El argumento por todos es conocido, nos cuenta la historia de dos gangsters de poca monta de Chicago allá por los años 30 que por diversas razones (ya sea por la venganza , el dinero o por pura diversión) deciden dar "El golpe" de sus vidas, intentando robarle a uno de los grandes capos de la mafia.
Cuatro años después del clásico "Dos hombres y un destino (1969)", el realizador George Roy Hill volvió a reunir a estos dos "monstruos" de la interpretación como Paul Newman y Robert Redford para dejarnos esta maravillosa película; ambientada en los años post depresión donde todo valía la pena para ganarse la vida y donde el timo y el engaño estaban a la orden del día, el realizador nos traslada de lleno a una época de la corta historia norteamericana de una forma asombrosa ,donde Roy Hill llegó a crear un universo propio de ladrones con su habitual y característica forma de actuar y hasta con un lenguaje propio entre todos y cada uno de los ladrones/ timadores que deambulan por la película.
Unos timadores que acaban cayéndonos simpáticos y nos satisface que consigan sus objetivos timando a la gente, ya que aparte de empatizar con ellos, es fácil tenerles afinidad ya que no emplean la violencia ni roban por la fuerza, son personajes que sacan a la luz la hipocresía y la avaricia de la gente supuestamente respetable.,. unos timadores algo parecidos a Robin Hood, que aunque no le den el dinero a los pobres, sí que se lo quitan a los ricos y corruptos.
Narrada por actos como si de una obra de teatro se tratara (El plan, el anzuelo, el cuento, el truco, el esquinazo y el golpe) el film tiene ese aire "retro" tan en auge en la década de los 70 y que además desprende un cierto aire a cómic que la hacen realmente única y entrañable.
Pero si la película funciona con la precisión de un reloj suizo ( aparte de sus muchas otras virtudes) es básicamente por un original y elaboradísimo guión, único en su especie, un guión casi perfecto cargado de giros inesperados, un guión serpenteante que te lleva de aquí para ya intentando engañarte, despistarte, un delicioso juego lleno de matices donde el timador es timado y lo mejor de todo, es que el público también.
Gran trabajo del guionista David S. Ward y del propio Hill que supo trasladar a la perfección el brillante y extenso guión que cayó en sus manos para retocarlo y moldearlo hasta darle una agilidad increíble con un ritmo narrativo que no decae en ningún momento y que te hace imposible no seguir toda la película sin pestañear ni un solo instante.
Una historia donde nada está al azar, todo encaja a la perfección, situaciones, diálogos, entradas y salidas de personajes en el momento justo, todo un prodigio cinematográfico de guión, dirección y montaje, el mayor tinglado jamás montado (genial el local en el callejón por el que se accede bajando por unas escaleras) que culmina con uno de los mejores finales de la historia del cine. La manera de organizar el timo y su forma de llevarlo a cabo son prodigiosas, auténticas.
Aparte, el director le sabe imprimir ese toque tan cómico al film que además consigue mezclarlo con éxito a su tono dramático , la acción y la sorpresa. A todo esto le añades unos diálogos geniales, una puesta en escena soberbia con un gran trabajo de Henry Bumstead que consigue recrear a la perfección ese Chicago años 30 en todo su esplendor, la magnífica fotografía de Robert Surtees que ayudan también y mucho en la recreación, con esa tonalidad tan de época y colores tan cálidos y apagados ( en blu ray se contemplan a la perfección) mostrándonos esos años post depresión con toda su pobreza de forma magistral y unos vestuarios a cargo de la más grande diseñadora de vestuario que ha habido jamás, Edith Head; todo esa combinación de elementos y de magia la han convertido en el clásico que es hoy en dia.
Y como no, mención especial merece una de las claves de su éxito, su música, el uso de la desenfadada música de Scott Joplin ( con bso a cargo de Marvin Hamlisch) una música Ragtime que encaja como anillo al dedo y que aun siendo de dos décadas anteriores, transmite diversión, ritmo, atrevimiento, es Chicago!! Una música que si os fijáis suena casi siempre fuera de diálogo, precisamente para que la podamos escuchar y disfrutar mejor sin problemas. Un tema musical mítico que cada uno de nosotros ha tarareado alguna vez y que ha quedado ya para la posteridad.
Hay muchas escenas memorables durante toda la película, pero sin duda mi favorita y más divertida es la antológica partida de póker a bordo del tren con un duelo interpretativo entre Newman y Shaw que ha pasado ya a la historia del cine. Esas trampas de Newman a Shaw, ese aire desenfadado y caradura con el que se presenta "borracho" a la partida, esas risas antológicas de Newman que se contagian ( imposible no partirse a la vez que lo hace Newman ), su falta de respeto hacia el resto de jugadores y sobre todo hacia Lonnegan y ya sólo por ver la cara que se le queda a Shaw no tiene precio.
Qué decir del reparto, un reparto en el que se respira una comicidad y espiritualidad única entre todos sus integrantes, todos están magistrales, empezando por unos soberbios Newman y Redford que se salen en sus respectivos papeles de Gondorf y Hooker, creándose entre ellos una química única, especial, que los convierte sin duda en una de las grandes parejas que ha dado la historia del cine, pero si alguien está a la altura de ellos incluso por encima es el gran Robert Shaw, soberbio en el papel de Lonnegan que lo borda como villano, a ese trío de ases les acompañan secundarios de lujo como el gran Charles Durning en el papel de Snyder como policía corrupto, Ray Walston, Eillen Brenan, Harold Gould, Dana Elcar, Jack Kehoe, todos absolutamene todos ( hasta el apuntador ) están sublimes.
Un film atemporal que vista de nuevo sigue manteniendo intacto toda su clase, elegancia, ingenio, encanto y su gracia, lo que por algo la convierte en una de las mejores y más originales historias jamás contadas en el cine.
Habrá muchas películas mejores en cuanto a técnica, narrativa, dirección o lo que queráis, evidentemente no es un Bresson ni un Hitch ni un noir de Siodmak o Lang, tal vez no sea la más profunda ni más compleja película de robos, pero ninguna, absolutamente ninguna posee la gracia ni el ingenio que posee este gran clásico del cine y si una película representa a la perfección y por excelencia este maravilloso subgénero de robos, ladrones y timadores, esa , sin dudarlo, es: El golpe.
Título original: The Sting.
Director: George
Roy Hill.
Intérpretes: Robert
Redford, Paul
Newman, Robert
Shaw, Charles
Durning, Ray
Walston, Eileen
Brennan, Harold
Gould, Dana
Elcar.
Trailer:
Escena:
B.S.O.:
Reseña escrita por Francisco Mentanza Foyé
1 opiniones :
Es una película redonda, mágica, divertida, sagaz, con una estética deliciosa y una banda sonora que te pinta una sonrisa desde su inicio.
Puede verse una y otra vez, ganando puntos en cada embestida.
Publicar un comentario