, Antonio
Fargas.
Un grupo de atracadores afroamericanos se hace con un botín de la Mafia. Dos policías de métodos muy distintos son asignados al caso mientras el yerno del Capo Mafioso recibe el encargo de encontrar y eliminar a los atracadores.
No estamos aquí ante una película que nos vaya a mostrar los minuciosos e ingeniosos preparativos de un robo. Estamos en Zona de Guerra de la Nueva York setentera y las cosas se hacen a lo bruto. Sin miramientos y como decía Pike Bishop: "Si se mueven, mátalos". El robo, que es también un baño de sangre, se produce al principio y nos sirve para comprobar como el amateurismo de los perpetradores solventa los obstáculos a base de ráfagas de ametralladora. De ahí en adelante, tras el reparto del botín se nos presenta a los dos bandos que van a tratar de dar caza a los ladrones: La Mafia y la Policía de la Ciudad de Nueva York. Pronto empieza a correr la sangre que como todos sabemos no distingue de colores, galones o linajes.
"Que otra cosa puede traer a los blancos a Harlem si no es el dinero?"
Posiblemente la película no funcionaría tan bien sin el estupendo retrato de personajes sombríos que Barry Shear pone en acción: un policía corrupto y racista a punto de jubilarse (Anthony Quinn), un policía de color que apuesta por la legalidad a rajatabla (Yaphet Kotto) y un capo de la Mafia empeñado en demostrarle a su suegro su capacidad para resolver el suceso rápidamente (Anthony Franciosa). Y huyendo de ellos, tres atracadores empujados por la enfermedad, la miseria o la inconsciencia (genial Antonio Fargas dilapidando su parte en la escena del burdel) que empiezan a constatar que el dinero robado no es sino un billete de ida a la Morgue mas cercana.
Estamos en 1972. Un año antes William Friedkin arrasaba con "French Connection (1971)" y su estética sucia y "realista". Barry Shear la recupera y la lleva a los antros y comisarias mas sórdidas de Harlem .La corrupción y el racismo son mostrados sin tapujos siendo dificil simpatizar con unos personajes que arrastran cansancio y estupor como la pareja de policías o desesperación y crueldad como la del mafioso puesto a prueba.Y mientras, la caza a los atracadores va progresando. Los chanchullos y los vínculos entre la Ley El Crimen van desdibujando los límites. Hay calles que si las cruzas, te cambian la vida y para siempre.
Para envolver y presentar este violento y sórdido paquete nada mejor que la banda sonora facturada por Bobby Womack y J.J. Johnson y cuya canción que da título a la película alcanzó el top 20 de singles USA y fue reutilizada por Tarantino en "Jackie Brown (1997)" y Ridley Scott en "American Gangster (2007)". Realmente, era tan difícil hacer una mala película con tan buenos ingredientes como robarle a la mafia y seguir con vida.
Título original: Across 110th Street.
Director: Barry Shear.
Intérpretes: Anthony
Quinn, Yaphet
Kotto, Anthony
Franciosa, Paul
Benjamin, Ed
Bernard, Richard
Ward, Antonio
Fargas.