CON FALDAS Y A LOCO (1959). Un clásico de Billy Wilder.

con faldas y a lo loco
La noche en que se celebraba la ceremonia de entrega de los premios Óscar de 1959, Tony Curtis y Kirk Douglas se hallaban preocupados frente a la puerta cerrada de uno de los baños en una fiesta privada. Esa noche, Audrey Wilder y su esposo, al prever que "Ben-Hur (1959)" arrasaría en los premios de la Academia de Hollywood, habían decidido cenar con sus amigos para no tener que sufrir el martirio de ver cómo once estatuillas doradas iban a parar a manos de William Wyler y su equipo de la Metro. Curtis y Douglas trataron de animar al pobre director, y Audrey no dejaba de atenderle y mimarle como una madre, pero la decepción pudo con él y tras poner una excusa bastante creíble (más de una docena de martinis, cantidad nada recomendable para la vejiga) se encerró en el primer baño que encontró: iba tan "ciego" que a punto estuvo de colarse en el restroom de las ladies. Por suerte, Tony y Kirk, ante la preocupación de Audrey por la tardanza de su esposo en regresar a la mesa, no dudaron en comprobar si su amigo se encontraba bien y corrieron al baño. Como la puerta estaba cerrada y nadie respondía a sus voces, los dos actores tiraron la puerta abajo y se encontraron a su amigo inconsciente y tumbado en el suelo. Y así es como, de forma literaria que no literal, el gran Billy Wilder celebró que su película "Con faldas y a lo loco" sólo recibiera el Óscar al mejor vestuario de las seis nominaciones recibidas.

La culpa es de los alemanes

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Pero empecemos por el principio de esta historia. Después de haber estrenado tres películas en 1957 —el drama judicial "Testigo de cargo (1957)", el biopic dedicado a Lindbergh y titulado "El héroe solitario (1957)" y "Ariane (1957)", una comedia romántica protagonizada por Gary Cooper y Audrey Hepburn—, y antes de realizar "El apartamento (1960)", la que sin duda será su mejor comedia, el prolífico Willy Wilder ya estaba obsesionado con otro proyecto. La culpa de tal perturbación la tuvo una comedia alemana titulada "Ellas somos nosotros (1951)", que a su vez se basaba en una película francesa, "Fanfare d’Amour" estrenada en 1935. En palabras del propio Wilder: "La génesis de la idea fue una película alemana muy barata y de tercera clase, en la que dos tipos que necesitan trabajo se pintan la cara de negro para entrar en una banda… y se visten de mujeres para entrar en un conjunto femenino (…) pero el film alemán era absolutamente terrible, absolutamente terrible. Un delirio[1]." Sin embargo, a la trama original (basada en un relato inédito escrito por Michael Logan y Robert Thoeren) le faltaba algo, y Wilder dio con ello una mañana, según confesaría más tarde el eficaz I.A.L. Diamond, el coguionista de Billy desde "Con faldas y a lo loco":  los dos músicos huirían de la mafia de Chicago tras la matanza del día de San Valentín de 1929. De esta manera el filme tenía el éxito garantizado, seguro. En este punto del relato comienza lo que hoy en día los gurús y profesionales del guión llaman pitch (algo así como: "vaya, cómale la oreja al productor en sesenta segundos y logre una entrevista de verdad").

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—Será un desastre ­—le espetó el productor de "Lo que el viento se llevó (1939)", David O. Selznick, al pobre Billy—. ¡No puede combinar la comedia con el asesinato!

Y ni corto ni perezoso, Wilder y Diamond se fueron a las oficinas de la Mirisch Corporation y les vendieron la idea a los hermanos Mirisch. La distribuidora sería la United Artists (UA) y el presupuesto aprobado ascendería a tres millones de dólares (algo más de veinticinco millones de dólares actuales, lo que en España supondría hoy tan solo un cuarto de la financiación de un largometraje medio), y Wilder comenzó a buscar a los protagonistas de la película.

El casting: una cita perdida, una mesa en el Domick’s y la carta de Marilyn

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"Tengo una vieja tía en Viena que estaría en el plató a las seis de la mañana cada día, y sería capaz de recitar los diálogos incluso al revés… pero ¿quién querría verla?"
(Billy Wilder)

Nadie, Billy. Nadie estaría dispuesto a ver una comedia protagonizada por tu memoriosa tía, y por ello la humanidad te recordará agradecida que eligieras sin dudarlo a la inimitable e inolvidable Marilyn Monroe. Pero volvemos a empezar por el final de esta fascinante selección de actores, así que comenzaremos con una cita que nunca se celebró.

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A finales de marzo de 1958, la UA comunicaba que el filme titulado aún Fanfares of Love (Fanfarrias de amor) sería protagonizado por Tony Curtis, Frank Sinatra y Marilyn Monroe. Curtis (en quien pensó de inmediato Wilder ya que lo había conocido en 1953 durante el rodaje de "El gran Houdini (1953)" fue cedido sin problemas a Mirisch por la Universal, pero Sinatra ya era harina de otro costal: Billy Wilder quedó a comer con él para que se añadiera al proyecto pero Sinatra nunca apareció, y el director abandonó la idea de contar con él debido a su insultante informalidad. Y ahí entró en escena Jack Lemmon, aunque Wilder había jugado con las cartas marcadas: en febrero de ese mimo año se había acercado a la mesa que ocupaba el gran actor, que ya había ganado un Óscar por "Escala en Hawai (1955)", en el restaurante Domick’s, y le contó de qué iba la película: "Son dos hombres que huyen de unos gánsteres porque corren peligro sus vidas, se disfrazan de mujer y se unen a una orquesta femenina". Con una premisa así ¿qué actor se resistiría a aceptar un papel? Por esa razón, y cuando la "opción Sinatra" había sido abandonada, Lemmon sería el compañero de Curtis en la nueva película de Wilder. Para la intérprete protagonista del singular trío estelar se había pensado en Mitzy Gaynor, actriz y cantante, que acababa de protagonizar junto a Gene kelly el musical "Les girls (1957)" bajo la dirección de George Cukor. Pero justo entonces Wilder recibió una carta que lo cambiaría todo.

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Las malas (o documentadas) lenguas nos recuerdan que en 1958 Marilyn era una estrella cuya estela amenazaba con comenzar a difuminarse puesto que su última película "El príncipe y la corista (1957)", dirigida por Laurence Olivier en Gran Bretaña, no había obtenido el éxito deseado. Por otro lado, el esposo de Marilyn por esos años, el dramaturgo y guionista Arthur Miller, necesitaba una gran cantidad de dinero para poder pagar los altos gastos legales que conllevaba su enfrentamiento contra el Comité de Actividades Antiamericanas, la tristemente famosa "caza de brujas" desencadenada por el senador Joseph Raymond McCarthy entre 1950 y 1956, y que inspiraría a Miller su famosa obra titulada "Las brujas de Salem". El último taquillazo de la rubia platino de Hollywood había sido "La tentación vivearriba (1955)" que ¡oh, casualidades del destino, había sido dirigida por el gran Billy tres años antes! Marilyn escribió su famosa carta a Wilder en la que le comentaba el cariño con que recordaba su último trabajo juntos… y Billy no se lo pensó dos veces (confesemos usted y yo, estimable lector, que habríamos hecho lo mismo). 

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Más tarde el pillo de Billy se justificaría aduciendo razones de equilibrio interpretativo: "El papel de Sugar [Marilyn] era el más flojo, así que el truco era que lo interpretara la actriz más fuerte", y casi nos convencería esta defensa de la elección de la actriz californiana si convenimos con Wilder en la definición que el director nos ofreció del término "fuerte" al referirse a Marilyn: "… la señorita Monroe tiene un cerebro de queso de gruyer, senos de acero, es muy buena en su papel y a mí van a pagarme un cuarto de millón de dólares". No obstante, cuando Marilyn Monroe se dio cuenta de en qué proyecto se había metido ya era demasiado tarde: había firmado el contrato en abril para hacer ¡otro papel de "rubia tonta", en una película en blanco y negro! Tal vez la consolara el hecho de que iba a recibir 200.000 dólares más un 10% de los ingresos brutos (como el director), y los chicos (Curtis y Lemmon), la mitad más otro porcentaje de los ingresos.

El tubo evacuador de Curtis y el método: ¡un rodaje para volverse locos!

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El 4 de agosto de 1958 comenzó el rodaje de "Con faldas y a lo loco" ("Some Like It Hot", literalmente: A algunos les gusta caliente, o más exactamente: A algunos les va la marcha) en los estudios Goldwyn en Hollywood. Marilyn se presentaba en el set acompañada de su inseparable maestra, Paula Strasberg, la esposa de Lee Strasberg, el famoso fundador del Actor’s Studio, y cada vez que la actriz oía la palabra "¡Corten!" miraba a Paula en búsqueda de aprobación, hasta que un buen día Billy, harto ya, se dio la vuelta y gritó: "Paula, ¿te parece buena esta toma?", tras lo cual la interpelada jamás regresó al plató. Por si esto fuera poco, la rubia platino tenía a todo el equipo en ascuas con sus dudas y temores y podía rodar una escena de corrido, incluso aunque fuera larga (como aquella en que se sube a la litera de Lemmon en el tren hacia Florida), aunque lo habitual era todo lo contrario: para el plano en el que se asoma, tras llamar a una puerta, y dice: "Soy yo, Sugar" se cuenta que necesitó ¡47 tomas!

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Lemmon y Curtis, de otra escuela, no sólo eran buenos profesionales sino disciplinados también. Wilder les había advertido sobre Monroe: "Cuando ella lo haga bien, ésa será una toma buena. Así que no os metáis donde no os llaman", aunque eso supusiera que los dos protagonistas masculinos, que llegaban todos los días al plató a las seis y media para maquillarse y peinarse, tuvieran que pasarse horas y horas enfundados en sus vestidos de mujer… visto lo cual, el ingenioso Tony Curtis halló una solución innovadora: "Busqué un pequeño embudo, le añadí un tubito y lo pegué a la pierna… [pero] el tubo desaguaba en mis pies. No logré que funcionara, pero ésa es la idea que posteriormente desarrolló la NASA para los astronautas".

Embarazo, maracas y una stripper inesperada: la troupe llega al hotel

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El rodaje cambió de localización y se trasladó al hotel Del Coronado, en Coronado (San Diego), a principios de septiembre. Marilyn se hallaba a gusto rodeada de multitudes de admiradores y trabajaba con más rapidez (y más consumo de barbitúricos) pero a pesar de todo, pudo quedarse embarazada,  y Miller envió al rodaje a Leon Krohn, el ginecólogo de la estrella y, de nuevo, la situación se complicaba: llevaban veinte días de retraso y eso se tradujo, finalmente, en un presupuesto de 2.800.000 dólares. Billy comentaría con estoicidad y no poca sorna que: "De todos modos, mientras todos los del equipo esperábamos a Marilyn, no perdíamos completamente el tiempo. Incluso pudimos hacernos con una cultura; yo, sin ir más lejos, tuve la oportunidad de leer Guerra y Paz y Los miserables".

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No obstante, no todo fueron problemas durante el rodaje. Para empezar, Tony Curtis y Jack Lemmon siempre hablaron maravillas del director (de hecho, "Con faldas y a lo loco" fue la primera de las sietes películas que interpretaría Lemmon para Wilder). Curtis, cuyo personaje es el verdadero protagonista de la comedia, comprobó que su trabajo en el filme le iba a suponer un gran aldabonazo hacia su carrera ya que le permitiría abandonar su encasillamiento en el rol de galán con acento neoyorquino, y además se divirtió al aportar un solo detalle de su propia cosecha: el acento de Gary Grant cuando interpretaba el personaje del multimillonario Junior (razón por la que siempre defenderemos el visionado en versión original de cualquier película).

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Lemmon aseguró que la mejor secuencia que había interpretado en toda su carrera era aquella en la que Jerry, su personaje masculino, le confiesa a Joe (Curtis) en la habitación del hotel de Florida que comparten los dos músicos disfrazados de mujer,  que ha decidido casarse con Osgood (magnífico Joe E. Brown en el papel del millonario que corteja a Lemmon cuando éste se disfraza de la tosca Daphne) para sentar la cabeza. Si revisamos la escena veremos que Lemmon agita las maracas tras cada frase ingeniosa, ¿por qué? Sencillo: "el truco de las maracas" lo crearon Diamond y Wilder para que las risas del público no se comieran los chistes. Gajes de la comedia.

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El rodaje de la película concluiría el seis de noviembre de 1958 pero no sin que Wilder sufriera una última jugarreta del destino. Tony Curtis (al parecer, un "pájaro" de cuidado en materia de bromas) le tenía preparada una divertida sorpresa durante la escena de la reunión de los gánsteres en el hotel:

De una tarta monumental debía salir el actor Edward G. Robinson Jr. y matar con una metralleta a Botines en mitad de una reunión de mafiosos. Curtis metió a una stripper y a Wilder casi le dio un síncope[2].

Posproducción y promoción: rencores, censura en Kansas y, al fin, ¡la pasta!

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Si el increíble final de "Con faldas y a lo loco" es digno de ser recordado:

DAPHNE
Osgood, voy a serte sincera. No podemos casarnos. 

OSGOOD
¿Por qué no?

DAPHNE
Para empezar, no soy rubia natural.

OSGOOD
No importa.

DAPHNE
Fumo. Fumo mucho.

OSGOOD
Me da igual.

DAPHNE
Tengo un pasado horrible. Llevo tres años viviendo con un saxofonista.

OSGOOD
Te perdono.

DAPHNE
Y jamás podré tener hijos.

OSGOOD
Podemos adoptarlos.

DAPHNE
Es que no lo entiendes, Osgood (se quita la peluca). ¡Soy un hombre!

OSGOOD
Bueno, nadie es perfecto.

No lo es menos el hecho de cómo se escribió. Tras finalizar el rodaje del filme, Izzy (apelativo con el que Wilder se refería a Diamond) y Billy se pusieron a escribirlo un fin de semana en el estudio. Al parecer, a Izzy le había llamado la atención un famoso chiste de aquellos días y como no se les ocurría nada mejor lo incluyeron de manera provisional pensando que, si no funcionaba, lo podrían cambiar en una sincronización posterior (era común rodar y doblar algunas escenas para mejorar los gags o pulir las imperfecciones). Y cuál no sería la sorpresa de los dos guionistas cuando, en un preestreno en Westwood, el público rompió a reír a carcajadas con la frase final del simpático y comprensivo Osgood. ¿Se puede pedir más a una comedia?

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Marilyn, sin embargo, no tenía motivo alguno para reír: el 16 de noviembre perdió (de nuevo) a su bebé, a pesar de las precauciones y de las advertencias que su esposo le había hecho a Wilder. Un día Audrey Wilder recibió una llamada telefónica: era Marilyn que deseaba hablar con Billy. Como Audrey le dijo que el director no se hallaba en casa en ese momento, Marilyn le dejó el siguiente mensaje: "¿Le puedes decir que se joda?" No sabemos qué le comentó a Billy su esposa, pero poco después Curtis y Lemmon posaron en las fotos promocionales con Sandra Warner, una de las chicas de la banda del filme, en lugar de con Monroe. Seguramente, y para evitar problemas legales, la pobre Mrs. Warner fue pronto "decapitada" (en las fotos) y se colocó sobre sus hombros el bello rostro de Marilyn. A pesar de este desgraciado incidente, la rubia platino de Hollywood participó en la gira promocional de la película por casi todo el país.

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¿Casi todo? Sí. No olvidemos que la película se estrenó a finales de los años 50 del siglo pasado y que el argumento de "Con faldas y a lo loco" presentaba (resumiéndolo mucho y en tono puritano) a una "caza-millonarios" acosada por un travestido y el primer matrimonio gay de la historia. Bueno, pensándolo bien, quizá no sería permitida su exhibición en un número importante de países en pleno siglo XXI, pero esa es otra historia… El hecho es que la gira promocional de la comedia de Wilder no pudo pasar por Kansas (el conocido como "Estado del girasol», ubicado en el Midwest del país) porque el filme fue prohibido por ¡"peligroso"!

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"Con faldas y a lo loco" es reconocida hoy en día como una de las mejores comedias de la historia del Séptimo Arte (a pesar del «incidente Ben-Hur» comentado al inicio de esta semblanza fílmica, la noche del 4 de abril de 1959). Y a pesar de la mala recaudación inicial, la loca aventura de Joe y Jerry y la banda de las chicas sincopadas terminó recaudando al cabo de ¡cuatro años de exhibición en las salas! la nada desdeñable cantidad de ocho millones de dólares (algo más de 67 millones y medio de dólares de hoy). Y es que hay películas que no se pueden dejar de ver una y otra vez.

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PALMARÉS:

GANADORA DE UN ÓSCAR
Mejor diseño de vestuario para un filme en blanco y negro

CANDIDATA A OTROS CINCO ÓSCAR
Mejor actor protagonista (Jack Lemmon)
Mejor dirección artística para un filme en blanco y negro
Mejor director
Mejor guión adaptado
Mejor fotografía en blanco y negro

GANADORA DE TRES GLOBOS DE ORO
Mejor comedia
Mejor actor protagonista de comida/musical (Jack Lemmon)
Mejor actriz protagonista de comedia/musical (Marilyn Monroe)

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Título original: Some like it hot.

Director: Billy Wilder.

Intérpretes: Marilyn MonroeTony CurtisJack LemmonGeorge RaftPat O'BrienJoe E. BrownNehemiah Persoff.

Trailer:


Escena:


La canción:



Reseña escrita por Angelo Olivier

Información complementaria:




[1] CROWE, C. , Conversaciones con Willy Wilder, Alianza Editorial, S.A., Madrid, 2009, pp. 172-173.
[2] BELINCHON, G., Con faldas y a lo loco, Colección Cine de Oro, del Diario El País S.L., 2006, p. 30.


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