Nueva York, 1961. Llewyn Davis (Oscar Isaac) es un joven cantante de folk que intenta sobrevivir con su nuevo estilo de música cantando en pequeños garitos, sin casa, sin pertenencias y rechazando al amor de su vida. Es un idealista representativo del Greenwich Village de la época, donde los verdaderos artistas tenían todo menos lujos económicos. Empeñado en su especial cruzada por defender un nuevo estilo musical decide emprender un viaje a Chicago, que vislumbra como su única oportunidad para que su música sea conocida. Su finalidad es una audición con el magnate de la música Bud Grossman. Al igual que en "Oh, Brother! (2000)" la temática del viaje se repite, esa búsqueda de la propia identidad a través de diferentes personajes que encuentra en su camino. No es por casualidad que un gato llamado Ulises decida acompañarlo. En su viaje sin recursos, compartirá coche con un muy singular músico de Jazz y su chófer. El músico es un espectacular John Goodman, uno de los secundarios de lujo habituales de los hermanos. En este film representa a un heroinómano, un gran músico de jazz que conoció sus días de gloria, pero que actualmente está demasiado deteriorado tanto física como mentalmente, quizás por una vida de lujo y excesos. Es incapaz de dar un solo paso por sí sólo, camina con la ayuda de muletas y de su chófer, que lo acompaña siempre. Es un individuo profundamente amargado que descarga toda su ira verbalmente contra nuestro protagonista. Durante el viaje en coche, Llewyn, tendrá que sufrir las burlas y las agresiones verbales de un afamado músico venido a menos por los excesos y las drogas. Unos diálogos absolutamente incisivos, críticos y brillantes, donde los Coen no pueden sino enfrentar la rivalidad entre dos generaciones, la joven y desconocida Folk frente a la afamada, bien conocida y llevada hasta la lujuria música Jazz. Este viaje en coche está rodado a modo de "road movie", incluída como una subtrama dentro del relato, funciona como elemento clarificador para las aspiraciones y forma de entender la vida de nuestro protagonista.
Técnicamente la película está dotada de una espectacular fotografía del maestro francés Bruno Delbonnel, responsable del colorido mundo de "Amelie (2001)", “Largo domingo de noviazgo ( 2004)", por la que fue nominado por la academia, al igual que en "Across the Universe (2007)" y en “Harry Potter y el misterio del príncipe (2009)". En esta cinta, la fotografía abandona ese tono colorista y casi mágico de sus otros films para limitar su escala de colores en tonos fríos y azulados de los exteriores perfectamente mezclados con contraluces y perfectos claro-oscuros en los interiores de los locales musicales. Consigue primeros planos espectaculares y una ambientación del Greenwich Village de esa época, entre decadente y romántico, difícil de olvidar. Pero el núcleo fundamental que acompaña a la imagen en esta cinta es la bellísima, singular e inolvidable banda sonora, que desde el comienzo cautiva completamente al espectador. La banda sonora original, cantada por el propio Oscar Isaac, adquiere casi tanto protagonismo como el relato en sí mismo, y es que muchas de sus letras, nos transmiten esa nueva forma de entender la vida y la música en aquélla época.
Para el papel protagonista, los hermanos optaron por el entonces no demasiado conocido Oscar Isaac, de madre hispana y con una buena formación musical que dejó apartada para dedicarse al mundo de la interpretación. La película descansa en buena medida en las interpretaciones musicales de Oscar Isaac, su voz y su forma de cantar. Desde que los Coen eligieran a Oscar Isaaac, aumentó su popularidad y fue requerido para varios films donde demuestra que es capaz de diferentes registros, como en "Las dos caras de Enero (2014)" o recientemente en "Ex machina (2015)". Actualmente triunfa con una miniserie de HBO, basada en una historia política de corrupción "Show me a Hero". La relación que mantiene con el amor de su vida, una excelente Carey Mulligan interpretando a Jean Berkey, que además es la novia de su amigo, Jim Berkey (Justin Timberlake), está destinada al fracaso, a mantenerse en el terreno platónico, tanto por su actitud, absolutamente absorbida por sus propósitos en la música, como por las circunstancias. Su torpeza en las relaciones íntimas es otro elemento descriptivo más que sumerge al protagonista en una soledad buscada y en una especie de autocastigo que se inflige, ya que su anterior compañero e inseparable amigo con el que publicó su único disco se suicidó meses atrás sin que él pudiera evitarlo.
Tenemos así todos los elementos de un personaje solitario, refugiado únicamente en su música y empeñado en demostrar que puede existir un nuevo estilo dentro del panorama musical, sin importarle el precio que tenga que pagar por ello, como si su música fuera más importante que él mismo. De forma curiosa se nos presenta su única grabación, ayudado por su amigo, formando un maravilloso dúo con Justin Timberlake, la cual le podía haber proporcionado suculentos ingresos económicos, pero su escasa visión comercial y su exclusivo interés por cantar en su propio estilo le hacen desperdiciar una oportunidad única. En mi opinión es un relato tremendamente romántico, ácido e incisivo, (como no podía ser de otra manera con los hermanos) que intenta brindar un homenaje, no a un perdedor, como muchos han afirmado, sino a todo un ideal, una nueva forma de música que intentaba abrirse camino en las cerradas mentes estadounidenses de la época.
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Frase para recordar: "Si nunca es lo más nuevo, y nunca envejece, entonces es una canción folk."
Título original: Inside Llewyn Davis.
Directores: Joel Coen y Ethan Coen.
Intérpretes; Oscar
Isaac, Carey
Mulligan, John
Goodman, Ethan
Phillips, Garrett
Hedlund, Justin
Timberlake, Max
Casella, F.
Murray Abraham.
Trailer:
Escena:
B.S.O.:
Reseña escrita por Bárbara Valera Bestard
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