Nueve soldados se acercan
cabalgando a una ciudad. Pasan delante de unos niños que torturan a un
escorpión dándoselo de comer a las hormigas. Un predicador amenaza con el
infierno a los borrachos. Pronto sus fieles inician un desfile cantando por las
calles. Los soldados desmontan y entran en el banco de la ciudad. Son en
realidad atracadores, y el gran golpe que esperaban dar se convierte en una
trampa, ya que un grupo de cazarrecompensas apostados en las azoteas de los
edificios los está esperando para acabar con ellos. Así comienza la encarnizada
huida de esta banda, que les llevará hasta México en guerra entre el ejército
federal y los hombres de Pancho Villa, nuevamente de vuelta a los Estados
Unidos para robar un tren repleto de armas para el ejército que desea derrocar
al líder revolucionario, y una vez más al sur, donde encontrarán un trágico y
violento destino cuando, por una vez, el honor y la palabra dada valen más que
el pillaje y la avaricia.
"Si se mueven, mátalos".
Los días del dorado Oeste hace
tiempo que han concluido. El progreso ha terminada por arrinconar un mundo
marcado por la violencia y la aventura, un estilo de vida que el cine americano
se había complacido en mitificar desde sus orígenes, y que aquí aparece sumido
ya en irremisible decadencia. En un Oeste crepuscular, unos personajes cuyo
tiempo ha pasado, huyen o vagan en un paisaje cargado de atardeceres. No en
vano casi toda la película transcurre en tierras mejicanas (como en "LosProfesionales (1966)" de Richard Brooks), reducto aún de aventureros incapaces de
adaptarse a los nuevos tiempos. A lo largo de este exilio (forzoso o
necesario), los protagonistas recapitularán sobre su vida y su destino. Por
eso, Grupo Salvaje es una reflexión sobre la búsqueda del sentido y de la
propia identidad. En ella, los temas recurrentes de Peckinpah alcanzan un
dramatismo sobrecogedor: la fidelidad, la traición, la amistad, la
independencia, el desarraigo, la épica de los perdedores, la búsqueda de la
inocencia perdida.
El film nos propone ese viaje a la libertad que suponía para Peckinpah la frontera de Méjico acompañando a los que, casi, podríamos denominar los últimos forajidos en una aventura sin retorno cargada de nostalgia. En esta cinta se dan cita todos y cada uno de los elementos del "western crepuscular" y eliminado el romanticismo de la edad dorada del genero nos encontramos con un film similar a los "spaghetti western" pero de infinita mejor calidad narrativa, técnica y visual. Peckinpah, como director, era capaz de imprimir en sus personajes fuertes y carismáticas personalidades cargadas de matices y capas solo perceptibles a lo largo de todo su discurso narrativo. Según el propio realizador, la acción no funciona sin los personajes, sin los intérpretes que le dan vida y así encontramos a un eterno y reconocible grupo de veteranos de camino al adiós definitivo en los rostros de William Holden, Ernest Borgnine, Robert Ryan, Ben Johnson y Warren Oates. Sin este sensacional casting no existiría Grupo Salvaje dada la importancia que ellos mismos y sus personajes generan entre el publico.
El film nos propone ese viaje a la libertad que suponía para Peckinpah la frontera de Méjico acompañando a los que, casi, podríamos denominar los últimos forajidos en una aventura sin retorno cargada de nostalgia. En esta cinta se dan cita todos y cada uno de los elementos del "western crepuscular" y eliminado el romanticismo de la edad dorada del genero nos encontramos con un film similar a los "spaghetti western" pero de infinita mejor calidad narrativa, técnica y visual. Peckinpah, como director, era capaz de imprimir en sus personajes fuertes y carismáticas personalidades cargadas de matices y capas solo perceptibles a lo largo de todo su discurso narrativo. Según el propio realizador, la acción no funciona sin los personajes, sin los intérpretes que le dan vida y así encontramos a un eterno y reconocible grupo de veteranos de camino al adiós definitivo en los rostros de William Holden, Ernest Borgnine, Robert Ryan, Ben Johnson y Warren Oates. Sin este sensacional casting no existiría Grupo Salvaje dada la importancia que ellos mismos y sus personajes generan entre el publico.
"Todos soñamos con ser niños
otra vez, incluso los peores. Quizás los peores los que más".
El uso de la cámara lenta para
diseccionar la acción y la violencia dotan al film de una personalidad única y
admirable haciendo destacar de ese modo a una producción visual cuidada, y
realista. Todos los elementos fotográficos aparecidos en pantalla denotan
minuciosidad y amor por los más ínfimos e indetectables detalles. Lucien
Ballard, encargado de la fotografía, realizó un sensacional trabajo al dotar a
cada escena de una luz vibrante a la orden de la acción y los responsables en
el área de producción visual añadieron los elementos precisos para componer una
estampa única capaz de destilar la autenticidad que Peckinpah buscaba en sus
films.
La poesía visual y la belleza de su mensaje subyacente con respecto al fin es emotivo y contundente a partes iguales, ya que aunque el espectador sea capaz de encontrar la pureza y la afinidad en los rostros de los últimos de una especie sabe, aunque lo niegue, que los días de estos están contados. La sensibilidad a ritmo del tableteo mortal de las pesadas armas de fuego es la banda sonora de un relato donde es fácil perderse en la violencia para olvidar el ocaso de la libertad. Lo mejor de dos mundos se dan cita en la polvorienta frontera que separa al progreso de tiempos más salvajes y románticos.
La poesía visual y la belleza de su mensaje subyacente con respecto al fin es emotivo y contundente a partes iguales, ya que aunque el espectador sea capaz de encontrar la pureza y la afinidad en los rostros de los últimos de una especie sabe, aunque lo niegue, que los días de estos están contados. La sensibilidad a ritmo del tableteo mortal de las pesadas armas de fuego es la banda sonora de un relato donde es fácil perderse en la violencia para olvidar el ocaso de la libertad. Lo mejor de dos mundos se dan cita en la polvorienta frontera que separa al progreso de tiempos más salvajes y románticos.
"¿Vamos?"
"¿Por qué no?"
Las dos escenas que abren y
cierran Grupo salvaje son impresionantes. En ellas se refleja para que han
nacido nuestros protagonistas: En la primera actúan según lo han hecho siempre,
en la segunda, actúan para redimirse, precisamente, de lo que llevan haciendo
toda la vida. La secuencia de los cuatro andando armados hacia la muerte es de
las que se quedan en la retina para siempre, en ella vemos como firman su
suicidio en un ultimo acto de redención. Se siente el dolor y el desgarro de
los protagonistas, se siente la primera y última marcha heroica de Pike, Dutch,
Lylye y Tector, se siente la muerte y la sangre en ese decidido caminar. El
Apocalipsis se va a desatar…
"Sólo queda hacer lo que hay que hacer".
Título original: The Wild Bunch.
Director: Sam Peckinpah.
Intérpretes: William Holden, Ernest Borgnine, Robert Ryan, Edmond O'Brien, Warren Oates,Jaime Sánchez, Ben Johnson.
Trailer:
Escena:
B.S.O.:
Reseña escrita por Ramón Abello Miñano
2 opiniones :
Cada vez me gusta más esta absoluta obra maestra, vibrante, romántica, lúcida, desgarradora.
Saludos.
Sin dudas, una obra maestra, un saludo Ricard.
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